“Quemad la broza, que las ideas, no temáis… esas no arden”.
En estos días me ha dado por repasar a este gran escritor
republicano y he querido comenzar el año con algunos textos tan actuales como
en el siglo XIX y principios del XX , el gran escritor republicano canario
retrato con fidelidad el siglo XIX, desgraciadamente aunque el orden en los
números romanos ha variado no ha variado el producto, este país cada día que
pasa se parece más a aquel rancio e hipócrita del siglo XIX, en el encontramos frases
para todo:
Para aquellos que consideran que deben aferrarse a una ida
como si se tratase de un dogma inamovible.
“Nuestra existencia no es más que un tejido de errores; y que
gran parte del tiempo que vivimos lo empleamos en la necesaria rectificación de
juicios y creencias”.
Como persona preocupada por el poder cancerígeno de la Iglesia
y su farsa, nos presenta el la iglesia como rémora para cosas útiles a la
sociedad, privadas de lo trascendente, decadente con un intencionado telón de
una ritualidad mecánica, beatería o fanatismo:
“Los principios
religiosos subsisten más en lo que atañen a exterioridades y signos
categóricos que en la conducta. Más
escandalo causa entre la mayoría de las gentes una transgresión del formulismo
religioso que una violación de los verdaderos principios morales. Los representantes de la divinidad piden
formalismos y casi se conforman con las apariencias de la religión.”
“Volvemos los ojos a la Religión y en ella buscamos consuelo
al ansia de verdad que nos devora; pero vemos perdida la fe, y nuestra razón, la razón la ahoga. Nos
quedamos al fin sin religión y sin filosofía abonando así de los que se dicen
representantes de la divinidad como de los maestros enfáticos que con la pura
lógica pretenden desentrañar el problema inmenso de nuestro principio y nuestro
fin.”
La injusticia sale en todas sus obras, toma siempre partido
por los más débiles y así lo muestra:
“Vivimos como antes, rodeados de injusticia de
desigualdades, de monstruosas aberraciones del sentido moral”.
Tiene claro que si pensamos como vivimos, podremos llegar a
ver la luz para vivir como pensamos que deberíamos vivir.
“El concepto del bien y del mal está sujeto a mil
contingencias y a un caprichoso vaivén de las modas, cuando se ven el aspecto
más oscuro de las cosas, vuestros ojos
están llenos de claridad”.
Él como buen republicano, tenía las cosas claras, muy
claras, este escrito, desgraciadamente para nosotros los republicanos no deja
de ser muy actual y todos los republicanos debiéramos meditar y extrapolar a
nuestra actual situación:
"Este partido está pudriéndose por la inmensa gusanera
de caciques y caciquillos. Tienen más que los monárquicos. En cada capital hay
cincuenta que quieren imponer los caprichos de su vanidad y de su ambición a
todos sus correligionarios... Y si nada más hubiera esos cincuenta, menos mal.
Luego vienen los caciques de distrito y los de barrio... ¡Oh! !Esos vejestorios
endiosados de Comité local y de barriada! ¡Papas rojos, que se creen infalibles
e indiscutibles!...
Para hacer la revolución, lo primero, lo indispensable,
sería degollarlos a todos. Si éstos trajeran la República, estaríamos peor que
ahora. Sería cosa de emigrar. Suerte que no hay miedo a que la traigan. ¡Hay
cada revolucionario que tiene un miedo feroz a la revolución!... Hubiera usted
visto a algunos de ellos cuando la semana roja de Barcelona, cuando aquí se
dijo que iba a estallar la huelga general, irse huyendo de Madrid como ratas...
No sé qué diablos ocurría entonces, que a todos les salían negocios en
provincias, o tenían por esas tierras de Dios parientes enfermos de gravedad,
que los llamaban... ¡Y para ver este espectáculo me vine yo de Santander e
interrumpí mi veraneo!... Luego, son muchos los republicanos que no quieren que
venga la República, porque no les conviene; van muy bien en el machito,
haciendo la farsa de la oposición, sirviendo de comparsas en esta política
repugnante, representando su papel de Diputados o de Concejales, u otros
papeles peores...
En este partido son muy pocos los directores que trabajan
desinteresadamente por el ideal; la desorganización es indescriptible, no se
puede imaginar; no hay espíritu de disciplina, ni siquiera instinto de
conservación... Si no fuera porque veo esos caciquinos ir a su avío, sin saber
disimularlo, creería que estaban locos. No se puede hacerlo peor para facilitar
la victoria al adversario e imposibilitar la propia... Estoy harto de luchar
sin esperanza de salvación entre tanta miseria. Así están disgregando la masa
republicana, infiltrando el escepticismo entre los soldados de fila... ¡Oh!
Usted no puede darse idea de lo que aquí se persiguen unos odios a otros y unas
vanidades a otras... ¡Con qué ensañamiento, con qué perfidia, empleando todos
los medios, hasta la difamación y la calumnia!...
Ha habido día que pensé meterme en casa y no ocuparme de
política. Pero lo he pensado mejor. Voy a irme con Pablo Iglesias. Él y su
partido son lo único serio, disciplinado, admirable, que hay en la España
política. […] ¡Es por el socialismo por donde llega la aurora!"
"Esto es insoportable. Esto es nauseabundo. En este
partido se tropieza por excepción con hombres sinceramente republicanos, con
hombres que deseen el advenimiento de la República."
Para terminar dos frases llenas de esperanzas:
"Así como de la noche nace el claro del día, de la
opresión nace la libertad.”
“Otros tiempos traerán la razón de aquella sinrazón”
¿Galdós es actual o no?
Interesante aportación y de gran actualidad.Benito Pérez Galdós un gran escritor, un gran "radiólogo" que descubre el interior de la sociedad y que toma partido por la República frente al sistema tan ineficaz de la monarquía. Lástima que el Partido de Pablo Iglesias haya renunciado a su herencia ideológica, a la República para ser uno de los dos pilares principales de la monarquía impuesta por la dictadura, junto al PP.
ResponderEliminarAsí es Salva, Galdós resulta impresionante, ningún escritor logra esa radiografía de la que hablas de la sociedad de su tiempo a la cual cada día se parece más la nuestra. Tal vez deberíamos redescubrir personajes como Benito Pérez Galdós o Vicente Blasco Ibáñez, en todas y cada una de sus facetas, sabiendo que cada día estamos más cerca de situaciones como las que describen en sus obras, aunque en algunos casos, por desgracia bastantes, ya las superamos.
ResponderEliminarComparto contigo lo expresado sobre lo que fue el partido de Pablo Iglesias, una pena que lo que fue una referencia desde hace mucho tiempo sea una farsa monarquica.
¡Salud, dignidad y República!