Con la república la mujer comenzó a ver cumplidas algunas de
sus aspiraciones que como ser humano tenía derecho y que sistemáticamente le
habían sido denegadas, la no discriminación por razón de sexo, la igualdad
jurídica de los hijos e hijas habidos dentro y fuera del matrimonio, el
divorcio y el sufragio universal. En ello
tuvo especial importancia el tesón de Clara Campoamor, un legado que nunca sabremos llegar a valorar en su justo
valor para lo que supuso la emancipación femenina, supongo que por la ausencia
de un republicanismo fuerte y porque pasada la dictadura sus planteamientos fueron parte de nosotros por asimilación
natural de los tiempos.
No fue solo Clara Campoamor la única mujer que lucho porque
la mujer ocupase el puesto que se merecía como persona, hubo otras muchas que
con su lucha personal se abrieron camino y demostraron que no hay hombres ni
mujeres a la hora de desempeñar cualquier trabajo o cargo, sino personas, más o
menos capacitadas pero no por razón de sexo, extracción social, raza o
procedencia.
Mujeres como Victoria Kent, Federica Montseny, Margarita
Nelken, Lucía Sánchez Saornil , María
Zambrano, Rosario Sánchez Mora , Juana Doña o la mítica Dolores Ibarruri, La Pasionaria,
sin olvidar a las miles de maestras de la República que sembraron de
conocimientos y nueva mentalidad nuestros pueblos y ciudades. entre todas hizo que la República tuviese
nombre de mujer, que fuesen las mujeres quienes terminaron defendiéndola con
uñas y dientes, el ejemplo de las
milicianas quedara para siempre en nuestra memoria.
Con la derrota de la República, la mujer española regreso al
confinamiento del hogar, la represión de la dictadura contra esas mujeres fue
brutal, especialmente contra aquellas que como las maestras habían intentado cambiar las mentalidades
trogloditas desde las aulas. La dictadura es consciente de la fuerza de la
mujer, por lo cual contrapone otra mujer, “una mujer perfecta” de acuerdo a los
canones clericales y machistas del
fascismo patrio, incluso se atreve a editar un manual de la esposa perfecta, el
cual no tiene desperdicio, machismo rancio, mezclado con fascismo militante,
entraría ganas de reír de no ser porque las autoridades franquistas lo
impusieron como norma, dejando los rescoldos de dicha mentalidad en buena parte
de la sociedad española.
Las imágenes hablan por sí solas y no tienen
desperdicio. Son “reglas para mantener
a tu marido feliz” aconsejan a la mujer.
“Ser la esposa que el hombre siempre soñó.” Pone a la mujer “en su lugar” ,
pendiente solo del cuidado de su marido e hijos, pero sobre todo de su querido
esposo, da unos consejos patéticos de comportamiento, aconsejándole que sea
dulce e interesante con él, insinuándole que se comporte como una sumisa
concubina de un harén, eso sí disfrutando de su marido, haciéndolo sentir en el
paraíso, porque cuidar de su comodidad brindara una enorme satisfacción personal
a la mujer.
En ese manual los hijos son obligación de la mujer y debe
mantenerlos relucientes y bien peinados, pero serán del marido, los tesoros del
marido. Por supuesto debe aprovechar la ausencia del marido para poner la
lavadora o pasar la aspiradora, no vaya a ser que moleste con su ruido a su amo
y señor, y por supuesto amordazar a los niños y tenerlos atados para que no
causen molestias al amo, pobrecito, el ruido que habrá tenido que soportar.
Lo que la mujer pueda pensar o sentir, no es
importante, la mujer puede que tengas
una docena de cosas que decirle, pero a su llegada no es el mejor momento para
hablarle, debe dejar hablar antes a él, recordar que sus temas son más importantes que los suyos y sobre todo que la mujer, es un “ser inferior”.
La mujer debe ponerse en los zapatos del hombre. No debe quejarse si llega tarde o borracho, si va a divertirse
sin ella o con otras, o si no llega en
toda la noche porque se ha ido con los
amigos, con otra o de putas. Debe tratar de comprender su mundo y
compromisos. El hombre en casa tiene la necesidad
de estar relajado. Eso sí, sí a la mujer se le ocurre comportarse de igual modo,
puede aplicársele multitud de leyes, abandono del hogar, adulterio, vagos y
maleantes, amancebamiento, y es que el hombre es un “ser superior”, durante la
dictadura.
Los problemas de la mujer son insignificantes, cualquier
problema del hombre por pequeño que sea es más importante que el mayor de una
mujer, que al fin y al cabo es eso, una mujer.
Por último da un consejo como un extra: “Hazlo sentir a tus anchas. Deja que se acomode en un sillón o se
recueste en la habitación, ten una bebida caliente lista para él. Arregla su almohada y ofrécete a quitarle sus
zapatos, habla con voz suave y placentera.
Realmente, bochornoso para todo aquel que se considere
persona y humillante para la mujer. No parece que esté hablando de esa
compañera de lucha diaria, con la que se comparte amor, deseos, inquietudes…
Más bien parece que se trata de una esclava la cual debe ser una sumisa
concubina deseosa de cumplir los caprichos o antojos de su amo.
Leyendo este manual se comprende el motivo por el cual
consideran inocentes a la hija del rey o a Ana Mato, las consideran inocentes quienes
tienen esa mentalidad franquista y retrograda, que considera a las mujeres seres inferiores, tontas por
naturaleza y apelan a la idiotez de los españoles y a ese espíritu fascista
inyectado en el psiquis colectivo durante casi cuarenta años para que nos lo
creamos.
Si queremos la República todos debemos saber que la
República y la Libertad tienen nombre de mujer, luchemos junto a ellas por sus
derechos y todos seremos más libres.
11 reglas para mantener a tu marido feliz.
Para descargar en PDF El Manual de la buena esposa pinche aquí
Publicado también en: Unidad Cívíca por la República
Hola Paco, quizá este texto pueda interesarte:
ResponderEliminarhttp://www.marxists.org/espanol/harman/1984/001.htm
Gracias Klins, muy interesante lo poco que he podido leer del mismo, más tarde le dedicaré el tiempo que se merece.
ResponderEliminarLo triste es que el PP pretende perpetuar ese modelo de mujer impuesto por el naZional catolicismo...están en ello. Tenemos que estar en guardia..
ResponderEliminarTu lo has dicho Luisa, el problema es que lo creen y consideran que la mujer debe estar tutelada, al menos su cuerpo. Saludos
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