viernes, 30 de agosto de 2013

El SAT expropia material escolar para niños sin recursos


Diego_canamero
Jornaleros/as y trabajadores/as del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) están protagonizado en este momento una acción reivindicativa en la que han expropiado entre 8 y 10 carritos de material escolar destinado a niños sin recursos de Andalucía.
Diego Cañamero ha explicado que se trata de una acción de denuncia ante un inicio de curso en el que miles de niños no tienen recursos. El material se repartirá en diversos colegios de Andalucía.
También se ha anunciado una gran movilización contra las políticas de recortes y el pago de la deuda.
Dos millones de personas bajo el umbral de la pobreza
En rueda de prensa celebrada a las 12:00 h en la sede del SAT en Sevilla, Diego Cañamero ha explicado a fondo la acción celebrada esta mañana. Según ha expuesto, la acción se aprobó en una Permanente del Sindicato, como protesta ante una situación social en la que ya hay 2 millones de personas bajo el umbral de la pobreza en Andalucia.
La acción ha consistido en una expropiación simbólica en un Carrefour de Sevilla, donde se han tomado 10 carritos con material escolar que se entregara en colegios que se harán públicos para que esas familias puedan tener recursos. Una acción contra la situación de pobreza y donde se da prioridad al pago de la deuda sobre los servicio sociales, sanidad, educación, etc.
Cañamero ha valorado que “la acción ha sido perfecta, porque pacíficamente hemos hecho lo que pretendíamos”. Al finalizar la acción el propio Cañamero ha dialogado con el director del Carrefour, a quien ha explicado que no es una acción contra su centro, sino contra la injusticia. “Le hemos pedido que no reclame lo sustraído porque irá a familias que lo necesitan. Le he dado mi teléfono aunque no ha respondido si va a reclamar o no”.
El Sindicato ha expropiado material básico como libretas, folios, bolígrafos, gomas, sacapuntas, tijeras, estuches, mochila y ropa deportiva. Dicho Material está guardado, se harán lotes o bolsas y se informará públicamente de su reparto en diversos colegios públicos de Andalucia.
Cañamero también ha anunciado que el 1 de septiembre tendrá lugar la asamblea nacional del SAT donde se acordara un calendario anual de movilizaciones.
Concretamente, Diego ha anunciado que se discutirá la posibilidad de organizar una gran movilización estatal con 3 objetivos: contra el pago de la deuda, por la dimisión del gobierno y contra los recortes.
Cañamero ha valorado que “no es ningún robo sino un acto de protesta para que se hable de la pobreza, de la situación social de las familias”.
A continuación de la rueda, militantes y simpatizantes del SAT han cantado el himno de Andalucía.

jueves, 29 de agosto de 2013

La necia nostalgia franquista del Partido Popular


Por Juan Carlos Monedero

El portavoz adjunto del PP en el Congreso, Rafael Hernando, dice que la República fue responsable de un millón de muertos en la guerra civil.  Además de un reaccionario es un ignorante. Las nuevas investigaciones sobre las víctimas de la guerra civil rebajaron esa cifra literaria.  Y han demostrado, al tiempo, la voluntad genocida del levantamiento. Desde antes del levantamiento les sobraba media España. Su única legitimidad, ayer y hoy, es el botín de guerra. Huele a lo mismo cuando dicen: ¡Tenemos mayoría absoluta! No terminan de quitarse ese fascista que les habla al oído.

¿Cómo puede un dirigente político igualar la democracia y la dictadura? Tontos y amables con el fascismo. Típica dirigencia PP. Le ha faltado decir que los judíos son responsables de seis millones de asesinados en los campos de exterminio, que los tutsis fueron responsables de asesinarse a sí mismos a machetazos en Ruanda o que los izquierdistas fueron los responsables de su asesinato por Suharto, que en realidad eran ellos mismos. Aunque, en verdad, van a decirlo en un par de días cuando las democráticas bombas del Nobel de la paz Obama masacre a la ciudadanía en Siria. La culpa, obviamente, es de las víctimas.

No ha dejado claro Rafael Hernando si la República fue responsable por haber impedido el golpe de Estado de los militares en 1936, por haber resistido durante tres años o porque los republicanos derrotados luego siguieron luchando por la democracia enfrentando a Hitler y Mussolini durante la Segunda Guerra Mundial. Con la bandera republicana en el morral. El tanque Guadalajara entró de los primeros a liberar París. A los republicanos que lucharon en la Resistencia los homenajean en Francia. A Franco no. Franco –dictador genocida que tuvo en sus gobiernos al fundador del PP, Manuel Fraga- es un fascista en todos los libros de historia de Europa. Menos aquí. Esas cosas de nuestra Transición. Empezamos este nuevo curso insistiendo en una vieja idea: sólo en España puedes ser demócrata sin ser antifascista.

Dice Hernando que la bandera republica es inconstitucional, al igual que la bandera franquista. Nunca entendieron qué significa una Constitución. En España, durante cuarenta años, por su culpa, no tuvimos una. Siguen en las mismas. Son tan reaccionarios que ni siquiera entienden que en democracia, la voluntad popular sirve incluso para dotarnos de una nueva Constitución e, incluso, de una república. Mientras que la bandera franquista era la bandera de una dictadura que asesinaba o encarcelaba a los disidentes, la bandera republicana tenía detrás una Constitución que otorgaba el derecho a cualquiera para construir un nuevo régimen si tenía los votos para ello. Pero Falange, el partido al que confiaron los franquistas su política, sólo confiaba, como decía Primo de Rivera (hijo de dictador) en la “dialéctica de los puños y las pistolas”. Hernando es tan necio que no ve las diferencias. Portavoz adjunto del PP en la sede de la soberanía popular. Empezamos bien.


Los cachorros del PP -que expresan lo que han aprendido a la hora de comer la paella el domingo en la casa familiar o en las escuelas de verano de su partido-, levantan el brazo a lo nazi, añoran el franquismo y volverían a cazar rojos como en los mejores años de sus mayores. El PP les ríe la gracia y avala ese quehacer.  El Parlamento español sigue sin condenar en un pleno el golpe de 1936 y la dictadura franquista. No chirría. Siguen en las calles los nombres de los asesinos y los genocidas o la Catedral de Sevilla da reposo a un psicópata, Queipo de Llano, que invitaba a las tropas moras a violar a las mujeres españolas responsables del delito de ser esposas de los milicianos. Un buen católico. La ayuda para remozar la tumba del dictador en el Valle de sus caídos salió en el BOE el 18 de julio de este año. Somos la única especia animal que tenemos el sentimiento de repugnancia. Pues va a ser verdad.

La República, una necesidad.




Este mes de agosto no ha sido más de lo mismo, a nivel personal por primera vez me enfrento al abismo emocional terrorífico de saber que no tengo un puesto de trabajo al cual incorpórame y que por muy optimista que yo sea lo tengo más negro que el betún. 
Por otro lado  el mes comenzó con un presunto ladrón y un seguro embustero mintiendo en sede parlamentaria sin rubor alguno, apoyado por un partido podrido sin un ápice de ética en sus filas. 
  Por otro con una oposición que quiere o pretende nadar entre dos aguas y según los casos ni eso.  El PsoE sabe que el caso Bárcenas es un filón del cual sacar material suficiente como para continuar con el circo presuntamente democrático, sin tocar para nada las podridas raíces del sistema instaurado por el dictador, sabiendo que el tumor está en el sistema, pero que ese mismo tumor le resulta propicio para continuar chupando de la teta de la vaca, por tanto nada se puede esperar del principal partido de la oposición presuntamente de izquierdas.
En IU, comenzó el mes con el acercamiento a otras fuerzas de Izquierdas y republicanas, más tras la publicación de encuestas que auguraban un crecimiento importante de la formación de izquierdas, parece que se conforma con esos escaños, que no aspira a nada más o que lo deja para mejor ocasión, parece como si la expectativa de doblar su número de escaños fuese su única meta.


Este mes de agosto he hablado más, he criticado más lo que sucede en España, he intentado explicar a muchos mi opinión con palabras, ya que en el mes de julio tome la decisión de no sentarme ante un teclado sino era estrictamente necesario, lo he conseguido, lo cual me ha dado más tiempo para largas charlas, no todo los fructíferas que hubiese deseado, algunas conclusiones he sacado, más o menos desordenadas en mi cabeza.

Todos, tanto de derechas como de “izquierdas” e izquierdas, coinciden en:

1º) Nos han robado por encima de nuestras posibilidades.

2º) Los dos principales partidos están podridos hasta las trancas (según quien uno más que otro u otro más que uno.

3º) La monarquía, con su majestad a la cabeza, yerno, hija y demás, presuntamente no están limpios sino todo lo contrario.  Representando un derroche que el país no se puede permitir.


De acuerdo, solo con estos tres puntos, que hay muchos más, la República estaría a la vuelta de la esquina, sin embargo al pronunciar la palabra maldita, uno me dice, el de derechas:

-          Hombre, Paco, no hay que ser tan extremista.

Mientras que uno de “izquierdas”:

-          Todo poco a poco, de momento  que dimita Rajoy y después…

Así que me veo de apóstol incomprendido, que me cuesta explicar que la República es solo una forma de estado, que lo lógico hubiese sido tras la muerte de Franco que  España se hubiese convertido en una República. Que la guerra civil fue un golpe de Estado provocado por unos militares golpistas y no consecuencia de la instauración de una República, que llego del mismo modo que debe llegar la Tercera, de manera pacífica y democrática.  Que del mismo modo que a la muerte del dictador la única salida lógica y digna hubiese sido la convocatoria de un referéndum o incluso la reinstauración del régimen democrático anterior al criminal golpe militar  del general Franco, mientras que ahora la única salida digna y lógica es un proceso constituyente que nos lleve a un Estado al servicio del pueblo, del pueblo libre y soberano, de la República.

La cuestión no es que la Familia Real viva a cuerpo de rey sin pegar un palo al agua, derrochando a manos llenas, en contraposición con miles de familias que deben de buscar en los contenedores la comida caducada de los supermercados, en estos tiempos que corren no se puede permitir una monarquía impuesta por un criminal con todo lo que ello implica, derroche, malversación, tráfico de influencias, desimputaciones o “exilios” dorados a Suiza que nos cuestan casi medio millón de euros al año.

La República no es simplemente elegir a un presidente cada cuatro o cinco años, es mucho más y así lo debemos entender, es sentar las bases de un estado realmente democrático, sabiendo los errores del pasado y sobre todo teniendo muy en cuenta estos 38 años de corrupción institucionalizada, creando los controles necesarios para que esta farsa no se vuelva a repetir.

La actual Constitución no sirve para nada más que para continuar las trampas y mentiras del PPsoE, de los medios de manipulación masiva, de tan bacines y serviles con respecto a la monarquía que dan asco hasta el vómito.   Para nada protege a los desahuciados, ni a los trabajadores, ni a los necesitados, solo sirve de eficaz escudo para salvaguardar a los corruptos de quienes deben ser los depositarios únicos de la soberanía, los ciudadanos.



Debo reconocer que convencí muy poco, me parece que solo a los ya convencidos, pero soy muy tozudo, así que ahora con el teclado intentare convencer a quienes han prometido leerme, a esos incautos que todavía confían que la actual situación es algo puntual y pasajero, aquellos que se llaman de “izquierdas” y piensan que cuando llegue el PsoE, las cosas volverán a su cauce, olvidando que el PsoE es tan servil como el PP con la Troika y que le lame el culo a su católica majestad con igual entusiasmo.  También dando caña a IU, pues sin ser parte del problema, lo será sino habla con claridad y se conforma con aumentar su número de escaños sin plantear con firmeza que el tumor hay que extirparlo para poder salir adelante mirando al futuro con ilusión, lo contrario es alargar la agonía de este enfermo moribundo que es España.

Publicado también en: Unidad Cívica por la República

miércoles, 28 de agosto de 2013

La reina y los pobres "El despilfarro y el hambre"

El gran escritor republicano,  Benito Pérez  Galdós retrató a la sociedad de su época con gran maestría, fue especialmente crítico con la llamada alta sociedad, esa sociedad capaz de todo por aparentar caridad cristiana, incapaz de renunciar a uno solo de esos privilegios para ganarse un “rinconcito en el cielo”.   Señoras de la “alta” burguesía” o de sangre “azul”, predicadororas de virtudes inexistentes en ellas.  Damas de la “nobleza “que se reservaban las presidencias y puestos en casas de caridad para que sus pudientes amistades  alabasen su espíritu cristiano y caritativo, pero que luego eran incapaces de mirar a un pobre a los ojos cumplido el compromiso de las apariencias se olvidaban de esos pobres para siempre, bueno hasta que hubiese un nuevo evento que les permitiese mostrar su cínica hipocresía, nada les importaba que niños no pudiesen comer, solo les importaba estar en el momento oportuno, en el lugar adecuado para ser vistas por el mayor número de damas que alabasen su caridad cristiana, siendo capaces de regalar pulseras a la virgen al tiempo que negaban un real al mendigo que pedía una perra gorda en la puerta de la iglesia.


Desgraciadamente esa sociedad podrida continua existiendo, regularmente vemos “damas” de las clases parasitarias participar en mesas petitorias   de obras benéficas mientras  desprecian el reparto justo de los bienes sustituyéndolo la justicia e igualdad  por la caridad hipócrita, pero sobre todo por la foto y las cámaras de televisión que están siempre serviles para hacer propaganda.
Se nota que los consejeros del Borbón andan un poco perdidos, intentando devolver el prestigio artificial que les han fabricado los serviles y bacinescos medios de manipulación masiva con la complicidad de los partidos que en teoría son republicanos.  Ahora es Sofía de Grecia, la misma que se gasta millonadas en los grandes almacenes de Londres en 15 minutos la que pretende ejercer de dama galdosiana  de la caridad, en la sede de una asociación que se llama: "Contra el hambre y el despilfarro". Mayor incongruencia no cabe, basta echar un vistazo al catering de su graciosa majestad.     Los asesores de la gran derrochadora ha sido proponer que los alimentos que van a desechar los cruceros que arriban a la isla de Mallorca sean recogidos para que se alimenten o intoxiquen los pobres.


Solo con que las grandes fortunas tributasen y los quinientos sesenta y tantos millones de euros (para mi imposible calcularlo en pesetas)  que nos cuesta la monarquía se dedicasen a dar trabajo y a ayudar a los más necesitados, no sería necesario que muchos padres de familia buscasen en la basura ni que corriesen el riego de intoxicarse con los desechos de quienes derrochan a manos llenas. Si realmente les importase la situación de las familias españolas no se limitarían a ir a hacerse la foto.



La crisis dispara la desigualdad salarial en España a las más altas de la Unión Europea


Un poco harto de que los periódicos no suelan llegar más allá del estadístico “salario medio”, valor muy poco representativo de la realidad, he dedicado un rato a indagar en las bases de datos de EUROSTAT y he creado una aplicación interactiva que permite ir mucho más allá: distribuciones de probabilidad de ingresos, medianas, etc.
Además, querría dedicar esta entrada a resaltar lo que me ha parecido más relevante en un primer vistazo a los datos: la desigualdad entre los que más ingresan y los que menos se ha disparado en España desde el inicio de la crisis. Ya estamos al nivel de Rumanía, Bulgaria y Letonia, encabezando la desigualdad  de la Unión Europea.

Veámoslo con gráficas. Un buen indicador del nivel de desigualdad de ingresos es el ratio o fracción entre lo que ganan los más y los menos pudientes. Si calculamos dicho valor para el que gana más que el 95% de la población en relación con el que sólo gana más que un 5% tenemos el ratio 95%/5%. Pues bien, en España este indicador se disparó desde un 7 (valor similar al de Grecia) hasta más de 11 a partir de 2008 (aquí puedes ver los datos del resto de países):
(Fuente: EUROSTAT)
(Fuente: EUROSTAT)
Esto significa que los ingresos netos del 5% más alto son más de 11 veces superiores al 5% más pobre. Se podría pensar que son valores habituales en otros países de nuestro entorno, pero no: de hecho, España lidera el ranking de desigualdad en cuanto al ratio 95%/5% se refiere, y de lejos. Fíjense en los países con que compartimos lugar en lo alto de la gráfica:
(Fuente: EUROSTAT)
(Fuente: EUROSTAT)
Se podría argumentar, con razón, que un ratio 95%/5% solamente toma en cuenta casos extremos, dejando al 90% de la población (entre el 5% y el 95%) fuera de la imagen. Habitualmente se emplea el ratio entre el 80%/20%, valores que ya sí que abarcan a espectro mucho mayor de la sociedad. Pues aún en este caso se puede comprobar que el valor de desigualdad, según este indicador, también se disparó en España en 2008 (y aún con tendencia alcista en 2011). De hecho superamos a Grecia en 2009:
EUROSTAT_80-20_2011_evolution
(Fuente: EUROSTAT)
En comparación con el resto de países, seguimos compartiendo lugar en la pole con Rumanía, Bulgaría y Letonia:
(Fuente: EUROSTAT)
(Fuente: EUROSTAT)
En cuanto a la evolución temporal de los salarios en estos últimos años, podemos representar el valor de la mediana (mucho más representativo que la media) para comprobar cómo los salarios llevan cayendo desde 2009, a pesar de seguir subiendo en Alemania y en el global de los países de la zona EU27:
(Fuente: EUROSTAT)
(Fuente: EUROSTAT)
Podemos también ver la distribución de ingresos de nuestro país para el último año de que dispongo de datos (de nuevo, puedes explorar otras series aquí):
(Fuente: EUROSTAT)
(Fuente: EUROSTAT)
Según la teoría económica, la distribución de riqueza y de ingresos suele tender a seguir unaforma log-normal, y esto se aprecia bastante bien en la gráfica de arriba para los datos agregados de los países de UE-27. Pero en el caso de España (y en el muchos otros estados como Italia, Portugal, etc.) se aprecia un pico a la izquierda. Esa desviación indica la existencia de una bolsa de decenas a cientos de miles de personas que tienen unos ingresos muy por debajo de lo “deseable”, del orden de 500€ a 1000€ al año.
Para finalizar, os dejo la comparación de las distribuciones de España, Francia y Alemania, donde se hace evidente el reparto mucho más justo existente en estos dos últimos estados:
(Fuente: EUROSTAT)
(Fuente: EUROSTAT)


Nota: Todas las cifras se refieren a valores monetarios en EUROS netos, tras impuestos. Puedes leer más en la web de EUROSTAT: Metadatosdefiniciones.

Mantener a la infanta Cristina en Suiza nos costará 480.000 euros anuales

El Estado pagará 300.000 euros por la seguridad de la infanta y sus hijos

El coste de mantener a la infanta Cristina y a sus cuatro hijos en Suiza costará 480.000 euros, según publica hoy El Mundo. La suma contempla la retribución de La Caixa, que pagará 120.000 euros del colegio de los cuatro hijos y otros 60.000 euros por el alquiler de la casa, y los gastos por seguridad que afrontará el Estado español, unos 300.000 euros anuales. 

La Caixa desembolsará un total de 180.000 euros más la subida de sueldo que supone desplazar fuera a un empleado –actualmente la infanta Cristina cobra un sueldo de 320.000 euros del banco catalán–. Una casa en Florisant, el barrio de Ginebra donde vivirá la familia, puede superar los 10.000 euros mensuales, aunque haciendo un cálculo a la baja, un inmueble situado en la Rive Gauche cuesta 5.000 euros al mes. Esto supondrá el desembolso de 60.000 euros anuales. 

El Ecolè International de Ginebra, el nuevo colegio de los hijos de Urdangarín y la infanta, cuesta 30.000 euros anuales, sin contar las tasas de inscripción y ayuda para el mantenimiento de las instalaciones, el transporte, la comida y las actividades extraescolares, que no están incluidas en el precio. Cuatro cursos escolares ascenderán a 120.000 euros.

Por otro lado, al erario público español le costará 300.000 euros su seguridad , sin contar dietas, vuelos y la vivienda que ocuparán los guardaespaldas. Durante los cinco años de su estancia en Washington, hubo seis policías a razón de 50.000 euros cada trabajador.

La cuenta total supondrá 480.000 euros sin contemplar el coste de vida elevado que supone vivir en Ginebra. 

El traslado a Suiza se produce tras la implicación de Iñaki Urdangarin en el caso Nòos, el instituto sin ánimo de lucro por el que supuestamente el Duque de Palma se estuvo lucrando durante años junto al otro cabecilla de la trama, Diego Torres. El hecho de que el destino de la infanta y sus cuatro hijos sea precisamente Suiza llama aún más la atención por la coincidencia de una de las acusaciones que pesan sobre Urdangarin: la de haber cobrado 375.000 euros en un banco suizo de la empresa Aguas de Valencia. El exjugador de balonmano sigue de alquiler en Barcelona, aunque según publica Lecturas, estaría buscando trabajo en el ámbito de los seguros para reunirse con su familia.

Fuente: www.infolibre.es

viernes, 9 de agosto de 2013

El único pacto posible es un proceso constituyente hacia la III República



El hecho republicano, no consiste sólo en elegir libremente al jefe de estado cada cuatro años, repúblicas las hay derechonas, como buen ejemplo de ello es el partido conservador en EEUU, o la que solicita nuestra falange abiertamente antimonarquica.Los herederos de esa oligarquía franquista, que no murió si no que se transformaron en demócratas, pueden traer una república para sorpresa de muchos "republicanos" convencidos.

La cuestión es abordar abiertamente y sin complejos la chapuza del 78, una cosntitución obsoleta con unos derechos de cartón que ya no sirve para camuflar la supuesta democracia que nos quisieron vender.

No es democrático que nuestra constitución permita que los poderes economicos de este país, con nombres y apellidos como Botín, o marcas como la TROIKA manden en nuestras vidas sin haberlos elegido nadie, y tengamos que soportar a un PPSOE vendidos a su juego sucio, por tanto será acertado pensar que la soberania del pueblo no está en el congreso sino en la calle, en las casas, en los comercios... en los ciudadanos en definitiva.
Los españoles incautos esperan que la “crisis” termine para que las aguas vuelvan a su cauce, miestras tanto nos meten por goleada un proceso des-constituyente: eliminar derechos de ese mal trecho estado de bienestar.Nosotros, mientras aguantamos en el colchon familiar a que la tormenta escampe, observamos absortos como los monarquicos planean traer a Felipe VI para intentar maquillar un cambio descafeinado del sistema para tranquilizar al pueblo que clama un cambio, pero no este, precisamente. A los hechos me remito: el sistema está dejando filtrar los escandalos del rey para traer a Felipe, que haya caido el “tabu” de hablar de la monarquia no es casualidad. Mientras, Juan Carlos se aferra a su trono, sabe que si abdica a favor de su hijo perdería su inmunidad ( el rey no es responsable de sus actos) y quizá los escandalos que estan por salir le sienten en un banquillo.

Lo importante aquí es hablar de un proceso constituyente que venga de la mano de la población en forma de mayoría social que así lo exija y que traiga la III Republica con las siguientes consideraciones vitales para una verdadera democracia participativa al servicio del ciudadano: que se pueda mandar a un politico a la calle si es corrupto o no cumple con lo prometido, donde se pregunte al pueblo sobre las politicas regresivas que atenten contra sus derechos, un estado donde un voto valga lo mismo que una persona, donde el tribunal de cuentas sea un verdadero organismo controlador de la corrupción de los partidos, donde la separación de poderes ejecutivos y legislativos tengan verdadera separación, donde la libertad, el techo, la educación, la sanidad, la alimentación... sean derechos universales y subjetivos, en definitiva una verdadera democracia, transparente y participativa y no la de cartón que sufrimos ahora. Para aondar en una alternativa de republica de izquierdas, les recomiendo el último libro de Julio Anguita,Conversaciones sobre la III Republica, alguien pone en la palestra por primera vez un modelo español republicano para el S.XXI, que no dejara indiferente a nadie.

¡Salud y república¡

Todas las dictaduras necesitan unas Malvinas, una isla Perejil o... Gibraltar


Todas las dictaduras se buscan en un determinado momento su particular “Malvinas”, con tal de perpetuarse en el poder o desviar la atención, apelar al espíritu más que patrio, patriotero ha sido siempre muy recurrente. Los éxitos deportivos han sido y son utilizados como arma para tales fines, pero curiosamente en estos días de agosto no hay un Nadal o una Roja a la cual echar mano y el caso Bárcenas está en ebullición, aunque sean muchos los españoles que están de vacaciones más preocupados por tostarse al sol o tomar una cerveza fresquita no deja de ser tema de conversación la burla del nuestro primer ministro el hombre plasma (fin de la cita).   Era necesario desviar la atención, lo normal hubiese sido otra isla Perejil. -  después del gran despliegue  para apoyar a la dictadura marroquí por parte del heredero de Franco y los herederos ideológicos del mismo y  la torpeza de pedir y conseguir el indulto de un peligroso pederasta al servicio de su majestad, no hay que olvidar que se trata de un espía al servicio del Gobierno. Pensaban que en Marruecos pasaría desapercibido pero afortunadamente no fue así. -  Por tanto no era cuestión en lugar de un islote un peñón, aunque ello pueda suponer la pérdida de trabajo de más de 7000 personas, como vamos tan sobrados de empleo en el reino de la corrupción, siete mil más no se van a notar mucho, comenzando una parafernalia fascista sin precedentes.


Está claro que Gibraltar es o puede ser una china en el zapato de España, de hecho lo es, pero no debemos olvidar algunos datos sobre la cuestión, el cómo y por qué y lo sucedido hace 300 años, la gran tomadura de pelo y los culpables


Una de la consecuencia de la llegada de la funesta dinastía borbónica fue cesión por parte Felipe V del Peñón a los ingleses: “El Rey Católico [Felipe V], por sí y por sus herederos y sucesores, cede por este Tratado a la Corona de la Gran Bretaña la plena y entera propiedad de la ciudad y castillos de Gibraltar, juntamente con su puerto, defensas y fortalezas que le pertenecen, dando la dicha propiedad absolutamente para que la tenga y goce con entero derecho y para siempre, sin excepción ni impedimento alguno”.   Con pocos remordimientos de conciencia ya que inmediatamente se convirtió en socio en el infame tráfico de esclavos de la reina de Inglaterra pese al  Tratado de Utrecht, tampoco le importo mucho al Borbón, pronto formalizo contrato con los ocupantes de Gibraltar y Menorca y creo la Compañía de Comercio, que actuaba de forma conjunta con South Sea, por este acuerdo fueron secuestrados unas 150.000 personas en África, que fueron vendidas como esclavos en pública subasta en las colonias españolas, en esta operación repartía beneficios con Ana Estuardo, reina de Inglaterra, y es que los borbones nunca se han distinguido por su moralidad en ningún aspecto.

A pesar de ello Gibraltar siempre ha sido un caso recurrente en tiempos de crisis, un modo de desviar la atención, de ocupar mentes y personas, en muchos casos de manera trágica y siempre terminando pagando los platos rotos España y sobre todo los españoles, con Gibraltar siempre han jugado con nosotros.  Durante el siglo XVIII según soplasen los vientos, el peñón fue sometido a múltiples asedios siendo el más importante el transcurrido entre 1779 y 1783, saldo de esta historia casi 6000 españoles muertos.  Ocurriendo en menor intensidad cada vez que ha habido una disputa.

La dictadura franquista también jugo al “espíritu nacional” para fomentan el patrioterismo así en 1969 el gobierno español suprimió las comunicaciones terrestres entre España y Gibraltar. Los accesos permanecieron cerrados hasta siete años después de la muerte de Franco, en 1982, este cierre fue traumático  para la economía del Campo de Gibraltar, eran miles los trabajadores españoles que trabajaban en la colonia británica, algo que con las bravuconadas de Margallo puede ocurrir de nuevo con los más de 7000 españoles que trabajan en Gibraltar, pero ahora como entonces lo que importa es jugar a patriotas de trapo, para desviar que hablemos de que esos mismos patriotas de trapo nos están robando por encima de nuestras posibilidades.

jueves, 8 de agosto de 2013

Jaque al rey, hacia la Tercera República (JUAN LUIS GALLEGO)


Cayeron las barreras. Cuestionados abiertamente por los ciudadanos, el Rey y la Monarquía se tambalean. La crisis económica e institucional puede llevarse por delante a un régimen heredero del franquismo del que, dicen los republicanos, no puede venir el cambio necesario. Incluso empujan en la misma dirección ciertos sectores del poder temerosos de que la Corona los arrastre en su caída.
El 70% de los españoles no votamos la Monarquía.Nadie de entre los menores de 52-53 años tenía en 1978 la edad suficiente para acudir a las urnas cuando los españoles fueron llamados a votar ‘sí’ o ‘no’ a una pregunta, “¿Aprueba usted el Proyecto de Constitución?”, planteada como un ‘todo o nada’, un cheque en blanco hacia una democracia tutelada por Juan Carlos I o la continuidad de las leyes del franquismo. 35 años después, la valoración de la Corona entre los ciudadanos es la peor de su historia: en la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas correspondiente al mes de abril obtenía una puntuación de 3,68 sobre 10. ¿Por qué, entonces, continuar con ella?
¿Porque es útil? “Que alguien pueda sostener que la Monarquía tiene alguna utilidad en la España actual me parece delirante. Dudo de que alguna vez haya sido útil, pero no cabe duda de que hoy se ha convertido en una parodia de sí misma”, contesta el historiador Josep Fontana, profesor emérito de la Universidad Pompeu Fabra.
¿Porque en la actual situación de crisis y deterioro de las instituciones garantiza la estabilidad necesaria para salir adelante? “En las extraordinarias circunstancias actuales, de crisis económica e institucional, la Monarquía, y en concreto Juan Carlos, no pueden encabezar el movimiento de regeneración política, cultural y educativa que necesitamos”, afirma Julián Casanova, catedrático de Historia por la Universidad de Zaragoza.
¿Porque sirve de paraguas a todos los españoles, sangrientamente enfrentados hace solo unas décadas? “Si el argumento es que ha permitido incorporar a un proyecto constitucional a los sectores conservadores, no soy partidario de una concesión tan importante, que no es necesaria, ni legítima, ni compatible con la idea de democracia”, responde Armando Fernández Steinko, profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid.
¿O quizás sea, simplemente, porque es un régimen tan válido como cualquier otro? “La Monarquía es un legado de los estados absolutistas, con una legitimidad dinástica y familiar, basada en privilegios. Es una institución no electa, que no tiene legitimación democrática. Frente a esa realidad, no valen argumentos coyunturales o tacticistas”, explica Jaime Pastor, profesor de Ciencia Política de la UNED.
Volvemos, entonces, a la pregunta inicial. ¿Por qué seguir con ella? ¿No ha llegado ya el momento de abrir un proceso constituyente que desemboque en la proclamación de la Tercera República en España, de retomar la esencia de la Segunda República que derrocó el mismo dictador que, décadas después, nombró sucesor a Juan Carlos de Borbón?
Es esa, quizás, una de las imágenes más deliberadamente arrinconadas por los monárquicos españoles, la que muestra al entonces príncipe Don Juan Carlos el 22 de julio de 1969 jurando antes las cortes franquistas “lealtad al jefe del Estado”, Francisco Franco, y “fidelidad a los principios del Movimiento Nacional”, para luego añadir, en su posterior discurso y entre los aplausos de los representantes del régimen: “Recibo de su excelencia, el jefe de Estado y Generalísimo Franco, la legitimidad política surgida el 18 de julio de 1936”, es decir, del levantamiento que inició la Guerra Civil.
La sucesión planeada por el dictador se plasmó el 22 de noviembre de 1975, dos días después de su muerte, cuando Juan Carlos I de Borbón fue proclamado rey de España tras un juramento similar de “lealtad a los principios del Movimiento Nacional”. La Constitución, aprobada en referéndum el 6 de diciembre de 1978 con el 87,8% de los votos, no hizo por tanto más que consagrar la Monarquía ideada por Franco. De hecho, el rey no juró la Constitución, que solo contempla ese trámite para el momento de la proclamación del monarca, que ya se había producido.
La Monarquía fue impuesta por Franco –recuerda el historiador Fontana- y la Constitución no incluía ninguna opción para debatir sobre su continuidad. Olvidamos que lo que realmente se nos ofreció a votar era si aceptábamos aquel texto constitucional, con Monarquía incluida, o queríamos seguir con la legislación de la dictadura”.
Ahora, la Monarquía es un mastodonte que emplea a 353 personas y dispone de 45 coches oficiales y que cuenta este año con 7,9 millones de euros para pagar, entre otras cosas, los casi 300.000 euros que cobrará el monarca (ver detalles en el recuadro que acompaña este reportaje), los casi 150.000 del príncipe Felipe y los 260.000 que se reparte el resto de la familia en función de los actos a los que acude en representación de la Casa Real.
Aún así, no da para pagarlo todo: en esos casi 8 millones de euros no entra el coste de los viajes, que paga el Ministerio de Asuntos Exteriores; ni la seguridad, que asume Interior; ni los vehículos, que sufraga el Ministerio de Hacienda, ni el mantenimiento del Palacio de La Zarzuela y los Reales Sitios, de los que se encarga Patrimonio Nacional.
Y, de repente, ese mastodonte se tambalea. Por muchas razones. Influye, por supuesto, el ‘escándalo Nóos’, que arroja sospechas no solo sobre Iñaki Urdangarin y su mujer, la infanta Cristina, sino sobre todos los que en su entorno conocieron y prefirieron tapar. O las dudas sobre el patrimonio del propio rey, que recibió de su padre como herencia 375 millones de pesetas en una cuenta suiza, además de bienes inmuebles, y que nadie se ha sentido en la obligación de explicar.
También su comportamiento privado, que le lleva a cazar elefantes en Botsuana mientras el país se tambalea y ve impotente cómo comienzan a airearse con escasos tapujos las noticas sobre sus supuestas infidelidades.
Al rey se le protegió durante la Transición y las últimas décadas de democracia frente a las críticas y el debate público –explica el historiador Casanova-. No podía haber un debate libre sobre cómo organizar el Estado, lo cual no quiere decir que no hubiera un grupo amplio de la población que aceptara a la Monarquía (y más concretamente a Juan Carlos), al margen de los elogios y que había en torno a él.
Todo eso ha comenzado a cuestionarse en los últimos años, cuando los escándalos en torno a la Casa Real y la falta de transparencia y respuesta ante ellos, marcan un punto de inflexión para la legitimidad de la Monarquía”.
Pero, sobre todo, influye que ese comportamiento ‘poco ejemplar’ de la familia real se da en un país con seis millones de parados, azotado por la corrupción, que descubre cada día una nueva muestra de la desfachatez con que amplios sectores de la clase pública han manejado los recursos públicos y que clama a gritos por una regeneración democrática que, por primera vez tan mayoritariamente, no excluye a la Monarquía.
Y las barreras caen. La familia real recibe abucheos en cada aparición pública y revistas satíricas como El Jueves, que saca a portada una viñeta del príncipe y su mujer haciendo el amor y pensando en la posibilidad de cobrar el ‘cheque bebé’ de Zapatero, o Mongolia, que tiene que doblar edición ante el éxito de su “El rey podría violarte” –en referencia a la inimputabilidad que le concede la Constitución-, superan límites hasta ese momento impensables, a la vez que abren la veda para que otros medios de comunicación destierren de una vez, o al menos limiten, la autocensura con respecto a la Monarquía.
Los gestos posteriores por parte de la Casa Real –la inaudita petición de perdón del rey por la cacería de elefantes o su disposición a entrar en la Ley de Transparencia- llegan tarde. La siguiente pregunta es: ¿Es esta contestación ciudadana el anticipo del cambio hacia un sistema republicano?
Carlos Hermida, de la Federación Republicanos (RPS), cree que, efectivamente, ese cambio es “la verdadera alternativa” a una situación que califica de “catástrofe nacional”. No vale, dice, “alejarse de la política y de los partidos”, porque es una apuesta “absurda y peligrosa que abre la puerta al fascismo”; ni tampoco confiar en una regeneración democrática basada en una Constitución “que tiene en sí misma la huella política del franquismo” y que fue aprobada en el marco de una transición que, en realidad, fue “un fraude y una estafa al pueblo español”.
La única respuesta, insiste, es “romper con la Monarquía y proclamar la Tercera República”. El cambio de régimen no puede venir, precisamente, de quienes lo sustentan y definen. “Ruptura y República”, resume Juanjo Picó, de la Unión Cívica por la República.
Más allá de las coyunturas, Josep Fontana recurre a la lógica para explicar las bondades de la República frente a la Monarquía: “La posibilidad de cambiar a plazo fijo un jefe del Estado cuya actuación no haya resultado satisfactoria, en lugar de esperar a que muera y confiar en que su sucesor será mejor, me parece un argumento suficiente”.
Fernández Steinko afirma que “la República permite una mayor identidad del ciudadano con la cosa pública y abre la puerta a su participación política”, frente a la “normalización de zonas del Estado inaccesibles para el ciudadano” que entraña la Monarquía. Y Jaime Pastor destaca la “legitimidad racional y democrática” de la República y se remonta a la Revolución Francesa para recordar “la lucha contra los privilegios y la idea de soberanía popular”. Ahora, dice, esos valores implican “participación política y una visión de las libertades como virtud cívica”.
Abandonados por los suyos
Pero, según los testimonios recogidos por Números Rojos, hay un elemento nuevo que hace este momento diferente. Y es el descontento con el rey, quizás interesado, quizás espurio, pero descontento al fin y al cabo, de quienes temen que el deterioro de la Monarquía que tan bien ha protegido sus intereses se les lleve también a ellos por delante. Lo explica el profesor de Ciencia Política Jaime Pastor: “Se optó por la Monarquía en la Transición porque garantizaba la estabilidad política y la continuidad del bloque de poder económico y social que había bajo el franquismo.
Pero ahora, en algunos sectores de ese bloque de poder dominante empiezan a dudar de su funcionalidad, al menos bajo el mandato de Juan Carlos”. Coincide en la idea el ex coordinador general de Izquierda Unida Julio Anguita, quien, al presentar en Madrid el libro “Conversaciones sobre la III República”, afirmaba que, “en estos momentos, el poder ya no confía ni le sirve la Monarquía juancarlista, y por eso se está pensando en el relevo”.
Pero Anguita advirtió, a la vez, del “peligro” de que se trate de un relevo teledirigido que traiga una “republiquita” al servicio, “no del pueblo español, sino del juego de poderes”. De ahí, dice, y en eso coinciden los expertos consultados por Números Rojos, la importancia de dotarla de contenido, lo que Carlos Hermida llama ponerle apellidos: “federal”, “laica”, “participativa”, “solidaria”… “Implantar un régimen republicano no es más que un comienzo –afirma el historiador Fontana-. Luego hay que darle un contenido de democracia participativa”.
Que sea presidencialista, al estilo de EE. UU., donde el presidente de la República es elegido directamente por los ciudadanos y es el jefe del Gobierno; parlamentaria, como Alemania, donde su elección recae en las Cámaras y dispone de funciones apenas testimoniales, o semipresidencialista, como Francia (también hay otros modelos, como Suiza, donde el presidente rota), no preocupa en este momento a los movimientos republicanos.
Porque, dicen, lo importante es la unión de todas las fuerzas de izquierda en torno a un proyecto republicano. Lo que desemboca en una nueva pregunta: ¿Y cómo llegará esa Tercera República, cuál será el proceso que desencadene el cambio?
Fernández Steinko se atreve a elucubrar con la posibilidad de que la “sorpresa” venga en unas elecciones municipales, “donde las votaciones son más autónomas y menos controlables”, y dibujen un mapa nacional dominado por unas fuerzas que hayan priorizado el mensaje republicano en su presentación. Como ocurrió en 1931, cuando las municipales del 12 de abril demostraron la implantación de los partidos republicanos y abrieron una crisis institucional que, en apenas dos días, se saldó con la marcha del país de Alfonso XIII (abuelo de Don Juan Carlos) y la proclamación de la Segunda República.
Jaime Pastor aventura “un proceso desigual de cuestionamiento de la Monarquía”, es decir: “Si realmente no se da un proceso de refundación democrática desde el Estado central, es posible que haya movimientos a favor de la República más fuertes en territorios como Cataluña o el País Vasco” y que, al final, acaben concluyendo en una “unión libre de repúblicas”.
El camino hacia la Tercera
Juanjo Picó, de Unión Cívica por la República, apunta una variedad de detonantes: movilización social, una alternativa electoral, una determinada combinación de fuerzas en el Parlamento… Y desgrana algunos de los elementos en los que, al margen de cuál fuera ese detonante, debieran darse en ese “proceso constituyente” hacia la República. A su juicio, es necesario contar con “un referente político y social claro”, aunque no necesariamente electoral.
La Junta Estatal Republicana, por ejemplo. Se trata de un “espacio de convergencia plural republicana”, impulsado en enero de 2012, cuyos componentes han aparcado sus diferencias políticas en pro de la República. Entre sus más de 50 organizaciones participantes, el Partido Comunista de España, la Unión Cívica por la República, la Plataforma contra la Impunidad del Franquismo, Republicanos (RPS) o IU.
Esa Junta puede facilitar otro de los elementos que Picó considera claves en el proceso: la “visualización” del cambio. ¿Cómo? Con un gran acto público en la plaza de toros de Las Ventas por ejemplo, o, por qué no, con el nombramiento a nivel estatal de los cargos públicos de esa Tercera República. Y, además, mantiene Picó, es necesaria una “hoja de ruta para ir golpeando poco a poco con hitos clave de gran impacto”. Pero sobre todo es fundamental una “pedagogía diaria”, la creación de “un tejido social republicano”, con juntas en barrios, municipios o provincias, y “la republicanización de las luchas ya en marcha, mareas incluidas”.
La oligarquía –dice Hermida- nos ha declarado la guerra como en el 36, ahora con el BOE como arma. Es imposible construir el país que queremos en un marco jurídico llamado Monarquía; solo la República nos devolverá la soberanía nacional”.
Si yo fuera presidente
Esto no es más que un juego, en el que, sin embargo, no es descabellado entrar: ¿quién podría ser presidente de una Tercera República? Un juego que no hemos creado nosotros y que, de hecho, ya ha servido a medios de comunicación y comentaristas para poner sobre la mesa nombres como los de José María Aznar o Felipe González. No sería tan raro, por ejemplo, en un sistema de elección directa del presidente por parte de los ciudadanos: ¿acaso no apoyaría una mayoría de derechas a José María Aznar?, ¿o una de izquierdas a Felipe González o, por qué no, a Julio Anguita?
Aunque, si de lo que se trata es de buscar un hombre de consenso, alguien por encima de la batalla política diaria, hay quien evoca el nombre de Federico Mayor Zaragoza, exministro, exparlamentario europeo y ex director general de la UNESCO.
No, por favor; ninguna de estas viejas reliquias del pasado –contesta al respecto el historiador Josep Fontana-. Lo único que se requiere para una República constituyente, que ahí es donde está lo que realmente importa, es un mandatario provisional”. El profesor de Ciencia Política Jaime Pastor apunta la posibilidad de que fuera una mujer. Y hay quien, con un poco de nostalgia, recuerda la figura del escritor José Luis Sampedro.
* Publicado en “Números Rojos”

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