martes, 28 de enero de 2014

¿Fracaso el golpe del 23F? 29 de enero de 1981, los preparativos del golpe en Melilla

Hoy hace 33 años de la renuncia a la presidencia del gobierno de Adolfo Suarez. Ha salido en todos los medios de comunicación, todo el mundo lo sabe, hay muchos cabos sueltos que se pueden atar, que de hecho ya se están atando. Aquí doy algunas datos vividos en primera persona, que al principio no relacione.  Creo que todos deberíamos hacer memoria, leer lo que se escribió fuera, en el extranjero, el informe de la embajada alemana, el libro del coronel Martínez Inglés, para terminar preguntándonos si realmente fracaso el golpe de Estado del 23-F de 1981, o si fue golpe o autogolpe. Lo que relato, como ya he dicho,  lo viví en primera persona junto a otros muchos soldados.




 Suarez fue una víctima inocente, pero  no así otros, deberían servir de pista sus palabras, “no quiero que el sistema democrático de convivencia sea, una vez más, un paréntesis en la historia de España”.  El presunto golpe de Estado era algo que se estaba fraguando desde hacía tiempo, a mi entender Adolfo Suarez no estaba de acuerdo con él.  Yo tuve oportunidad de verlo en persona aquel 29 de enero de 1981, vi literalmente a un cadáver y no solo político...


 La memoria siempre es frágil y antojadiza, pero a pesar de ello, mirando las cosas con perspectiva, desde el presente, se llegan a comprender cosas que en los momentos en que los acontecimientos tienen lugar  pasan desapercibidas ocultas arrastradas por los mismos.

El 29 de enero de 1981,  dos de las tres banderas de la Legión de Melilla formaron en el fuerte de Rostro Gordo, para la visita del entonces presidente del gobierno Adolfo Suarez, la visita estaba prevista para las 3 de la tarde, nos hicieron vestir con el uniforme de gala de la legión, en manga corta y con el pecho descubierto, el frío helaba hasta las pestañas, aquel día en Melilla la temperatura primaveral se había marchado de vacaciones.

 El presidente del gobierno llego sobre las seis de la tarde en helicóptero,  que aterrizo allí mismo en la explanada del fuerte.    A esas alturas de tarde estábamos helados y tiritando, para combatir el frío nos hacían desfilar a paso legionario a intervalos, el problema es que sudados luego con el aire frío muchos en los días posteriores  cayeron enfermos.

Cuando Adolfo Suarez paso revista a las tropas, como ya he dicho me pareció ver a un auténtico cadáver, políticamente ya lo era, blanco como la nieve, acartonado totalmente demacrado, podría decir que sus ojos mostraban la misma preocupación o desesperación que muestra una madre cuando le dicen que su hijo va a morir por una grave enfermedad.

Mucho  después  supe que había sido obligado a dimitir por parte del rey y de los militares, que el día 22 de ese mismo mes, Suárez fue citado por el Rey para almorzar en La Zarzuela. Compartiendo  mesa y mantel con significados comensales: son los tenientes generales Milans del Bosch, González del Yerro y Merry Gordon, responsables militares, respectivamente, de Valencia, Canarias y Sevilla. Los tres llevan tiempo quejándose de la situación y no ocultan su apuesta por un golpe de timón que «enderece» la vida política, Suarez estaba al tanto de sus  conspiraciones.

Aunque Suarez intenta exculpar al rey, según Moran: “el Rey no solo se lo había pedido, sino que había presionado para que dimitiera, pues los militares amenazaban con un golpe de Estado si Suárez no abandonaba la presidencia. El objetivo era formar un gobierno de concentración, presidido por Alfonso Armada, que incluso contaba con la aquiescencia de los socialistas.
Fuimos muchos quienes comentamos el aspecto demacrado del presidente del gobierno.  No estaría en la explanada de Rostro Gordo más allá de cinco minutos, el tiempo  necesario para un rápido desfile legionario, luego se fue con los mandos militares presentes y mandaron romper filas.

  Entonces no comprendí el motivo de aquella extraña visita a la guarnición de Melilla, que no fue publicitada para nada, cuando al día siguiente bajamos a Melilla, nadie sabía nada de la misma, de hecho resulta muy difícil encontrar nada sobre aquella visita, alguna referencia hay, pero mínima.   Por otra parte  si el discurso de la dimisión como presidente del gobierno lo grabo por la mañana, si ese día nada sabíamos de la visita, hasta la hora de comer, si la visita estaba prevista para las tres de la tarde y no llego hasta pasadas las seis de la tarde, mi conclusión es que no fue la guarnición de Melilla la única guarnición que visito en aquellos días previos al golpe de Estado, que fueron varias.  No tenía sentido una visita como aquella en un día como aquel, para presenciar un desfile de cinco minutos.

Unos días  antes de aquella extraña visita,   según el calendario previsto, nos anunciaron que los legionarios de primer reemplazo de 1979, al cual pertenecía yo,  deberíamos entregar la ropa militar el día 2 de febrero para licenciarnos el día 4, muy contento llame a mi madre para comunicarle la noticia, diciéndole que me iría directamente para mi pueblo, Pinarejo,  donde el día 5 febrero comenzaban las fiestas patronales. 

 Llegado el día 2 de febrero, comenzamos a preparar toda la ropa militar para entregarla por la tarde en guarniceria, los licenciados ese día ya no participamos en la instrucción y lo dedicamos por la mañana a limpiar nuestras armas reglamentarias para entregarlas al cabo furrier, sobre las doce de la mañana se presenta un teniente de apellido,  creo recordar que Moreno y nos comunica que no nos licenciamos, que nos marchábamos de maniobras a la península y que los veteranos y sobre todo los tiradores, como era mi caso, éramos necesarios para participar en las maniobras.   Pensamos que se trataba de unas palabras surgidas de un colocón de hierba que se había fumado, algo habitual en él.  Resultaba más que extraño, siempre cuando debíamos marchar de maniobras lo sabíamos con un mes o dos de antelación, no tenía sentido esa noticia, cuando se marchó el teniente comenzamos a bromear sobre el asunto, nos reímos con ganas, pero solo durante unos minutos, a paso ligero llego el resto de la compañía, mas de  una hora antes de lo previsto confirmando lo dicho por el teniente.


Sin darnos tregua ni permiso para avisar a nuestras familias comenzamos la frenética preparación de todo lo imprescindible para llevar a cabo las maniobras, en muchos aspectos diferentes a lo habituales, primero se cargó mucha más munición y explosivos de lo normal, para ser unas maniobras improvisadas, varios camiones, según me dijeron los legionarios que participaron en la carga.  Por otro en lugar de entregar nosotros la ropa, nos entregaron un equipaje de camuflaje y tiendas de campaña, también de camuflaje.
Con todo esto a las siete de la tarde/noche estábamos en el barco que nos llevaría a Almería, donde fuimos a un acuartelamiento  que estaba a las afueras de la ciudad, para por la noche salir hacia una zona del desierto almeriense cercano a un pueblo que se llama Campo Hermoso, donde nos dejaron ir a dar una vuelta, algunos aprovechamos para llamar a nuestras familias y comunicarles la mala nueva, que no sabíamos cuando seriamos licenciados.

Las maniobras salvo un día que fuimos a tirar granadas de mano y otro día hicimos ejercicios de tiro, algo que hacíamos de manera asidua en Melilla, consistieron en ir por la noche de un lado a otro de marcha, cambiando la ubicación continuamente, auténticas palizas para los pies, yo tuve suerte al estar en defensa contra carros, que las marchas las realizábamos sobre el vehículo del CSR (Cañón sin retroceso) en contrapartida nos tocaba hacer la primera guardia de la noche, ya de madrugada. 

Algunos días comíamos de caliente, los menos, muchos eran los días que la comida era enlatada, y muchos los días que para cada cuatro nos daban una botella de medio litro de coñac o de anís, algo bastante peligroso, teniendo en cuenta que íbamos armados hasta los dientes.  No ocurrió nada afortunadamente, pasamos los días aburridos, algo de instrucción y con muchas incertidumbres sin saber cuándo  terminaban las maniobras y por tanto cuando cogíamos la licencia, los únicos que parecían tener actividad intensa eran los altos mandos, que permanecían mucho tiempo reunidos, de vez en cuando llegaba algún helicóptero, pero no sabíamos ni quien ni quién no.

   Cada vez la monotonía era mayor, nos extrañaba esa falta de inactividad, esas “maniobras” de estar los días ocultos  sin hacer nada, como si estuviésemos de vacaciones.   En ocasiones notábamos nerviosismo en los mandos.  En dos ocasiones nos reunieron, la primera para darnos un discurso “patriótico” en el cual se nos invitaba a derramar la sangre por España y el rey y  la segunda después de una nula actividad entre la tropa y muchas idas y venidas entre los mandos para comunicarnos que regresábamos a Melilla,   El Teniente Coronel nos arengo con un segundo discurso, en esta ocasión leído, en líneas generales nos volvió a decir lo mismo, nos dio las gracias por nuestra “entrega generosa a la patria”, a la bandera y a su católica majestad.

Unas horas después llegaron  camiones que  nos trasladaron a Almería y de  ahí al barco, barco que al día siguiente sin demora nos devolvía  a quienes debíamos habernos licenciados el día 5  al puerto de Málaga sin apenas darnos tiempo a hacer el equipaje.

Saco yo dos conclusiones con este relato que se ajusta a la realidad,  la primera que el golpe de Estado no se improvisó de la noche a la mañana, que Suarez en persona recorrió distintos acuartelamientos, en mi opinión para sopesar apoyos y que posiblemente por no decir seguro, estaba en contra del mismo, que el entonces capitán general de la IIª Región Militar en principio apoyo el golpe y por desconocidas razones después se volvió atrás y que el golpe, fue solo presunto y con las pruebas aportadas, tanto por la embajada alemana, como por diversas fuentes, tuvo bastante de autogolpe. Que ese golpe escenificado por Antonio Tejero y Milans del Bosch en su versión más cutre, no fracaso, sino que posiblemente fue un gran éxito, consiguió sus objetivos, se generó un clima de miedo, quienes lo impulsaron vieron cómo se llevaba a la práctica sus recomendaciones principales y su católica majestad quedaba como un “héroe nacional”, eso sí, con varias horas de retraso.

Enlace relacionado:

¿Fracaso el golpe del 23F? La gran estafa. 2ª parte


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1 comentario:

  1. Fue exactamente como lo cuentas,así consolidó su reinado que aún soportamos.SyR

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