Durante estos 37 largos años la República no ha sido una prioridad, si bien es cierto que muchos hemos mantenido viva la esperanza de conseguir para España un auténtico Estado democrático, para muchos este sucedáneo era más que suficiente, si bien se reivindicaba la segunda república como una parte romántica de nuestra historia, una mártir del totalitarismo nacional-católico, al mismo tiempo que se intentaba colar en el subconsciente colectivo el matrimonio indisoluble con la guerra civil, como si una cosa fuese irremediablemente unida a la otra, como si la República hubiese sido la culpable de aquella criminal contienda.
Las migajas de libertad vigilada, junto con un eficaz aparato propagandístico, la promoción de la monarquía introducida por todos los medios posibles y en todos los escenarios, donde el nacimiento, el bautizo, la boda, la patada en la espinilla, la gracieta de turno, el vestido elegante, el brindis estúpido, o la metedura de pata del día e incluso la falta de respeto a otro jefe de Estado, se disfrazaban como una muestra de cercanía al pueblo, un signo de distinción, de elegancia, de humildad o ingenio campechano.
Incluso hoy en día, con la monarquía totalmente desacreditada quienes reclamamos la República como una necesidad imperiosa y lógica para la conseguir una sociedad más justa e igualitaria,a pesar de la corrupción generalizada en todos los estamentos e instituciones del llamado Reino de España, somos una minoría, creciente pero minoría. En algo fallamos pues.
La calle, el pueblo, desde los desahuciados, los parados, los trabajadores, los comerciantes, incluso muchos empresarios, la ciudadanía en general habla de la imposibilidad de continuar con el actual estado de cosas, donde los dos principales partidos nacionales, PP y PsoE, junto con el principal partido nacionalista, CiU, son nidos de delincuentes que han robado a manos llenas a la sociedad, solucionando sus desmanes con más desmanes, recortes en sanidad, educación y derechos de todo tipo, el número de imputados resulta impresionante. No solo entre la decadente clase política habita la corrupción, absolutamente en todos los estamentos del Estado, los excesos, derroches y falta de sensibilidad social incluida la monarquía, es absoluta, con supuestas amantes a cargo presuntamente de los presupuestos del Estado que a su vez prestan caros “servicios” al gobierno del Estado, desmentidos primero y ante la evidencia reconocidos después y pagados en el paraíso donde cobran o guardan el dinero español todos los corruptos de este saqueado país, Suiza.
La judicatura y la fiscalía del Estado que deberían ser quienes controlasen este desmadre, tampoco están ajenas a esta sinrazón, Bárcenas presumía de tener controlado al juez Antonio Pedreira, que le interesaba mucho que el asunto saliera del Tribunal Supremo, donde estaba precisamente por su condición de senador y volviera al juez Pedreira. “Él me levantará la imputación”,como así ocurrió, al ser imputado Pedreira archivo la causa “al no encontrar indicios suficientes”. Podía haber habido más, el caso Carlos Divar, el mucho más escandaloso de apartar al juez Garzón de la investigación del caso Gürtel y de la carrera judicial, o los intentos de quitar del medio ahora al juez Bermúdez por parte del PP, aun sabiendo que el juez Ruz no puede continuar con el caso a partir del mes de agosto. O la manipulación de la fiscalía que dice que no existen indicios donde si los hay para la imputación de miembros de la Casa Real en el caso Nóos. Deja claro que así no vamos a ninguna parte, bueno sí al abismo.
Con las entidades financieras convertidas en auténticas asociaciones de malhechores, que han robado y sus ahorros a los jubilados y sus casas a las familias, con el consentimiento y complicidad del Régimen que supuestamente debía protegerlos. A pesar de ello, estando prácticamente toda la sociedad convencida de la inviabilidad de la Monarquía, somos muy pocos quienes reclamamos la República como una salida lógica y necesaria para acabar con este imperio de la impunidad, donde nadie es responsable de nada, nadie dimite y todo se queda en el “tú más”, "te quitas tú que me pongo yo” y donde nadie que robe a manos llenas va a la cárcel, pero quien se gaste con una tarjeta ajena 200 €, puede verse en prisión.
Todo el mundo está de acuerdo que este Régimen continuador de la dictadura franquista, podrido y caduco desde su concepción ha fracasado, pocos quienes hablamos de República, como si existiese otra salida lógica, coherente, democrática y pacifica al actual caos. ¿Tanto ha calado en el subconsciente colectivo la manipulación masiva de la ciudadanía, durante estos años de presunta “democracia” que no somos capaces de transmitir que la República es la forma de Estado de la inmensa mayoría de los países del globo? ¿La única forma lógica y democrática?
Solo hay una salida, esa salida es la República, la recuperación de la democracia sobre las bases de la legalidad y la ética republicanas, es deber y necesidad de quienes tenemos clara esa idea intentar transmitirla con claridad, teniendo que el primer objetivo debe ser conseguir la República, la cual sea aceptada por toda la sociedad, incluidos quienes no se sienten republicanos, si no logramos que esos ciudadanos que son conscientes del
fracaso de la monarquía, sean de derechas, centro o izquierdas, apoyen la República, difícil tenemos el conseguirla.
Publicado también en: Unidad Cívica por la República
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