jueves, 29 de septiembre de 2016

Isabel II tuvo doce hijos, ninguno de su marido y uno de ellos fue Alfonso XII. ¿Quién fue el padre de Alfonso XII?



Isabel II tuvo doce hijos, ninguno de su marido y uno de ellos fue Alfonso XII. ¿Quién fue el padre de Alfonso XII?



Desde hace mucho tiempo he investigado la historia de los Borbones, sus contradicciones, sus torpezas, ambiciones, amancebamientos, infidelidades, traiciones.  La mejor forma de ser afianzar el republicanismo en España es conociendo la historia de sus reyes, ninguno destacó por su honradez, humanidad, ética o amor al pueblo que les permitía vivir a cuerpo de rey.

Todos los Borbones tienen mucho en común, muchas zonas oscuras que los deslegitimarían para continuar como estirpe reinante en cualquier país civilizado, salvo en España.  Todos los vicios habidos y por haber ha tenido dicha dinastía que tuvo bajo su cetro el mayor imperio conocido, y que por torpeza, traición y ambición perdieron. La independencia de los países latinoamericanos posiblemente se habría producido igualmente, pues la emancipación de los pueblos termina siendo una necesidad vital cuando depende de una lejana metrópoli que los ignora. No obstante, de haber sido otros, habría sido de manera civilizada y al estilo de la «Commonwealth» británica. Posiblemente hoy, de no haber estado al frente de España tan torpes como ambiciosos personajes, la comunidad de naciones hispanas sería una feliz realidad.

  A pesar de mis muchas investigaciones, llegando al reinado del peor de todos los Borbones, Fernando VII y de su archiconocida hija, Isabel II, me surgieron muchas dudas, había muchas cuestiones que no me cuadraban. Entonces conocí a María Nieves Michavila Gómez, investigadora seria, no como yo que soy un simple aficionado. Todas las dudas me las aclaró en una misma conversación la autora de «Voces desde el más allá de la historia», porque ella, además de investigadora, conoce testimonios de primera mano que afectan a su propia familia.  Aunque no lo parezca, por ser Nieves Michavila muy buena persona, además de honrada, posiblemente,  los Borbones y María Nieves Michavila, comparten un ascendiente común: el oficial de Ingenieros Federico Puig Romero, mandado asesinar; posiblemente, por su amante, la reina Isabel II. 

Los libros de historia nos dicen, sin embargo, que fue su amigo, Puig Molto el padre de Alfonso XII; no obstante,  Isabel II tenía muy poderosas razones para ocultar la paternidad real de quien sería rey, como bien explica María Nieves Michavila:

«Para Isabel II era imprescindible ocultar al Santo Padre, padrino de su hijo Alfonso, la existencia de hermanos comunes con el progenitor de su hijo. A esto se unía el peligro de que saliera a la luz una información muy grave para la dinastía Borbón que hizo cambiar la actitud de Fernando VII hacia los huérfanos Puig Romero, pasando del más absoluto despotismo a todo tipo de concesiones, recurriéndose a falsificaciones y bolsillo secreto del rey.»

Partiendo de los testimonios orales de la propia familia de la investigadora,  María Nieves Michavila Gómez comienza las pesquisas que durante más de diez años alarga, con la intención de conocer  la verdad sobre el asesinato de su ascendiente el coronel Federico Puig Romero. Surgiendo de esta investigación «Voces desde el más allá de la historia». El libro en cuestión aporta muchas novedades y vías de investigación sobre quién fue el verdadero padre de Alfonso XII y las intrigas que en torno a esa paternidad se dieron. Siendo un libro de investigación histórica que no me cabe duda de que sentará las bases para que otros investigadores continúen la labor emprendida por su autora.

Es importante conocer la historia, pero la historia se escribe en no pocas ocasiones a sueldo de quien tiene el poder. «Voces desde el más allá de la historia», nos muestra con más seriedad de la que yo voy a exponer aquí, la historia no oficial. 

La historia que es preciso investigar y que María Nieves Michavila lleva a cabo de manera rigurosa, sirviéndose a través de una investigación tenaz y exhaustiva y a la vez de fuentes directas llegadas directamente de sus antepasados, mostrándonos uno de los secretos mejores guardados de los Borbones españoles: ¿Quién fue el padre de Alfonso XII?

La legitimidad de la monarquía se basa en la sangre del rey transmitida por vía sexual a la reina. No obstante,  los Borbones, casi todos ellos muy «amorosos», no dan los perfiles, ni reyes ni reinas de que esa legitimidad de la sangre se transmite realmente por la vía sexual claramente de manera legítima. «Voces desde el más allá de la historia», nos demuestra que la historia se manipuló para ocultar esa falta de legitimidad.

Todos le dan a Isabel II fama de promiscua y de ninfómana (incluso hay un libro  satírico de los hermanos Bécquer, que de ser publicado en España, ahora, llevaría a sus autores a la cárcel). A pesar de ello, Isabel II no era diferente al resto de los Borbones, incluido el rey emérito Juan Carlos de Borbón, el heredero de Franco. Baste un breve repaso por la monarquía que dilapidó con su torpeza y arrogancia el mayor imperio de la historia: 

Desde el siglo XVIII hasta el momento presente, comienza a reinar   la dinastía en España de los Borbones. Un largo periodo durante el cual hubo guerras de sucesión, guerras dinásticas y para desgracia de España, dos restauraciones  dinásticas después de habernos librado de ellos, al grito de: 

«Borbones, ladones nunca más».

La primera después del golpe de Estado que acabó con la primera república española, y la segunda tras la imposición del dictador Francisco Franco, que dio lugar a la actual monarquía borbónica de raíces y espíritu franquista.

 No obstante, lo que siempre, desde el primer instante, lo que todos tuvieron en común fue su ambición desmedida en todos los aspectos de la existencia y sus, de devaneos sexuales, para los cuales no dudaron en asesinar o premiar a quienes pudiesen ser un obstáculo para sus caprichos.

Un breve repaso por la dinastía hasta la susodicha reina ninfómana nos demuestra que Isabel II, no fue diferente del resto de su estirpe. Sus descendientes, Alfonso XII, Alfonso XIII (productor de cine porno e introductor del mismo en España) y el heredero de Franco, Juan Carlos I, siguieron esos mismos parámetros de conducta, en todos los aspectos:

La dinastía comienza con Felipe V, gobernante de pocas luces y desarreglos mentales, era prototipo de  «enfermo imaginario», unos días y se creía difunto  mandando que lo enterrasen otros. 

 No se cortaba el pelo ni las uñas de los pies. Por la noche mandaba a encender cientos de luces y de día mandaba correr todas las cortinas y permanecía en oscuridad. Se quedó viudo pronto y sus cortesanos metieron en su cama hasta sus propias hijas con tal de tenerlo contento. 
 Eso, cuando ya no quedaban mozas para estrenar en la Corte, le buscaron nueva esposa. Una de las peores personas de la dinastía borbónica, Isabel de Farnesio. La serpiente cascabel menos mortífera que ella. Ella pronto metió al desequilibrado Felipe V en cintura,  lo convirtió en un títere de sus tejemanejes.


A continuación, llegó al trono Luis I de Borbón, hijo de Felipe V. se casó  cuando contaba con tan solo 16 años y su esposa Luisa Isabel de Orleáns con 13 años. No les dejaron consumar el matrimonio, por la edad de la reina y el rey a sus 16 años prefería irse a los prostíbulos del Retiro, que practicar el onanismo, propio de la edad.  

 La reina, francesa y sin saber castellano, se aburría. Tan solo pensaba en comer, beber, y mostrar sus «encantos»  a la guardia real, y como tenían prohibida  la vida marital por su corta edad, terminó por acostarse con toda la guardia real y enseñarles el «francés». El rey, al que los historiadores le pusieron el sobrenombre del «Bien Amado», dicen que enfermó de viruela,  murió sin cumplirse ni un año de su reinado; pero, después de destrozar muchos huertos ajenos al de su esposa.

Llegó Fernando VI, «El melancólico», también   hijo de Felipe V, este nuevo rey era amigo de la soledad, de la suciedad y de golpear a sus servidores, heredando los extravíos mentales de su progenitor. Como algo destacable en su reinado, el conceder a Pinarejo el título de Villa, dejando de ser aldea del Castillo de Garcimuñoz.  Poco más que decir sobre este breve rey, salvo que su esposa, al contrario que su suegra, era muy culta y se preocupó por expandir la cultura por las tierras de España. Eso por mucho se reían de ella por ser muy fea y portuguesa, fue una gran persona. Para que luego digan que no hablo bien de los reyes.

De Carlos III, poco que decir, solo que fue el mejor de todos los Borbones, incluido los actuales; aunque con muchas manías enfermizas y muchas sombras en su reinado. Por un lado, prohibió todas las lenguas indígenas de América y se propuso que en todo el imperio se hablase una sola lengua, el castellano, para ello creo muchas escuelas alrededor de Castilla y América, pero no en Castilla o los territorios que ya hablaban castellano.
  
Carlos IV, hijo del anterior, se creyó un ser superior al resto de los hombres, y lo único que fue el mayor cornudo de la historia de España, y junto con su hijo, uno de los dos mayores traidores a la patria conocidos.  Su esposa y a la vez prima Mª Luisa de Borbón, según los rumores de la época, tuvo varios amantes (siendo el más conocido de ellos Manuel Godoy, válido o primer ministro de su marido).  Esta reina tuvo al menos catorce hijos y diez abortos, todo un récord…

 Suyas fueron las palabras:

«Con la muerte de mi marido desaparece la dinastía Borbón, pues ninguno de mis hijos es suyo».

Y si ella lo dijo, yo no tengo por qué ponerlo en duda.

Del presunto hijo de Carlos IV, el futuro Fernando VII, además de ser el mayor traidor a España, junto con su padre,  y de ostentar el récord de ser el peor rey de la historia España, tenía otros muchos récords a tener en cuenta:

«Un miembro viril, del mismo tamaño de un poni», y aquí  no es diminutivo, sino exagerado para un hombre. Con tan extraordinario miembro se dedicaba a violar a toda la que se le ponía por delante con total impunidad. Tuvo cuatro esposas y varias amantes (una de ellas, madre del padre del futuro rey Alfonso XII.  Atentos a este dato, que nos desvela el libro  «Voces desde el más allá de la historia» ). Dicen que las malas lenguas que alguna de sus esposas, amantes o marido de sus amantes murieron en extrañas circunstancias. Ahí la gran labor de María Nieves Michavila Gómez, ha buscado y encontrado todo tipo de documentos hasta debajo de las piedras.

Buscando el sucesor al trono, Fernando VII se casó por cuarta vez con la hija de los reyes de Nápoles, María Cristina de Borbón, sobrina carnal suya, a la cual, muy romántico él, la violó la noche de bodas. Once meses después nació Isabel II. No es que fuese el embarazo de la burra. Lo cierto es que María Cristina tuvo nueve hijos más, de los cuales las dos primeras eran hijas del rey, que la palmó, al no estar ya para tanto exceso sexual.  El resto de esos embarazos fueron provocados de un sargento del cuerpo de guardia que pasaba por allí,  con el que se casó en secreto, de lo contrario habría perdido la regencia. Pasando así a ser María Cristina, la reina o gobernanta de España, recordar:

«María Cristina me quiere gobernar y yo le sigo la corriente»

La gobernanta debía ponerse vestidos muy anchos para disimular cada uno de sus ocho embarazos. De ella se decía que:

«La Regente es una dama casada en secreto y embarazada en público».

Su hija, la reina Isabel II subió al trono con 13 años y tres más tarde, ya estaba casada con su primo Francisco de Asís de Borbón, que no podía mear de pie al cual llamaban «Paquita Natillas». El hombre era homosexual y con amante masculino, algo muy respetable, hoy en día, entonces, solo por ser quién era. 

De ahí que la reina tuviera varios amantes, uno de ellos Federico Puig Romero, antepasado de la autora del libro Voces más allá de la Historia, María Nieves Michavila.

Isabel II tuvo doce hijos, ninguno de su marido y uno de ellos fue Alfonso XII, que en una carta remitida a los hijos de Federico Puig Romero, les llama hermanos ¿Quién fue el padre de Alfonso XII? 

Este gran misterio nos lo descubre el libro  «Voces desde el más allá de la historia», o al menos sienta las bases para descubrir, quién fue el padre de Alfonso XII, porque si algo aporta el libro es un amplio surtido de documentos civiles, militares, políticos, eclesiásticos y diarios de la época.

©Paco Arenas
©Mis historias borbónicas


  

Puedes comprar el libro "Voces desde el más allá de la historia" : aquí

viernes, 16 de septiembre de 2016

Somos cinco mil - El último poema de Víctor Jara



Su último poema, escrito con sus manos destrozadas por los golpes asesinos:

Somos cinco mil

Somos cinco mil aquí
en esta pequeña parte la ciudad.
Somos cinco mil.
¿Cuántos somos en total
en las ciudades y en todo el país?
Sólo aquí,
diez mil manos que siembran
y hacen andar las fábricas.
Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura.

Seis de los nuestros se perdieron
en el espacio de las estrellas.
Uno muerto, un golpeado como jamás creí
se podría golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitarse
todos los temores,
uno saltando al vacío,
otro golpeándose la cabeza contra un muro
pero todos con la mirada fija en la muerte.
¡Qué espanto produce el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera
sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es un acto de heroísmo.
¿Es este el mundo que creaste, Dios mío?
¿Para esto tus siete días de asombro y de trabajo?
En estas cuatro murallas sólo existe un número
que no progresa.
Que lentamente querrá más la muerte.

Pero de pronto me golpea la conciencia
y veo esta marea sin latido
y veo el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona
llena de dulzura.
¿Y México, Cuba y el mundo?
¡Qué griten esta ignominia!
Somos diez mil manos
menos que no producen.
¿Cuántos somos en toda la patria?
La sangre del compañero Presidente
golpea más fuerte que bombas y metrallas.
Así golpeará nuestro puño nuevamente.
Canto, qué mal me sabes
cuando tengo que cantar espanto.
Espanto como el que vivo
como el que muero, espanto.
De verme entre tantos y tantos
momentos de infinito
en que el silencio y el grito
son las metas de este canto.
Lo que veo nunca vi.
Lo que he sentido y lo que siento
harán brotar el momento...



16 de septiembre, el asesinato de Víctor Jara.



"Yo no canto por cantar
 ni por tener buena voz,
canto porque la guitarra
tiene sentido y razón".
(Víctor Jara)

 Mis primeros recuerdos de Víctor Jara se remontan a mis catorce o quince años, es más fácil que fuesen los catorce y que posiblemente hubiese pasado ya casi un año de su asesinato, yo trabajaba en el hotel donde se alojaba un matrimonio compuesto por un sueco y una chilena, en el bar del hotel, una tarde tenía puesta música de Julio Iglesias,  a mi me gustaba Serrat, pero, ordenes son ordenes, era media tarde y el bar estaba solitario, la chilena me paso un disco. 

-Hazme el favor, ponlo, pero bajito.

Comenzó a sonar “Te recuerdo Amanda”, luego llego “A Desalambrar”, a pesar de estar a un volumen bajo,  el director, con un oido finísimo lo escucho y muy amablemente le dijo a la clienta, que él no tenía nada en contra de Víctor Jara, pero que no quería tener problemas.   En España todavía duraría el padrino del rey Juan Carlos, un largo e interminable año, en Chile la sangre de inocentes llevaba un año regando las calles de Santiago y de otros lugares de aquel país, que hizo soñar a muchos españoles, un año antes.

 De nuevo volvió a sonar Julio Iglesias. Por entonces no comprendí las consecuencias o problemas que podían llegar a causar una canción, a pesar de que yo ya andaba algo politizado, en mi casa desde siempre se había escuchado Radio España Independiente y Radio Francia Internacional, pero no dejaba de ser un niño que ya llevaba años trabajando.

Años después, al comienzo de la “presunta transición a la democracia”, en un mitin del PCE, sonó la canción “A desalambrar”, me acerque a un tenderete, y junto a chapas, carteles de Salvador Allende había una colección de tres casetes de Víctor Jara, me rebusque el importe en mis menguados bolsillos de adolescente y los compre, entonces ya comprendía sobradamente lo que significaba Víctor Jara y su música.


Tras la muerte de Allende , los militares apuntan un cañón contra la universidad y disparan a la rectoría. No hay resistencia: estaban desarmados. Destrozan puertas y cerrojos y toman prisioneros a los 600 que encontraban allí, Víctor Jara entre ellos.
 Víctor Jara fue salvajemente torturado antes de ser asesinado por los golpistas chilenos un 16 de septiembre de 1973. Los militares no perdieron el tiempo, El Estadio Chile, se fue llenando de estudiantes, profesores con las manos entrelazadas en la nuca fueron llenando el Estadio, eran quienes habían resistido en la universidad en defensa de legitimo Gobierno de Chile, esto ocurría el día 12 de septiembre, 4 días después Víctor Jara  era asesinado.
Pronto un oficial reparo en la presencia de Víctor Jara:

-¡A ese hijo de puta me lo traen para acá!
-¡Así que vos sos Víctor Jara, el cantante marxista, comunista concha de tu madre, cantor de pura mierda! -gritó el oficial.
Le golpearon una y otra vez con violencia criminal, patadas, puñetazos, culatazos, él no perdía la compostura, incluso sonreía, lo cual provocaba más al criminal uniformado, que sacó la pistola, todos pensaron que lo iba a matar delante de todos, pero no, le golpeo con la pistola hasta destrozarle el rostro, cuando el hijo de su madre, se cansó de golpear a cantante ordeno que lo llevasen y lo matasen si se movía, jugaron a la ruleta rusa antes de asesinarlo.
Los militares fueron los perros de presa, no por ellos menos culpables , que el amo que les daba las órdenes, Richard Nixon, presidente indigno amoral y despreciable, él y su gobierno, que dieron alas y armas a esos criminales uniformados.
Militante comunista, Jara defendió a la Unidad Popular con su guitarra, hizo canciones de protesta, pero sus obras mayores, aquellas más sencillas e imperecederas, son las que brotan desde la tierra y de la pobreza de las barriadas periféricas de Santiago, las fuentes de su saber. Víctor creía que "la mejor escuela para el canto es la vida", recuerda su viuda, Joan Turner, en Un canto trunco, las memorias de Jara. Nombrado embajador cultural por Allende, prefería compadrear en una peña popular a los cócteles de diplomáticos.
Víctor nació campesino, desde niño ayudaba en las labores agrícolas a su padres, al mismo tiempo tuvo la gran suerte de que su madre tocaba la guitarra y cantaba, influenciando en el joven Víctor para que se interesase por la música, con 15 años trabajaba en una ebanistería, la muerte de su madre provoco en él una búsqueda interior, terminando en un seminario, en el cual permaneció dos años.  
Fue autor teatral de éxito, cantautor, fue una persona comprometida, con sus raíces y con su pueblo, participó activamente en la campaña de Unidad Popular de Salvador Allende, a petición de Neruda.
Asesinaron su cuerpo con 44 balas asesinas, pero su voz continuara siempre viva, será, es un referente de lucha de los oprimidos. Dónde derramo su sangre ayer, hoy lleva su nombre: Estadio Víctor Jara.

Su último poema, escrito con sus manos destrozadas por los golpes asesinos:


Somos cinco mil aquí

en esta pequeña parte la ciudad.
Somos cinco mil.
¿Cuántos somos en total
en las ciudades y en todo el país?
Sólo aquí,
diez mil manos que siembran
y hacen andar las fábricas.
Cuánta humanidad
con hambre, frío, pánico, dolor,
presión moral, terror y locura.

Seis de los nuestros se perdieron
en el espacio de las estrellas.
Uno muerto, un golpeado como jamás creí
se podría golpear a un ser humano.
Los otros cuatro quisieron quitarse
todos los temores,
uno saltando al vacío,
otro golpeándose la cabeza contra un muro
pero todos con la mirada fija en la muerte.
¡Qué espanto produce el rostro del fascismo!
Llevan a cabo sus planes con precisión artera
sin importarles nada.
La sangre para ellos son medallas.
La matanza es un acto de heroísmo.
¿Es este el mundo que creaste, Dios mío?
¿Para esto tus siete días de asombro y de trabajo?
En estas cuatro murallas sólo existe un número
que no progresa.
Que lentamente querrá más la muerte.

Pero de pronto me golpea la conciencia
y veo esta marea sin latido
y veo el pulso de las máquinas
y los militares mostrando su rostro de matrona
llena de dulzura.
¿Y México, Cuba y el mundo?
¡Qué griten esta ignominia!
Somos diez mil manos
menos que no producen.
¿Cuántos somos en toda la patria?
La sangre del compañero Presidente
golpea más fuerte que bombas y metrallas.
Así golpeará nuestro puño nuevamente.
Canto, qué mal me sabes
cuando tengo que cantar espanto.
Espanto como el que vivo
como el que muero, espanto.
De verme entre tantos y tantos
momentos de infinito
en que el silencio y el grito
son las metas de este canto.
Lo que veo nunca vi.
Lo que he sentido y lo que siento
harán brotar el momento...






 Yo pregunto a los presentes

si no se han puesto a pensar
que esta tierra es de nosotros
y no del que tenga más.

Yo pregunto si en la tierra
nunca habrá pensado usted
que si las manos son nuestras
es nuestro lo que nos den.

A desalambrar, a desalambrar!
que la tierra es nuestra,
es tuya y de aquel,
de Pedro y María, de Juan y José.

Si molesto con mi canto
a alguien que no quiera oir
le aseguro que es un gringo
o un dueño de este país.

A desalambrar, a desalambrar!
que la tierra es nuestra,
es tuya y de aquel,
de Pedro y María, de Juan y José




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