sábado, 24 de marzo de 2018

Abrir la ventana y dejar entrar la luz, los colores de la libertad, de la República



Abrir la ventana y ver entrar la primavera, contemplar el cielo azul, sin negras nubes, y a pesar de todo ver la lluvia de la libertad caer. Comprobar como los pensamientos oxidados del pasado cobran un brillo distinto en las miradas de los niños. Palpar el latido de una tierra preñada de esperanza, con el temblor en los labios pronunciando el dulce nombre de la libertad.

Dicen algunos profetas de la izquierda que la República ahora no toca, distorsionan la realidad, incapaces de ver podredumbre de un Régimen que lleva la corrupción en su esencia primigenia.

La desesperación se palpa en el ambiente, la sangre que chorrea a borbotones invisible para ciudadanos que un día se olvidaron de serlo, que renunciaron a todo, al frío ajeno, al techo expropiado por mentes criminales.

Dicen esos profetas de las izquierdas, siervos tan miserables como los amos a quienes sirven y critican, que ahora no toca, que no abras las ventanas de par en par, que no dejes entrar la esperanza, porque las viejas ideas, los viejos sueños, son humo de unas llamas apagadas imposible de avivar con la madera mojada.

No les creas, fíjate en sus traseros anclados, más que sentados a las viejas sillas de sus amos, ni siete elefantes les arrancarían de sus asientos, que no te engañen. Las flores del otoño están marchitas; pero, cada primavera, florecen otras con nuevo aroma.

Seguramente crees que este viejo campesino ha perdido la cabeza, contaminado por el hedor pestilente y negro del asfalto, que sus dedos van más ligeros que sus pensamientos y, sus gafas de vista cansada están cubiertas por los mosquitos que se estrellan contra sus cristales buscando una salida imposible.

Tal vez, sí, tal vez este viejo campesino vea todavía ascuas donde solo quedan cenizas apagadas, y juegue a ser profeta de una República tan soñada como imposible, para eso están los poetas, para soñar imposibles; pero te equivocas, este viejo soñador, no es un poeta, es un luchador y quiere y sabe, que es posible alcanzar los más bellos sueños sin renunciar a los más profundos ideales de justicia y libertad. Porque como dijo Eduardo Galeano:

“La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para avanzar.”

Pues avancemos, derribemos muros de corrupción, palacios de vergüenza, démosle la dignidad a las instituciones, ahora putrefactas, caminemos hacía la utopía, porque tenemos derecho al delirio; pero también, a luchar por nuestros derechos, por nuestros sueños. A traer la primavera a este país maltratado, por patriotismo; asimismo, por la imperiosa necesidad de ser felices. Si nos empeñamos lo lograremos, el Régimen está podrido desde sus más profundas raíces hasta sus más altas copas. España, poco a poco, se acerca más y más al gris de la dictadura franquista; pero también, no lo olvidemos, a la República.  

©Paco Arenas

miércoles, 14 de marzo de 2018

Quemar la foto del rey no es delito, el delito es que alguien pueda ir a la cárcel por quemar un papel.






Quemar la foto del rey no es delito, el delito es que alguien pueda ir a la cárcel por quemar un papel.

Así de claro lo ha dejado el Tribunal de Estrasburgo sentencia por unanimidad que el Estado español violó el artículo 10 de la Convención de Derechos Humanos que consagra la libertad de expresión.

No seré yo quien queme ninguna foto, ni siquiera del rey, tampoco lo voy a condenar y considero demencial que una persona pueda llegar a ir a prisión por quemar un papel. Eso sólo ocurre en dictaduras.

Dicho esto, mencionar el importante varapalo dado por el Tribunal de derechos humanos europeo al Tribunal Supremo de este corrupto Régimen.

Ha quedado claro que la Justicia en España falta todavía mucho para poder escribirla en mayúsculas, no podría ser de otro modo, puesto que la división de poderes en España es una quimera. Y si bien algunos jueces son independientes, buena parte están a las órdenes de la Corona, de políticos corruptos o reaccionaros, o ambas cosas a la vez.

Las raíces de la dictadura continúan fuertes en todos los ámbitos e instituciones de nuestro país, comenzando por la jefatura del Estado. El rey no ha sido votado, y cuando ha tenido ocasión ha demostrado a quien apoya, tal y conforme demostró en octubre pasado. Y como bien a confesado a una periodista, que es más de derechas que su padre, siendo que su padre tiene en un altar a un genocida.

Hoy, una vez más, el presidente del gobierno se ha reído de todos en nuestras narices, se ha burlado de los jubilados en el Congreso de los diputados. Ha dejado claro que la hucha de las pensiones para rescatar autopistas, el dinero sustraído a los pensionistas, lo da por perdido, los bancos no devolverán el dinero de los ciudadanos, seguirán las pagas vitalicias a políticos, tanto a corruptos como honrados, alguno habrá, pero pocos, los políticos honrados renuncian a esa prebenda, son muy pocos los casos en que esto ha sucedido, pero alguno ha habido, por ejemplo, Cayo Lara, que ha renunciado a la paga vitalicia.

La imagen de hoy en Wassap y Messenger es la de dos policías golpeando y arrastrando a una anciana. Imagen que por culpa de la Ley Mordaza no se puede hacer pública, porque en España subir la imagen de unos uniformados arrastrando o golpeando ancianos, está más penado que la acción salvaje llevada a cabo por esos salvajes.

Posiblemente, ahora, ejerciendo ese derecho democrático, serán muchos los españoles que se sentirán legitimados a quemar fotos del rey, o de los reyes, pues aquí mantenemos a dos, cuando si hubiese uno solo, sobraba uno y medio, pues como decía mi padre: "el mejor rey el que no existe". De ese libre ejercicio de la libertad de expresión, los responsables únicos serán los políticos y jueces que ha prevaricado dictatorialmente contra la democracia y los ciudadanos. Y por supuesto, si España fuese un país plenamente democrático, no habría Corona, y por tanto, no podría existir esa ley absurda de "injurias a la Corona".  ¡Ay, perdón! Se me olvidaba que en España los llamados partidos "constitucionalistas", en realidad es el bloque monárquico reaccionario formado por PP,Cs y PsoE, han decidido pasarse por el forro la sentencia del Tribunal de Derechos Humanos de la Unión Europea, que para ellos, lo único importante es seguir rindiendo babeante pleitesía al heredero de Franco... 

No, no voy a quemar ninguna foto de nadie, ni siquiera del rey de los españoles de arriba, (soy demócrata y como tal, no reconozco a ningún jefe del Estado que no haya sido votado en las urnas) No obstante, si al encender la barbacoa necesito papel, siempre lo hago con periódicos.

Paco Arenas

jueves, 1 de marzo de 2018

¿Quién llevará flores a los muertos, si están bajo las aguas del pantano?








¿Quién llevará flores a los muertos, si están bajos las aguas del pantano?

«¿Quién llevará flores a los muertos, si están bajos las aguas del pantano?»
Esta inquietante pregunta rondó durante muchos años en mi cabeza, no sabía muy bien la razón. Ahora la sé, aunque cuando la escuchaba a mi madre la intuía.   Por esa razón, mi novela mi novela «Magdalenas sin azúcar», se inicia y se finaliza con esa inquietante pregunta:

«¿Quién llevará flores a los muertos, si están bajos las aguas del pantano?»

Una de las imágenes que tenemos de la dictadura es ver a Franco inaugurando pantanos, los herederos ideológicos del franquismo todavía dicen que los hacía él, cuando lo único que hacía era inaugurarlos y quedarse con buena parte de las acciones.

Incluso, debo decir, que algunos que él inauguró se comenzaron a construir antes del golpe de Estado de 1936, como el de Alarcón y Contreras. En ambos trabajó mi abuelo Felipe.


Mi abuelo antes del comienzo de la guerra comenzó a trabajar en la construcción del pantano de Alarcón, que oficialmente se inauguró en 1942, hasta en eso nos mintieron, puesto que mi abuelo ya trabaja en él antes del golpe de Estado, como recoge el cartel de la época y el libro de «La guerra total en España (1936-1939)» de Jesús Alonso Millas:

Felipe López, como tantos miles de españoles, sufrió la crueldad de la dictadura, su afiliación al PSOE y a la UGT, le costaron siete años de presidio y torturas en el penal de Chinchilla de Montearagón, de cómo salió y de lo que allí sufrió, me dio testimonio mi madre.  Algunos de esos sufrimientos los recojo en mi novela «Magdalenas sin azúcar. Otros, he preferido omitirlos o disimularlos bajo metáforas, que, sin ocultar, no son tan duras a la hora de herir sentimientos.  

A Felipe López, a mi abuelo, lo conocí de milagro, tenía yo unos tres años cuando llegó al pueblo en que nació, a Pinarejo. Al pasar del pantano de Alarcón al de Contreras, y posiblemente al del de Benagéber, rebautizado por el dictador como del «Generalísimo», este último las obras fueron inauguradas por en 1933 por Niceto Alcalá-Zamora, Manuel Azaña e Indalecio Prieto, concluidas en 1955, siendo bautizado con el nombre del dictador.  Yo tenía constancia de que entre los forjados de los pantanos enterraban, como parte de la argamasa, a las víctimas asesinadas por los franquistas, pensaba que habían sido casos aislados, parece ser que fue algo generalizado, no solo entre el hormigón, sino que también las zonas que después serían dedicadas a pantanos, se excavaron y se enterraron bajo las aguas, que después serían anegadas, un sinfín de víctimas del franquismo, que nunca saldrán a la luz, porque están bajo las aguas del pantano.

Ahora, más que nunca, con dolor, sé que aquellos muertos, asesinados por la más cruel de las dictaduras, esas 114.000 personas que todavía esperan, una buena parte están bajo las aguas de esos pantanos que tanta «gloria» y fama dieron al mayor asesino de la historia de España.
Sirva mi novela «Magdalenas sin azúcar», para abrir los ojos, y para rendir merecido homenaje a cada uno de ellos, y al beber agua, sepamos que parte de ellos debería entrar en nuestro ser, para no olvidarlos jamás, ni tampoco a su asesino.  No se trata de abrir viejas heridas, no prentendo con mi novela eso, sino curar esas heridas de la única manera digna que existe, con VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN.   Como escribió José Saramago:

"Hay que recuperar, mantener y transmitir la memoria histórica, porque se empieza por el olvido y se termina en la indiferencia"

Puedes leer los primeros capítulos de Magdalenas sin azúcar, pinchando AQUÍ

Paco Arenas
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