Las mujeres son las culpables de todo. El pobre Santiago
Abascal está asustado y por eso quiere una ley que "defienda a mis hijos
de las denuncias falsas de cualquier desaprensiva". Y es que las mujeres
son unas desaprensivas, ¿cómo no va a estar preocupado el pobre Abascal, por la
proliferación de las "feminazis", así que ha llegado a la conclusión
de que es necesario un ministerio de la familia, que enseñe a las mujeres a ser
buenas cristianas, que lleguen al matrimonio vírgenes y estén dispuestas a ser
mártires si es preciso. Y claro le ha explicado sus razones a Casado y Rivera, y
ambos lo han comprendido, eso es amor de padre, por eso, pese a todo dormirán
en el mismo lecho y si nos descuidamos nacerá la hidra de Lerna, con sus tres
cabezas.
Las mujeres han olvidado aquel didáctico manual de la buena
esposa que en tiempos del Caudillo sacó la Sección Femenina, y que hablaba de
las "11 reglas para mantener a tu marido feliz".
Las mujeres han perdido sus valores, quieren ser igual que
los hombres, siendo que son cien gramos menos inteligentes que los hombres,
¡qué barbaridad! Ya lo dijo el médico nazi alemán Theodor Ludwig Wilhelm von
Bischoff, que eso era imposible, pues según ese médico, el cerebro de las
mujeres pesa de media 1200 gramos, y el de los hombres 1300 (yo que tengo la
cabeza gorda, no quiero ni pensar lo inteligente que debo ser, el médico en
cuestión también la tenía muy gorda, la cabeza y al parecer cuadrada, como todo
buen nazi).
Las mujeres, ahora, no siguen aquellas cristianas reglas del
Manual de la buena esposa. Pobres hombres, están sometidos a la tiranía de las
hembristas, que les quieren quitar su lugar en la casa, y que encima pretenden
que frieguen los platos, que no les llevan las zapatillas a la puerta y se
arrodillan ante él para descalzarlo.
Y es que no puede ser, las mujeres hablan sin respetar que
deben escuchar al hombre hasta que él les dé permiso, las mujeres no tienen
cosa más importante que escuchar a su marido o novio, y si no, deben atenerse a
las consecuencias, faltaría más, dos hostias a tiempo les hace aprender.
La mujer debe comprender que el hombre es hombre, y tiene
unas necesidades, así que no debe quejarse si él se hecha una amante, o se
gasta el dinero en putas, es un hombre. La mujer no se debe quejar, y aunque él
sea un putero, ella debe tenerle una buena cena en la mesa, aunque ella no cene.
Porque una buena esposa sabe cuál es su lugar...
Que bien conocen a la gente de VOX los jueces que juzgaron a
los de la manada, y se ponen en su lugar, porque está claro, si son violadas,
la culpa la tienen las mujeres, o por no ir decentes, o no ser capaces de decir
no cuando cinco muchachos le tapan la boca y pretenden pasar el rato con ella.
Una mujer como Dios manda, una mujer decente no se deja violar, pero claro...
¡Ay las mujeres! que malas son.
Claro, bueno es decir que esa mentalidad corresponde al
tiempo de aquellos manuales, al año 1953, cuando la mujer no tenía otro derecho
y misión en la vida que ir a misa, criar hijos, y sobre todo complacer a su
esposo. Ahora la mujer está rompiendo techos de cristal, y muchos somos los
hombres que estamos a su lado para ayudarles a hacer pedazos el machismo
anacrónico propio del medievo.
Las chicas son guerreras y no van a permitir que estos
"ayatolas" de nuevo cuño les hagan dar pasos hacia atrás.
Puedes leer los primeros capítulos de mi novela sobre la memoria de nuestros abuelos, aquí