El borracho criminal y traidor General Queipo de Llano
El golpista Quiepo de Llano fue un general traidor a la
patria y la República, el cual se alió con otros traidores y criminales
generales fascistas para regar las tierras de España de sangre inocente. Nunca, ni siquiera Franco, que ya es mucho
decir, ha habido un criminal mayor en la historia de nuestro país. Sembró la muerte con su voz de borracho
ambos lados del frente. En el lado que
controlaban los fascistas alentando el asesinato, el latrocinio y la violación mujeres
e incluso de niñas.
Franco lo
despreciaba, al igual que él a Franco, se temían; no obstante, en premió por
sus crímenes lo nombró marqués de Quiepo de Llano, la monarquía franquista,
fiel continuadora de aquel Régimen de terror mantuvo el título otorgado, siendo
renovando por última vez por el gobierno neofascista de Mariano Rajoy en 2012,
de manos del misógino y también neofascista Alberto Ruiz Gallardón en 2012,
yerno de Utrera Molina.
Preston en su libro “La forja de un asesino” al general
Queipo de Llano, lo califica de matón y chivato; pero, también dice de él que
era un ser mediocre y que “lo que le faltaba de intelecto, parecía
compensarlo en energía y agresividad".
Violento desde su más tierna infancia sus padres decidieron meterlo a
sacerdote. Huyó del seminario a pedradas contra los sacerdotes.
Resentido hasta el extremo con la Iglesia, se hizo
republicano, rebelándose contra Alfonso XIII, por no haber hecho el
pornográfico y también traidor rey, lo suficiente para que subiese en el
escalafón.
Estaba obsesionado
con ser diputado y ejerció de chivato de sus compañeros, a los mismos quienes
después se uniría al no conseguir convencer a Azaña de que lo pusiera al mando
del ejército.
En fechas inmediatas al levantamiento militar, "al
mismo tiempo que estaba jurando lealtad a Martínez Barrio, Queipo estaba
también en contacto por correspondencia con el general Mola sobre su posible
incorporación a la conspiración militar".
Cuando en el 18 de julio, siguiendo sus instintos asesinos,
redacta un bando de guerra para justificar
el asesinato de hombres mujeres y niños, utilizando para ello la
colaboración de otro criminal el capitán de infantería Manuel Díaz Criado, que
según el libro de Prestón era :
"un gánster
degenerado que usó su cargo para saciar su sed de sangre, enriquecerse y lograr
placer sexual".
Durante la guerra, después de sus borracheras de
aguardiente incitaba a ambos bandos al asesinato y violaciones en masa, aquí un
ejemplo:
“Nuestros
valientes legionarios y Regulares han enseñado a los cobardes de los rojos lo
que significa ser hombre. Y, de paso, también a las mujeres. Después de todo,
estas comunistas y anarquistas se lo merecen, ¿no han estado jugando al amor
libre? Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos
maricas. No se van a librar por mucho que forcejeen y pataleen.”
“Ya conocerán mi sistema: Por cada uno de orden que
caiga, yo mataré a diez extremistas por lo menos, y a los dirigentes que huyan,
no crean que se librarán con ello: les sacaré de debajo de la tierra si hace
falta, y si están muertos los volveré matar”.
Con su historial de traidor y asesino, no es nada de
extrañar que el genocida dictador sintiera temor de su persona. Lo confinó en
Roma, eso sí, después de haberle nombrado marqués y mantenerlo a cuerpo de rey
en la ciudad eterna.
Ahora, reposa en la catedral de Sevilla, a pesar de ser un
asesino, ladrón, mientras que sus miles de víctimas, como el poeta Federico García
Lorca, todavía se encuentra en una ignorada cuneta.
© Paco Arenas autor de ©Magdalenas sin azúcar, el libro,
que según un catedrático deberían leer todos los jóvenes y no tan jóvenes, para
conocer cómo fueron aquellos años que algunos ensalzan.
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