miércoles, 22 de enero de 2020

El pin neandertal, o el intento de regresar a la escuela franquista



 

En Andalucía ya han aprobado impartir clase de caza y tauromaquia,  también implantaran el «pin neandertal», como ya lo han hecho en Murcia. Quien manda en la derecha no es el PP, el jefe de la derecha es el ayatolá Abascal, convirtiéndose tanto el PP, como Cs, en meras marionetas de los nazis.   


Ahora, debemos recordar que,  si en los tiempos de la dictadura, que tanto añoran, algún padre se hubiese atrevido a decir algo así, automáticamente lo habrían fusilado. Ellos, que durante más cincuenta años han estado adoctrinando a los niños, ¿hablan de no adoctrinar? Ellos, que durante los años de la dictadura se robaron miles de niños a sus padres, y la pederastia estaba al orden del día, ¿se inventan historias de juegos eróticos a menores, que están solo en sus perturbadas mentes trogloditas?

Eran tiempos en los cuales se decía que «el verso y la letra con sangre entra», o «quien bien te quiere te hará llorar».  Tiempos grises, en los cuales los hijos de los obreros se tenían que conformar con la enseñanza primaria, si es que la terminaban. Siendo escasos aquellos que llegaban a la universidad.  Tiempos en los cuales la religión y el Espíritu Nacional del Movimiento eran las asignaturas más importantes, todos debíamos ser buenos cristianos y sobre todo buenos «patriotas» y estar dispuestos a derramar hasta la última gota de sangre por el «Caudillo», que según ponía en las monedas, «era por la gracia de Dios».

 Se rezaba todos los días, al comenzar la mañana y en la hora del «ángelus», y de vez en cuando se iba a la iglesia por cualquier circunstancia, viniera a cuento o no.  No existía el «veto parental» el adoctrinamiento era machacón y constante, sobre todo en las clases de historia, de religión, pero también de geografía o de lengua castellana. Se cantaba el «Cara al sol» , con brazo en alto haciendo el saludo romano, nazi o fascista:

«Cara al sol con la camisa nueva, que tú bordaste en rojo ayer…»

 Debo decir que yo nunca llegue a cantarla, no porque fuese más chulo o valiente que nadie, en Pinarejo, no recuerdo que se cantase, en Ibiza, era ya por entonces era un lugar que servía de escaparate a la dictadura y hubiese dado mala imagen ante los turistas internacionales. Gracias a eso me libre, no así en otras partes de España.

Las aulas las presidia el crucifijo, a los lados las fotos en blanco y negro del fundador de Falange y del dictador e instaurador del actual régimen borbónico. Como tal, a principios de los años 80 todavía en alguna escuela quedaban los retratos, a los cuales se les había unido el del Borbón.  Una vez retirados los símbolos fascistas, fueron muchos los padres que intentaron con poco éxito la retirada del crucifijo, un símbolo que pertenece a una determinada religión, la mayoritaria sí, pero que hoy no puede decirse con los datos en la mano que España sea un país católico, en teoría el 70% de los españoles se declara católico, pero solo un 15% pisa la iglesia de manera habitual, mientras que un 55% no la pisa como no sea por una ceremonia familiar, quedándose en muchos casos en los bares del contorno.  El interés de los españoles por la supervivencia de la Iglesia católica queda demostrado con el número de españoles que marcan la casilla en favor de la Iglesia Católica, menos de un 35%, cuando no por ello van a pagar más y a pesar de la publicidad en los medios de manipulación masiva, mientras que en otros países quien quiere contribuir a subvencionar cualquier religión debe pagar una cantidad aparte de los impuestos que tocan, caso de Alemania.

No seré yo quien prohíba ninguna religión, creencia o decisión de adorar a Cristo, a Mahoma, Yahveh o a un tótem siux; no obstante, pienso que no debo estar obligado a pagar unos espectáculos a los cuales no asisto, como dicen en mi pueblo, cada cual que se pague sus propios vicios.  Mucho menos me parece de recibo que sea la Iglesia católica o cualquier otra secta o religión quien tenga la potestad de marcar la educación de mis hijos, que les roben horas lectivas de matemáticas o humanidades para lavarles el cerebro con una doctrina que ni ellos mismos creen.  Que eliminen educación para la ciudadanía en la cual se inculcaban valores éticos y de respeto a las diferencias por supuestamente adoctrinar a los jóvenes, y, en su lugar impongan la religión católica como asignatura obligatoria o en su defecto una asignatura basada en la moral judeo cristiana de esa misma religión.

 Eran tiempos grises, de retratos de fascistas y crucifijos en la escuela, esos tiempos que sus herederos políticos pretenden que regresen.   


Paco Arenas




domingo, 19 de enero de 2020

El «pin parental» y el último asesinato de la inquisición




El último asesinato cometido por la Inquisición fue un maestro, su nombre Cayetano Ripoll, natural de Tortosa, y valenciano de adopción. Fue acusado, por analfabetos en su mayoría, de no creer en Dios, de cuestionar la fe y de enseñar a leer y escribir a los niños de Ruzafa contra la voluntad de sus padres, que se oponían a que sus hijos fueran a la escuela en lugar de ir a trabajar la huerta. Lo más curioso, es que la mayoría de sus vecinos lo consideraban, lo que era, una buena persona, generoso con los más desfavorecidos y amigo de hacer favores a todo aquel que lo necesitaba. Su pecado ser maestro y enseñar de acuerdo a su conciencia y en contra de la voluntad de algunos padres.
La inquisición había sido abolida doce años antes, pero el arzobispo de Valencia, que era todavía más reaccionario que Cañizares (el actual) y ya es decir, firmó su condena a muerte acusado de sustituir en las oraciones de clase la expresión «Ave María» por «alabado sea Dios», no acudir a misa, ni llevar a sus alumnos, no salir a la puerta para saludar el paso de la procesión, además de comer carne el viernes santo.
De nada sirvieron las protestas de la prensa internacional, pues en España, la prensa, en manos de Fernando VII, ni se hizo eco de la noticia. Su cuerpo, tras ser asesinado, fue quemado en la Pechina, el de su asesino, está en la catedral de Valencia.
El llamado «pin parental» va contra el tiempo y la evolución de la historia, un intento inquisitorial de pretender crear una sociedad estúpida y sin criterio, de meter miedo y censurar la conciencia de los encargados de educar a las futuras generaciones. El mal llamado «pin parental» pretende lo mismo que quienes denunciaron a Cayetano Ripoll, tener hijos tan ignorantes y retrógrados como ellos.
Desde siempre, desde la derecha más retrograda se ha buscado tener el control de la educación, acabar con la educación libre, no es de extrañar que los maestros sean siempre el objetivo principal a liquidar.

sábado, 18 de enero de 2020

Nosotros los malos españoles, los vende patrias...


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🔻Dicen, ellos, los "patriotas", los "españoles de verdad", los "buenos españoles", los "españoles de bien", que nuestra intención es desmembrar España, tal y conforme hicieron ellos con el cadáver de Teresa de Ávila, con la única intención malsana de desgarrar el corazón de los patriotas de bien, de los españoles de verdad.

🔻Dicen que queremos reducir a cenizas las incandescentes y rutilantes ascuas de nuestra gloriosa historia nacional, grabada con letras de oro y brillantes en las páginas de los libros de la humanidad.
Dicen, que somos buscadores de huesos, al mismo tiempo que reclaman respeto y beatifican a otros.

🔻Ellos que hablan de la historia y enarbolan olvidadas banderas, critican que nosotros honremos a las víctimas españolas de holocausto nazi. Porque, esas 7.000 víctimas del nazismo, que llevaban el triángulo rojo invertido eran españoles, se sentían españoles, igual nosotros.

🔻Sí, somos españoles, y sabemos que el reloj de la historia no debe detenerse, y debe navegar, dejarse llevar por las corrientes que nos lleven en dirección a un futuro más justo e igualitario.
España, la España de verdad no reside en los palacios, ni en las manos de quienes agitan banderas de odio, sino en los surcos, en las fábricas y en las manos de quienes trabajan, en no pocas ocasiones en precario, para sacar a sus familias adelante. La patria se hace trabajando, no colocando banderas en los balcones.

🔻Nosotros no tenemos problemas en decir ¡Viva España!, pero en libertad, justicia y diálogo entre las distintas formas y maneras de sentir España y este símbolo, representa con más dignidad España que muchas banderas, representa a todos los demócratas españoles, puesto que las personas que fueron apresadas, torturadas y asesinadas en los campos de concentración nazis, lo fueron por ser demócratas, republicanos españoles, con el beneplácito de la dictadura genocida que, entonces, se autodenominaban españoles de bien y patriotas. los llamaba anti españoles.

Paco Arenas

Autor de Magdalenas sin azúcar

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