La mafia se presenta a las elecciones en un reino muy, muy
lejano e imaginario…
Acabo de llegar de llegar de la ciudad, de la capital que
fue de un reino medieval, dónde había señores villanos y villanos vasallos, eso
era en la edad media, ahora hay señores villanos y sumisos vasallos. Hace muchos ya en el siglo XX, los vasallos
quisieron dejar de serlo y estuvieron a punto de conseguir ser ciudadanos,
incluso cuentan que llegaron a expulsar al muy corrupto monarca de aquel reino y
proclamar una república democrática, que poco a poco intento cambiar las cosas:
Se abrieron miles de escuelas, se subieron los salarios de
hambre, los trabajadores comenzaron a tener derechos…
Siempre se ha dicho que poco dura la alegría en casa
del pobre:
Los señores villanos se aliaron con los criminales señores de la
guerra y sembraron de sangre y desolación las tierras de la recién creada
república, los muertos, los asesinatos y las violaciones se contaban por
doquier. De ese genocidio surgió un nuevo Estado, al frente del cual
se colocó a uno de esos criminales señores de la guerra, que gobernó de manera tiránica
aquel lejano país durante muchos años, asesinando, encarcelando y sembrando el
miedo hasta sus últimos días, en que aquel criminal murió en su cama.
Ese señor de la guerra nombró como heredero a un joven príncipe
al que amamantó del mismo modo que la loba a Rómulo y Remo, con sus mismos
ideales, si es que el señor de la guerra los tenía. Pero ese joven príncipe no se veía capaz de
infundir el temor entre sus vasallos que el sanguinario señor de la guerra y de
la muerte, por lo cual decidió llevar a cabo una imitación a aquella república que
aniquiló su mentor. A ese sucedáneo de
república o de democracia se le llamo monarquía parlamentaria; redactaron —como
no podía ser de otro modo —una presunta constitución, prostituida y violada por
aquellos que presumían de respetarla.
Los partidos firmantes —tal y conforme decían los antiguos
anarquistas: “el dinero y el poder corrompe todo lo que toca” —se fueron
corrompiendo, si es que ya no lo estaban desde sus raíces, todas sus
instituciones, incluida la más alta de todas, terminaron transformándose en
organizaciones mafiosas…
Y esas organizaciones mafiosas se presentan a las elecciones
haciendo promesas que se incumplían y incumplen de manera reiterada, robando a los siervos
hasta lo que sale de la curcusilla y aunque parezca estúpido, los sumisos
vasallos a pesar de saber que les están robando, la casa y hasta la comida de sus hijos, de saber que que les prometen la playa a mil kilómetros de la
costa y que jamás podrán ver el mar, a pesar de saber que les están mintiendo, tomándolos por estúpidos una y
otra vez, les votan, pasando de ser estúpidos siervos a
convertirse en miserables cómplices…
Pero claro, esto ocurre en un reino muy lejano e imaginario…
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