Las ideas pueden ser gotas vanas y hueras caídas en saco
roto y agujereado. Es lo que siempre o casi siempre suele ocurrir.
No se cambia la forma de la roca de un día para otro. Ni el
temor a lo que pasó en tiempos remotos se olvida.
El miedo guarda la viña, siempre se ha dicho. Lo grave es
que los tiranos lo saben. Muestran los impactos de las balas que dispararon. No
precisan volverlas a disparar.
Decía Jorge Bucay, que el elefante atado a una estaca desde
pequeño, cuando no tiene fuerza para arrancarla, no se planteará jamás volver
intentarlo. Si alguna vez se le pasase por la cabeza, ya se lo recordarán
otros, sus mismos compañeros de cautiverio, le acusaran de anti sistema, de
querer pervertir el orden establecido, de traidor y desleal y molerán a palos y
le harán creer que es por culpa suya.
Por desgracia, el espíritu de aquel que se enfrentaba a los
gigantes, o no existió, o está muerto, ahora una simple estaca de madera,
clavada débilmente en el suelo, nos impide caminar.
Así es España, no volverá a intentar ser un pueblo libre y
democrático, porque es un pueblo de miedosos, porque quienes le ataron a la
estaca y le molieron a palos le repiten todos los días que él, el pueblo, fue
el culpable, por querer ser dueño de su destino.
Y así permanecerá este pueblo que fue y no es, por los
siglos de los siglos. Y a quienes cojan agua fresca para despertar de tanta
estupidez y cobardía, los echaremos a los leones, porque en los circos también
hay leones, que aunque víctimas también, obedecen la voz de su amo.
A pesar de todo, habrá que seguir intentando, gota a gota,
palabra a palabra, cambiar la forma de la maldita roca del miedo.
Salud para todos y República para España.
Paco Arenas.
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