Que
la representante del partido fascista diga barbaridades y considere que sacar
al golpista y genocida Francisco Franco del Valle de Cuelgamuros es un «es
un ataque al orden constitucional» y que se le debe guardar lealtad a
un asesino y a la libertad, puede estar hasta dentro de lo normal, para eso
representa a un partido claramente fascista/franquista/nazi.
Lo
que no está tan claro, es que la muy prescindible presidenta de la Comunidad de
Madrid, diga esas barbaridades que sobrepasen por la derecha a los fascistas,
siendo, como presume de ser, presuntamente «constitucionalista» y considere que
sacar a un dictador genocida del Valle de Cuelgamuros, sea preludio de la quema
de parroquias, como dijo ayer:
«Me
espanta la Ley de Memoria Histórica» y considere que sacar al verdugo de su mausoleo
faraónico y separarlo de sus víctimas sea «tener que remover heridas o
abrirlas» y se pregunte, leyendo palabra por palabra, que no fue un
lapsus propio del nerviosismo ni de la torpeza congénita que le caracteriza, lea:
«¿Qué será lo siguiente? ¿La cruz del
Valle? ¿Todo el Valle? ¿Las parroquias del barrio? ¿Arderán como en el 36...?»
Autenticas
barbaridades propias de una mente enferma y fanatizada.
Fueron
mucho más las barbaridades que dijo y que en cualquier país realmente democrático
la inhabilitarían para el cargo, pero en España no pasa nada, asumir los
discursos de la extrema derecha se está convirtiendo en algo habitual, por
parte de muchos partidos, incluidos algunos que deberían estar alejados de esas
ideas.
Lógico,
que el representante y prescindible vicepresidente de la Comunidad de Madrid,
Aguado, que pertenece a un partido que dice ser de centro, como presuntamente
es Cs, hubiera afeado o matizado las palabras de la muy prescindible presidenta
madrileña, eso como mínimo; pero como quien manda y maneja el gobierno de
Madrid es el partido fascista y hay que tenerlos contentos, ha echado más leña
al fuego, y también quiere quemar iglesias y ha dicho en línea con la «ayusada»
de la prescindible de Madrid:
«es
una certeza que en el año 36 ardieron las iglesias pero que también es una
realidad que el Gobierno regional va a hacer todo lo posible para que no
vuelvan a arder en 2019 como consecuencia de que haya alguien que quiera
imponer su ideología sobre otras».
¿En
manos de quienes están en la prescindible comunidad autónoma de Madrid? ¿Quién
pretende quemar iglesias?
Es preciso cerrar heridas, y una de las formas
de hacerlo es honrando a las víctimas, sea cual sea su ideología, provocadas
por un criminal golpe de Estado, seguido de una guerra civil y una genocida
dictadura, en la que se produjeron la mayoría de las víctimas, porque resulta
llamativo, que el número de muertos, una vez terminada la guerra, fuera infinitamente
mayor, y que la posguerra fuera más que la paz, un genocidio y un expolio en
toda regla. Es preciso cerrar heridas,
pero con Verdad Justicia y Reparación.
Paco Arenas, autor de Magdalenas sin azúcar
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