Hoy este bello edificio que alberga la Biblioteca Valenciana,
fue un lugar donde quienes soñaban con la libertad, la justicia y un mundo
mejor. Quienes lucharon por ellas y perdieron, permanecieron los que deberían
haber sido los mejores años de sus vidas transformados en pesadilla, angustia y
desesperación tras sus barrotes. Algunos perecieron ante pelotones de ejecución
o debido a las múltiples enfermedades carcelarias, otros lograron sobrevivir tras
pasar por sus celdas regadas de sangre, hoy esplendidas salas de la biblioteca
con resplandecientes suelos de mármol.
Llego a albergar una población de más de 4.000 presos,
hacinados y controlados férreamente, regida por un aparato administrativo
compuesto por el Director, Administrador, tres Jefes de Servicios, un grupo de
Oficiales y Guardias, el Maestro, un Médico y el Cura.
Por la mañana se repartía malta más que aguada, además sucedáneo de muy mala calidad,
que provocaba que muchas mañanas los presos se fuesen patas abajo. Al medio día
cabezas de pescado nadando entre granos de arroz y agua, alguna vez lograban
pescar arroz o algo de carne nadando en el agua, gorgojo.
Era una cárcel con poco personal de prisiones, sirviéndose de
presos de confianza para suplir esas carencias, con mucha presión y varios recuentos
diarios, por miedo a posibles evasiones.
Entre quienes sufrieron tras sus barrotes, estaban Teodoro Cañego,
un buen hombre de La Mota del Cuervo y Vicente Uixera, ambos un ejemplo de
dignidad y lucha para quienes con muy pocos años comenzábamos a demostrar
nuestro descontento con la dictadura y la falta de libertad y justicia, ellos
nos enseñaron el camino, y quienes estuvimos a su lado permanecemos en la misma
senda, soñando con la libertad, con la libertad auténtica, no con sucedáneos como aquella malta que recibían por las mañanas,
que nunca la mejor malta superó al peor café, nunca. Queremos la libertad, la
democracia, con todas sus consecuencias, exigimos nuestro derecho a
equivocarnos y a rectificar si es preciso, poder elegir desde el más humilde de nuestros concejales hasta el jefe del Estado, sin imposiciones o ataduras dictatoriales.
Hoy he estado en San Miguel de los
Reyes y me he emocionado, más que ante los interminables pasillos llenos de estanterías repletas de libros, que siempre me emocionan, me he emocionado pensando en todos aquellos que soñaron libertad y sufrieron
prisión. He recordado a dos viejos amigos, a dos
luchadores. Todavía hoy recuerdo como se le iluminaban los ojos a Teodoro Cañego cuando hablaba de la República, como a pesar de la diálisis sacaba fuerzas para
conspirar contra el tirano y su sucesor, recuerdo la vehemencia de Vicente
Uixera, la profundidad de sus análisis, lo certero de sus conclusiones, su
disposición a pesar de la edad para dar hasta la última gota de su sangre por
la libertad.
Han sido sensaciones, han sido añoranzas, han sido deseos que
hombres como aquellos vuelvan a poblar las tierras de España, hoy me he emocionado, he sentido dolor, pero también esperanza, pensando en ellos.
http://13escultor.blogspot.com.es/2013/08/obras-realizadas-en-la-postguerra-por.html
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