Hoy he sentido la patria, no es que no la haya sentido antes, corre por
mis venas, forma parte de mi esencia, me emociono al ver ondear su bandera…
Sin embargo, hemos caído en la perversa trampa de los traidores a la
patria, de aquellos que se levantaron en armas contra ella enarbolando otra
bandera, que también representaba la patria, pero otra patria, la de los
poderosos.
Sí, es cierto, no me emociona la misma bandera que hace vibrar de emoción
a otros españoles. España debería tener una sola bandera, todos los españoles
deberíamos sentir como propia la misma bandera, como ocurre en Francia, en
Alemania, en Italia…
No lo han puesto tan difícil, han utilizado su bandera como arma
arrojadiza contra los españoles que no tenían o tenemos el mismo concepto de
patria que ellos. Nos prohíben hasta el simple gesto simbólico de que un solo
día al año ondeé en los ayuntamientos nuestra bandera, la bandera que muchos
españoles tenemos como propia y que fue la bandera del último régimen realmente
democrático de la historia de España, la República Española.
No obstante, la patria no es la bandera, ni una ni otra, ni la
monárquica, ni la republicana. La patria tampoco es el escudo. A la patria no
la representa un rey que vive a cuerpo de rey, o una reina que hoy ha estrenado
un vestido y unas joyas que cuestan más que lo que necesitan para comer varias
familias españolas. La patria no son tampoco los corruptos gobernantes que
tienen siempre la palabra España en la boca, saquean sus arcas y se llevan lo
robado a los paraísos fiscales, no ellos, tampoco son la patria.
La patria es el pueblo, por encima de cualquier bandera, por encima de
cualquier raza, con indiferencia de que haya nacido en España o en Ecuador, Colombia
o Bolivia. La patria, son aquellas personas que trabajan honradamente por ella,
aquellos que dan la mano a quienes lo necesitan, aquellos que no cierran los
ojos ante lo que sucede a su alrededor.
Sí, hoy he sentido la patria, he sentido la patria agarrado a una
bandera, una bandera sujetada por personas de distintas ideologías, que sentían
la patria en distintos idiomas y acentos , con distintos matices...Porque hoy
la PATRIA no estaba en los edificios oficiales, ni en los palacios, ni en los
estadios de fútbol, hoy la patria estaba
en la calle exigiendo trabajo, libertad, justicia y fraternidad entre las
personas y gentes de este bendito o maldito país que tanto amamos, y que se
llama España, Espanya, España, Espainia,
Espanha
Y he tenido la sensación clara de que la patria estaba secuestrada por
patriotas de trapo con cuentas en Suiza, y me he sentido más español, más
patriota, más republicano. Y he gritado hasta dolerme la garganta:
¡¡¡España mañana será republicana!!!
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