Si hacemos caso a sus palabras, y seguimos sus sabios
consejos de filósofo de la antigua Grecia, hacemos la interpretación necesaria
del oráculo de Delfos, nos sentamos sobre una piedra como el pensador de Rodin,
sino tenemos piedra, podemos hacerlo sobre la taza del váter, como Rajoy (de lo
contrario no se comprenden tantas cagadas).
Después de escucharlo esta noche, porque siempre hay que
darle una oportunidad a esa persona que ha terminado por convertir España en el
paraíso de la mafia que se lleva el dinero de los españoles a otros paraísos,
en este caso fiscales. He querido escucharlo y lo he escuchado sin
interrumpirle, sin acordarme de sus ancestros, sedado un poco por la tila de
estos días, en calma.
Rajoy, como gran filósofo clásico, comparable a Sócrates,
Platón o Tales de Mileto, ha sido claro como el agua de las charcas pantanosas
de cieno que en el siglo XIX había en las entradas de las ciudades españolas, parafraseando
al gran Jovellanos podríamos decir:
“Las charcas de podredumbre y cieno de la corrupción y la
tiranía, pregonan el abandono de higiene y salubridad públicas de la llamada
democracia española. España, donde la calle Salud debería llamarse Epidemia de
Corrupción. Charcas de cieno dónde no solo se lavan los trapos sucios, sino
incluso las tripas de los cerdos, y esto es horrible, con las que se fabricarán
los famosos chorizos genoveses, que algunos muy alegremente comerán a pesar de
saber su procedencia y elogiaran su rancio y putrefacto sabor como si fuese el
más selectos de los manjares habidos en España.”
Pero dejémonos de disquisiciones peregrinas llevadas a cabo
en una noche de insomnio, y vayamos a la gran claridad de este gran filósofo
del siglo XXI, que sin duda eclipsara a los antes mencionados pensadores
clásicos, que para el futuro de la humanidad supo dilucidad que un vaso era un
vaso y un plato un plato.
Las palabras de este gran filósofo:
1) Se debe votar el 26 de junio por gente sería, que
no mienta a la gente. España necesita gente que sea honrada, decente y patriota.
2) España es una cosa muy seria para dejarla en manos de
cualquier inepto. Tampoco en manos de gente que no crea en la democracia. Porque
en España hay muchos españoles que están hartos de que les mientan y que les
roben.
3) Hay que votar por aquellos que con sus acciones no lleven
a la ruptura de España como nación...
4) El objetivo de todo gobierno debe ser el bienestar de la
gente, que esa gente tenga un trabajo digno y de calidad."
No es preciso más, nos basta para humildemente intentar
comprender las divagaciones de este gran maestro erudito de la filosofía
contemporánea española.
Por tanto, Rajoy me ha convencido, ante todo no se debe
votar al PP, a pesar de que me gustan mucho los gatos, también los perros, pero no los vagos que no hacen nada por España y se llevan el dinero fuera, contra esos perros si estoy en contra, si fuesen gatos también lo estaría. Tampoco creo que se daba votar a aquellos que pueden facilitarle el Gobierno. En el
primer punto el PP no pega ni con cola en ninguna de esas cualidades. En el
segundo, creo que está tan claro que el PP no cree en la democracia como el
agua cristalina del nacimiento del río Cuervo, siendo su síntoma más destacado
la ley mordaza. En el tercer punto, la calle Génova no solo ha sido la mayor
fábrica de chorizos de España, sino también de independentistas. El cuarto
punto, el PP en cuatro años ha intentado desmantelar el estado de bienestar,
sanidad educación, ley de la dependencia...
Así que tras meditarlo, y a pesar de que Pablo Iglesias no
es mi candidato favorito, sino Alberto Garzón. A pesar de mi republicanismo
militante, y estar convencido que la cuestión de la recuperación de la
soberanía nacional siempre toca, es decir la República... Voy a votar a la
coalición formada por IU y Podemos, junto con otras fuerzas como Compromis, sin
que por ello renuncié a la República como única forma democrática de gobierno.
©Paco Arenas
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