Pasionaria era sobre todo valentía y honestidad, rasgos que
la llevarían a convertirse en referente indispensable de las luchas en el siglo
XX como dirigente comunista.
.. querían insultarme a mí, llamándoos, hijos de pasionaria,
y no podrían haberme hecho honor más grande que considerarme vuestra madre...”
-Dolores Ibárruri
La oratoria de Pasionaria atrapaba a la gente del pueblo.
Dolores hablaba y su palabra seducía. Manuel Vázquez Montalbán decía que estaba
dotada de la verosimilitud, la palabra emparentada con la veracidad, porque te
la creías por su simple estar. Hija de minero, esposa de minero, descubrió que
podía convertirse en la voz natural de una clase muda y explotada. Nació y creció en el foco de la agitación
social más importante de la época, las cuencas mineras. Allí la vida de las
mujeres era horrible, tuvo que enterrar a cuatro de sus seis hijos, no había
medicinas ni médico, solo miseria para los obreros.
Dolores procuró estudiar para adquirir cultura, sacaba
libros de la Casa del Pueblo y por las noches se ponía a estudiar. Así fue
adquiriendo conciencia y enseñaba a las mujeres que no había que llorar, “hay
que luchar”. En ese convencimiento, comenzó su vida y su lucha.
En esos primeros años, trabajó como bordadora, como
sirvienta, conoció la pobreza, las luchas sociales y se convirtió en una
militante. Pero la confirmación de Dolores Ibárruri, ya en el recién formado
PCE, llegó tras la dictadura de Primo de Rivera, con el advenimiento de la II
República.
Pasionaria era sobre todo valentía y honestidad, rasgos que
la llevarían a convertirse en referente indispensable de las luchas en el siglo
XX como dirigente comunista. Dolores se traslada a Madrid en 1931 para trabajar
en Mundo Obrero, donde firma sus artículos como “Pasionaria”, accede al Comité
Central del PCE, el partido la saca de la oscuridad.
Cuando José Díaz Ramos asciende a la Secretaría General del
PCE, Dolores Ibárruri se consagra como dirigente del partido. Ambos encabezan
el nuevo equipo de la dirección comunista, hacen un tándem comparable al de
Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht, convirtiendo al PCE en un partido de masas
con cada vez más influencia con lo que luego será la política del Frente
Popular.
En esos años comienza a forjarse la leyenda de “La
Pasionaria” entre los trabajadores, con la revolución social de Asturias de
octubre de 1934. Dolores evacuó a muchos niños a Madrid, pero eso le costó muy
caro. Los períodos de encarcelamiento de Dolores se sucedieron, estuvo presa en
Langreo y Oviedo, su imagen social cobró fuerza cuando después comenzó a
encabezar duras manifestaciones.
En las elecciones del 16 de febrero de 1936, Dolores salió
elegida como diputada por Asturias, junto a otros 16 camaradas, en las Cortes
republicanas. En Asturias fue ella quien encabezó la liberación de los presos
que estaban en la cárcel de Oviedo tras haber participado en la revolución de
Octubre del 34.
El enorme activismo de esta mujer durante la Guerra Civil, y
especialmente sus intervenciones como cabeza visible de las Mujeres
Antifascistas, la convirtieron en un mito de la revolución, la acompañan
solidas intelectuales como Irene Falcón, inseparable compañera de Dolores
durante 60 años.
El primer día de la sublevación fascista, Dolores se dirigió
al pueblo por la radio, “hay que resistir al fascismo”, dijo a través de Unión
Radio, seguido de un sonoro y rotundo “No pasarán, no pasarán, no pasarán”, y
esas dos palabras se convirtieron en una bandera de lucha que ha llegado hasta
nuestros días.
Pasionaria se volcó en el Frente durante la Guerra Civil.
Era una mujer muy sensible, allí conoció a Franscisco Anton, y se enamoró, por
lo que sufrió el machismo y el ataque de propios y ajenos. Pero la guerra se
perdió y Dolores tuvo que abandonar el país, partiendo al exilio en Francia y
luego en Moscú.
En la Unión Soviética, Dolores sufre uno de los golpes más
duros de su vida, su hijo, Rubén Ruiz Ibárruri, que había ido al frente a
luchar contra los nazis, cayó muerto en combate en la batalla de Stalingrado,
cuando Dolores se enteró, bajo la cabeza y dejó caer unas lagrimas, ese dolor
le acompañó toda su vida.
En 1942 muere José Díaz, y la Internacional Comunista la
propone para Secretaria General, pero había otras personas que pretendían
serlo, como Jesus Hernández, que a falta de argumentos políticos emprendió una
dura campaña machista contra Dolores por su relación con Franscisco Anton.
Dolores Ibárruri es elegida Secretaria General del PCE,
cargo que ocupa hasta 1960. En esa época, Pasionaria es ya, sin duda, una de
las figuras más importantes del movimiento comunista internacional. En el VI
Congreso, Dolores Ibárruri es promovida como Presidenta del partido.
Tras la muerte del general Franco y el final de la dictadura
militar, Dolores regresa después de 38 largos años de forzado exilio. El
recibimiento es apoteósico, de las endebles escaleras del avión desciende una
mujer, Dolores Ibárruri, que cuenta ya con 80 años, pero que aun conserva una
energía excepcional.
Es elegida de nuevo diputada por Asturias en las primeras
elecciones democráticas, presidiendo junto a Rafael Alberti la mesa de edad de
la primera sesión de las Cortes.
Dolores, como comunista de profundas convicciones, fue una
militante hasta el final de sus días. Nos dejó un 12 de noviembre de 1989 en
Madrid, a los 94 años de edad. Hace ya 25 años. Para nosotros, sus hijos, es
algo más que leyenda y mito, Pasionaria, una flor del siglo XX, es una voz viva
en la historia.
Fuente Mundo Obrero
Paco.
ResponderEliminarSiento que no trabajes, es de pena vivir en una sociedad como ésta. Donde la gente no tiene trabajo, además nos quitan las viviendas nos roban el dinero y aquí no pasa nada, los delincuentes nos siguen gobernando. Un abrazo.
Gracias Antonio, tú lo has dicho y estoy totalmente de acuerdo los ladrones nos gobiernan.
EliminarUn abrazo.
Asi me llamo ...Pasionaria ..mi padre refugiado de la guerra me dio ese nombre en Francia.Ahora tengo 70 anos ..y llevo el peso de esa historia . Lean el libro de Manuel Vasquez Montalban " La Pasionaria "
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