Siempre tendemos a idealizar con nuestra memoria siempre
selectiva partes de nuestra infancia, sin darnos cuenta. Nuestra razón siempre sabia, aunque nosotros
lo ignoremos, va borrando los malos recuerdos para dejarnos aquellos que nos
ayudan a mirar el futuro con ilusión y esperanza, recordamos risas y alegrías,
anécdotas graciosas, rememoramos instantes de júbilo, pero olvidamos o
disfrazamos otros instantes “terroríficos”, ese miedo ante un examen, lo que es peor el terror a decirle a nuestros
padres el resultado de ese examen. El ridículo al fallar o intentar explicar
una cosa fácil y que por timidez o por cualquier otra razón se escapa como
alondras de tu atolondrado cerebro, las risas hirientes de tus compañeros…
Reconozco que para mí la escuela es un tema obsesivo y
recurrente, siempre retrato esa escuela ideal que permanece y que en muchos
casos nunca fue, la idealizamos, al menos yo.
Pero hoy son las tres de la mañana, he despertado con dolor de pierna,
ayer estuve realizando un cursillo de cómo encontrar trabajo en internet, con
una conclusión final nada esperanzadora, en fin que si anteayer pensé en
escribir algo sobre aquella escuela de mi niñez, ya con los
"mayores", aquella escuela de leche en polvo, con la añoranza propia
de la desmemoria y el olvido selectivo, hoy a las 3:12 de la mañana con un
dolor de pierna insoportable -¿ me estaré
haciendo viejo? - y con las
esperanzas rotas de encontrar trabajo, se ha desatado la tormenta perfecta en
mi viejo procesador de recuerdos, no quiero escribir del DNI nº 14, ni tampoco
del nº 10, ni del nº 3, mucho menos del
nº 2 y por consiguiente descartado hablar del nº 1, aun sabiendo que me podría
salir un buen artículo en plan disidente total, en estos momentos solo aspiro a
que el ibuprofeno me haga efecto y continuar el sueño reparador en menos de
media hora, al menos hasta las 6:30 que por disciplina espartana me levanto
cada mañana sea lunes o domingo, quien mucho duerme poco vive, yo duermo poco y
sueño mucho.
Tras pasar por las manos de mi inolvidable maestra doña
Maruja, durante unos meses, los transcurridos entre la muerte de mi padre, 6 de
septiembre de 1967 y el 28 de diciembre de ese mismo año, curiosa fecha que se
repite en al menos tres hechos importantes de
mi vida, estuve yendo esos meses a la escuela con los mayores, ya no
subía la Divina Pastora para arriba, bajaba hasta la plaza y unas veces iba a
la tienda del Correo y otras a la de Adelaido, donde compraba una onza de
chocolate Josefillo o de chocolate Nieto, dependiendo de mi presupuesto y de la
cantidad de chocolate que quisiese, el Josefillo más barato y negro, mientras
que el Nieto más dulce y con leche pero más caro, pero también otras veces,
chocolatinas La Campana de Elgorriaga, estas en la tienda del Correo e Isidora,
como el pan lo llevábamos de nuestra casa solo teníamos que meter el chocolate
dentro y ya estábamos "habiaos" , llevábamos también en nuestra
cartera un vaso de aluminio o plástico, no lo recuerdo bien, como tampoco
recuerdo bien si era nada más llegar, en el recreo o después o durante, todos los alumnos hacíamos una estricta fila
india ante una gran olla de leche en polvo americana, con nuestro vaso en las manos, en el cual nos vertían una ración de leche
tibia, con un sabor raro, que no se parecía ni a la leche de cabra de mi
casa, ni tampoco a la de vaca de nuestro
vecino el Chafao que me compraba mi
madre, algunas veces llevaba Cola- Cao, no me gustaba aquella leche que
luego más tarde fue cambiada por botellines de cristal, esa sí que estaba buena
y si podía repetir repetía.
¿Quién sabe si esos tiempos de penuria por culpa de este
Régimen fraudulento, presuntamente democrático, pero solo presuntamente, de nuevo se va a tener que repartir leche en
las escuelas para garantizar que entré
un desayuno en condiciones en los
estómagos de los escolares españoles? De
hecho ya se ha comenzado a dar en colegios de Andalucía y Cataluña. El Régimen del DNI nº1 creó el Servicio
Escolar de la Alimentación para repartir los alimentos de la mala conciencia
americana, el problema es que ahora quienes nos gobiernan, sus hijos
políticos" no tienen ni conciencia
y nos roban desde posiciones con apariencia democrática y con formas
dictatoriales. Decía Manuel Ramos Arizpe: “La educación es uno de los derechos
de todo pueblo ilustrado, y sólo los déspotas y tiranos sostienen la ignorancia
de la gente, para abusar más fácilmente de sus derechos.” Parece ser que el empeño de los bastardos
hijos del dictador va encaminada a conseguir esa premisa, la estupidez social y
a fe mía que lo están consiguiendo, en Turquía, Brasil la gente sale a la calle
por niñerías al lado de lo que nos mantiene a los españoles en nuestras casas,
ya quisiera yo que el problema de los españoles fuese la instalación de un
centro comercial, aquí van a poner dos “macrocasinos burdeleros” y no pasa nada, nos roban hasta las entrañas
con DNI´s de dos o más cifras y tan tranquilos...
Aparte de aquellos recuerdos de aquella mala leche, en esta
mala noche, la primera del verano, vienen a mi cabeza, son los castigos, el
palmetazo en la mano, o con los dedos juntos hacia arriba, alguien decían que
si te los untabas con ajo dolía menos o sí bajabas justo antes del golpe
también, lo cierto es que dolía y mucho, como debía de doler el levantamiento
de chiquillos agarrándolo de las orejas o de las patillas, que aunque fui
testigo en un par de ocasiones nunca sufrí.
Por último de aquella etapa recuerdo el tarugo, el tarugo de
leña que debíamos llevar todas las tardes de invierno cada crío para alimentar
la estufa que había al lado de la mesa del maestro, y que quien no lo llevaba
no pasaba y debía volver a su casa a por él, las clases estaban abarrotadas de
críos, 40 o más, de distintas edades, aprender aprendías… ¿pero cómo y cuánto?
Parece que va a ser verdad lo de los ciclos de la
historia, y que como pueblo que olvida
su historia, estamos condenados a repetirla de la mano de estos “demócratas de
toda la vida “ con la nueva ley, la LOMCE, se pretende volver a aquella escuela
gris, que discrimina desde el principio al final, que separa no por sexos, que
también quieren, sino por “tontos” y
“listos”, ricos y pobres y que en muchos casos provoca una insalvable carrera
de obstáculos para muchos niños que luego pueden demostrar su valía si se les
da una oportunidad, que condena a los jóvenes al exilio laboral o al famoso ni,
ni, que este año ha dejado a más de cien mil estudiantes fuera de la
universidad y el próximo se prevé que aumente el número .
Quieren una escuela de tarugos y nosotros lo estamos
consintiendo, siendo cómplices necesarios, los tarugos de mi infancia iban a la
estufa que tenía el maestro al lado de su mesa, los tarugos actuales sirven de
carnaza para la fiera monarco/fascista que nos gobierna.
Publicado también en: Unidad Cívica por la República
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