La vieja bandera de la IIª
República ha salido de los baúles, de los cajones, de debajo de los colchones,
de las buhardillas, de los trasteros y desvanes, donde algún soñador la
escondió esperando poder sacarla algún día antes de morir. Eran banderas que fueron de libertad, viejas
banderas de algodón, recias, algunas con el escudo bordado a mano. Envueltas
cuidadosamente, para que no fuesen descubiertas. Viejas banderas que fueron la esperanza de un
pueblo, la ilusión por un mundo mejor, un mundo de libertad, truncado por un
criminal golpe de Estado.
Banderas que iban a llenar
las calles al morir el dictador, que estaban impacientes por ser sacadas a la
luz, por ondear al viento, por gritar al mundo con su movimiento, que España,
por fin se podía gritar LIBERTAD.
Banderas que se quedaron un montón de años más en los cajones, baúles,
trasteros y desvanes, porque sus profetas, esos que decían desear su presencia,
esos que habían prometido lealtad, se convirtieron en traidores, a la bandera,
a la república y lo que es peor, al PUEBLO.
Banderas que quienes las
guardaron con ilusión ya no pueden ondearlas, porque están muertos, pero otras
manos, otros corazones llenos de juventud, ilusión y vitalidad, las están sacando de los baúles, de debajo de
los colchones, de los trasteros, de los desvanes y curiosamente, no huelen a
rancio, ni a naftalina, al contrario que la bandera monarco/franquista. La vieja bandera de la República huele a
primavera, a libertad a juventud; su ondear despierta la ilusión y la esperanza,
en un país moribundo, al que le han robado por encima de sus posibilidades que
sabe, que la única salida, el único camino para acabar con los ladrones, lo
representa esa bandera con olor a primavera, con olor a libertad.
Lienzo: Alegoría de la República, del pintor Alfredo
Claros, escondida por el padre de Joan Fuster junto a imágenes religiosas, pudo
de nuevo recobrar sus colores de esperanza y libertad y luce de nuevo en el
ayuntamiento de Sueca, como presagio de libertad y futuro.
Paco Arenas, autor de la novela Magdalenas sin azúcar, que puedes leer sus primeros capítulos AQUÍ:
Publicado también en: Unidad Cívica por la República
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