Tal vez ahora el poeta, no utilizaría esta metáfora taurina,
pero posiblemente ninguna otra poesía expresa tan bien la lucha por la
dignidad, como este llamamiento al toro de España de Miguel Hernández. Bien
podría ser esta poesía la que mejor represente las marchas por la dignidad del
próximo 22 de marzo.
Esta poesía de Miguel Hernández llama al pueblo a ejercer su
soberanía, a levantarse contra la tiranía, a despertar del todo.
Llama el poeta a despertar a un
pueblo al que ve dormido, un pueblo que aún no ha despertado a pesar de las
traiciones. Llama a la dignidad, a
ejercer su poder contra los criminales que están acabando con la patria, a
mostrar sus armas y romper sus cadenas, a desollarse vivo si es preciso, antes
de ser castrado como pueblo, a luchar
hasta la victoria contra los ladrones y asesinos que roban al pueblo sus ganas
de vivir, es el toro de España, el toro de la dignidad de un país atenazado por
el miedo y la sumisión que debe despertar y demostrar que no es un cobarde
cabestro, sino un pueblo que quiere recuperar su soberanía, que quiere
salvarse.
A un pueblo al cual se le ha robado todo, el derecho al
trabajo, con una juventud sin futuro ni trabajo, y un panorama más que sombrío
para ellos y para aquellos que tenemos más de cincuenta años y ninguna
esperanza de encontrar trabajo. A aquellos que con la complicidad del poder
corrupto, les han robado la vivienda y el derecho a ella. Cuando no han robado lo más sagrado el
derecho a una educación y a una sanidad pública y de calidad a una vejez digna,
después de una vida laboral. Un pueblo al que se le está pisando y se le quiere
poner la mordaza. Un pueblo que ve como
sus gobernantes son ejemplos de corrupción, donde la impunidad es la tónica
dominante, donde es más fácil que vaya a la cárcel quien grabo un vídeo que
quien robo millones. Donde los jueces
honrados son apartados de la carrera judicial en el momento que encarcelan a
los ladrones y estafadores. Donde los
fiscales son fieros defensores de los presuntos corruptos. Donde los ricos
mediante la estafa de las SICAV no pagan impuestos y si los evaden, el poder
hace la vista gorda, porque miembros de ese mismo poder, también son ladrones
que tienen cuentas en paraísos fiscales y justifican esas cuentas. Cuando se roba al pueblo todo, el pueblo debe
saber y tener claro que la dignidad debe tenerla por encima de su miedo.
LLAMO AL TORO DE ESPAÑA
Alza, toro de España: levántate, despierta.
Despiértate del todo, toro de negra espuma,
que respiras la luz y rezumas la sombra,
y concentras los mares bajo tu piel cerrada.
Despiértate.
Despiértate del todo, que te veo dormido,
un pedazo del pecho y otro de la cabeza:
que aún no te has despertado como despierta un toro
cuando se le acomete con traiciones lobunas.
Levántate.
Resopla tu poder, despliega tu esqueleto,
enarbola tu frente con las rotundas hachas,
con las dos herramientas de asustar a los astros,
de amenazar al cielo con astas de tragedia.
Esgrímete.
Toro en la primavera más toro que otras veces,
en España más toro, toro, que en otras partes.
Más cálido que nunca, más volcánico, toro,
que irradias, que iluminas al fuego, yérguete.
Desencadénate.
Desencadena el raudo corazón que te orienta
por las plazas de España, sobre su astral arena.
A desollarte vivo vienen lobos y águilas
que han envidiado siempre tu hermosura de pueblo.
Yérguete.
No te van a castrar: no dejarás que llegue
hasta tus atributos de varón abundante
esa mano felina que pretende arrancártelos
de cuajo, impunemente: pataléalos, toro.
Víbrate.
No te van a absorber la sangre de riqueza,
no te arrebatarán los ojos minerales.
La piel donde recoge resplandor el lucero
no arrancarán del toro de torrencial mercurio.
Revuélvete.
Es como si quisieran arrancar la piel al sol,
al torrente la espuma con uña y picotazo.
No te van a castrar, poder tan masculino
que fecundas la piedra; no te van a castrar.
Truénate.
No retrocede el toro: no da un paso hacia atrás
si no es para escarbar sangre y furia en la arena,
unir todas sus fuerzas, y desde las pezuñas
abalanzarse luego con decisión de rayo.
Abalánzate.
Gran toro que en el bronce y en la piedra has mamado,
y en el granito fiero paciste la fiereza:
revuélvete en el alma de todos los que han visto
la luz primera en esta península ultrajada.
Revuélvete.
Partido en dos pedazos, este toro de siglos,
este toro que dentro de nosotros habita:
partido en dos mitades, con una mataría
y con la otra mitad moriría luchando.
Atorbellínate.
De la airada cabeza que fortalece el mundo,
del cuello como un bloque de titanes en marcha,
brotará la victoria como un ancho bramido
que hará sangrar al mármol y sonar a la arena.
Sálvate.
Despierta, toro: esgrime, desencadena, víbrate.
Levanta, toro: truena, toro, abalánzate.
Atorbellínate, toro: revuélvete.
Sálvate, denso toro de emoción y de España.
Sálvate.
Publicado también en; Unidad Cívica por la República
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