Aunque tras escribir mi última historia borbónica dedicada
al no borbón Pepe Botella, y decir que la siguiente la dedicaría a Fernando
VII, El Felón, El Traidor, o como dice mi amigo Juan José “El Mohíno”, mientras me leo el libro recomendado para
sacar mis propias conclusiones, voy a darle un varapalo a la Pepa, a la segunda
primera constitución española.
La Pepa, no fue la primera constitución española por mucho
que nos duela en el alma, fue la segunda, la primera fue la de Bayona donde se
produjo la traición borbónica de los dos grandes traidores que fueron Carlos IV
y Fernando VII, pero bueno por afrancesada o francesa nos olvidaremos de la
primera, la enterraremos y le pondremos una losa encima, para que la Pepa,
nuestra Pepa, sea la primera..
.
.
Este año, con motivo del 200 aniversario de la misma, los
sucesores de los sepultureros dela Pepa, la alabaron hasta la exageración, en
los foros donde participo, tanto en el de Pinarejo como en el de Santa María
del Campo Rus, todos los foreros terminamos en los días previos y posteriores
al aniversario con un ¡Viva La Pepa!, incluso
“ojocritico1”, nada sospechoso de ser de izquierdas, fiel seguidor de los
distintos medios vinculados a Intereconomia, terminaba y aún termina con un ¡Viva la Pepa! No nos dábamos cuenta
que él iba más encaminado que nosotros y la Pepa es más su constitución que la
nuestra, más cercanos a la de la segunda república, la más progresista de
cuantas ha habido en este país. Incluso
la Pepa peca de reaccionaria con respecto a otras constituciones del siglo XIX.
Aunque bien es verdad que tenía claros avances con respecto
al antiguo régimen pero tenía también algunos artículos que no pasarían la
prueba ni del algodón ni del esparto.
Art. 12. La religión de la Nación española es y será perpetuamente la
católica, apostólica, romana, única verdadera. La Nación la protege por leyes
sabias y justas y prohíbe el ejercicio de cualquier otra.
Con lo cual daban a los españoles libertar de culto total,
podían ser entre ser católicos o ser
católicos.
Art. 168. La persona del Rey es sagrada e inviolable, y no está sujeta
a responsabilidad.
Prometo que esto no termino de comprenderlo, lo de sagrada
una gilipollez como otra cualquiera, lo de que es inviolable…¿tantos mozos y
mozas estaban dispuestos a violar a un energúmeno como Fernando VII, o
cualquier otro rey. Y lo de no sujeto a
responsabilidad si que lo entiendo, no soy tan tonto, ¿Qué creíais?
Todos los reyes que he conocido han sido unos irresponsables, aunque eso sí,
los españoles más por no cuestionarlos y continuar manteniéndolos a cuerpo de
rey.
Sobre la españolidad de los ciudadanos también se las traía,
no sé si superando a Wert,:
Art. 5. Son españoles: 1º Todos los hombres libres nacidos y
avecindados en los dominios de las Españas, y los hijos de éstos.
Los esclavos, pues en los inmensos territorios del imperio
continuaba la esclavitud, no eran españoles, eran españoles. Claro no podían hacerlos libres y españoles
porque en ese caso hubiesen acabado con el gran negocio de los borbones y de
algunos de los ponentes, el tráfico de esclavos.
También se pronunciaron sobre la pena de muerte ¿la abolieron? Ni mucho menos prohibieron la
horca por su carácter “repugnante a la humanidad y al
carácter generoso de la nación española”
para sustituirla por el garrote vil, para aquellos “demócratas” ilustrados el garrote vil resultaba mucho más
humanitario.
Con el regreso de Fernando VII, llamado entonces “El
Deseado”, la constitución de Cádiz, La
Pepa, paso a mejor vida, a pesar de haberla jurado, en 1914 demostrando su carácter
de traidor, cual escorpión, dejo sin efectos la constitución y a sus redactores
o los mando a la cárcel, al exilio o al cementerio.
Así que aunque solo sea por llevarle la contraria a este impresentable
borbón, yo también, hoy termino con un…
¡Viva la Pepa!
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