Para muchos sectores de la sociedad el patriotismo lo identifican con el
orgullo nacional, con la bandera rojigualda monarco/franquista, dándoles un carácter
sagrado, intocable y por encima de toda crítica, a esa bandera le llaman “bandera española”, pero no como algo común de
todos los españoles, sino como algo propio y exclusivo de determinadas posturas
políticas, considerando que obligatoriamente todos debemos tener ese
sentimiento “patriótico” hacía dichos símbolos y la enarbolan como si fuesen
lanzas contra aquellos que no compartimos ese sentimiento...
Esos símbolos oficiales
jamás aparecen en manifestaciones populares o reivindicativas, aunque sí como
motivos de celebraciones por victorias
deportivas aderezadas por una machacona y manipuladora propaganda de los medios
de comunicación. Pero en los actos espontáneos
en que sale el pueblo a la calle, es otra la bandera española, la bandera que
representa a esos españoles que también están orgullosos de serlo, que también
son patriotas.
Continuamente en los medios se acusa a la izquierda de no
tener una actitud patriótica, no comprenden o no quieren hacerlo, porque tantos
españoles no nos identificamos con los símbolos oficiales que ellos consideran
condición imprescindible para tener el título de patriota o de español.
La explicación es fácil,
la bandera que ellos llaman española, o nacional, es la bandera que se usó
contra un gobierno legítimo, contra el pueblo, en su nombre fueron asesinadas
miles de personas. Con la muerte del
dictador la herida se cerró en falso.
El franquismo prostituyo la palabra patriotismo asociándola a la
dictadura, convirtiendo el patriotismo en patrioterismo. Es falso, por mucho que los medios de la
derecha digan lo contrario, que la izquierda no es patriota, que no sentimos la
patria, se equivocan, en las clases populares lo que no existe es ese
patrioterismo heredado del franquismo.
No solo entre la derecha existe ese falso concepto de
patriotismo, hay todavía amplios sectores de la sociedad que a pesar de sentirse
defraudados por la monarquía, con toda la corrupción que lleva implícita, ponen
casi como principal argumento para no apoyar una tercera república el cambio de
bandera alegando que representa unas ideologías concretas. No se dan cuenta que no es así, que la
República no es una ideología, es una forma de gobierno, simplemente, que
normalmente, al menos a eso aspiramos, lleva implícitos unos valores éticos
basados en la justicia, la libertad y la fraternidad… El patriotismo no es el amor a una bandera, a
un rey, el patriotismo es querer al pueblo al que perteneces, luchar por el
bien de ese pueblo por su presente y su futuro, criticar sus defectos y alabar
sus virtudes.
Hoy por hoy hay pocos patriotas en el poder, por no decir
ninguno, ni en la Casa Real ni en los gobernantes de este país,
desgraciadamente muy pocos entre la decadente clase política, al gobierno no
parece importarle la situación rinde vasallaje a los mercados sin importarle el
pueblo, sin importarle la patria, tampoco la Casa Irreal da muestras de
importarle el pueblo, de importarle la patria, han continuado con sus derroches
y si han abierto la boca ha sido para apoyar las medidas contra el pueblo,
contra la patria. El principal partido
de la oposición anda perdido en un laberinto de falta de liderazgo, con muchos
más pendientes de meter la cabeza que de dar soluciones, sin entrar en el
debate y con miedo a afrontar los problemas reales del pueblo y sobre todo sin
cuestionar nada, tampoco demuestran por tanto patriotismo.
El patriotismo en la actual situación de España consiste en
devolver la soberanía legítima del pueblo al mismo, acabar con la actual
situación de amoralidad para profundizar en la ética laica al servicio del pueblo, del ciudadano,
de la patria. Hoy por hoy esos valores éticos
los representa, si ha de representarlos una bandera, la bandera de la
República, la república en sí mismo como grado máximo de soberanía del pueblo,
que es quien realmente forma la patria.
En España lo mejor es el pueblo. Por eso la heroica y abnegada defensa de Madrid, que ha asombrado al mundo, a mí me conmueve, pero no me sorprende. Siempre ha sido lo mismo. En los trances duros, los señoritos –nuestros barinas– invocan la patria y la venden; el pueblo no la nombra siquiera, pero la compra con su sangre y la salva. En España, no hay modo de ser persona bien nacida sin amar al pueblo. La demofilia es entre nosotros un deber elementalísimo de gratitud.
La burguesía española es tan patriota que para salvar y rentabilizar "su" dinero (el que ha ido acumulando a través del robo continuado o apropiación de las plusvalías producidas en el proceso de producción de bienes y servicios donde el trabajador o el empleado ha ido dejando su vida a cambio de un salario mísero que solo le garantiza una sacrificada supervivencia) lo lleva a Suiza o a cualquier otro paraíso fiscal. Que el pais se cae, pues ellos se salvan. Grandes y singulares patriotas los burgueses españoles... Solo son patriotas de pandereta, folclore y banderitas (rojigualdas, claro)
ResponderEliminarAsí es amigo Salva, muchas banderitas bajo palio sagrado, pero como decía mi madre, los cuartos en Suiza, ahora no les toques su banderas, que pronto te colocan la etiqueta de anti español, son patriotas de trapo,incapaces de sentir la patria como la siente quien la trabaja.
ResponderEliminarSyR
No voy a apoyar una sola queja, prefiero las ideas positivas, ilusionantes. Quejarse es fácil, cualquiera sabe quejarse, no ofrece alternativas y parece que quedamos muy bien, pero es todo lo contrario. La queja siempre conlleva una demanda y la demanda licita al gobernante. No nos quejemos tanto y hagamos política constructiva.
ResponderEliminarUna sola idea vale más que un millón de quejas.
Gracias por tu artículo.
No es cuestión de quejarse, es cuestión de constatar la realidad, no podemos hacer política constructiva si no aprendemos y somos conscientes de estar sufriendo una injusticia. De las protestas, de las quejas licitas al gobernante han salido grandes ideas. Quien tenga ideas que las ponga sobre la mesa.
EliminarGracias Salvador por tu comentario.
Enhorabuena por este artículo me ha conmovido
ResponderEliminarMuchas gracias Mercedes
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