Si hoy hubiese ganado la selección española a la selección
brasileña, millones de ciudadanos españoles llenarían las calles de ciudades y
pueblos, borrachos de euforia, como si les hubiese tocado el gordo de Navidad y
todas sus penas hubiesen desaparecido por arte de magia, como si el paro no
afectase a más de seis millones de personas, los recortes de todo tipo no
existiesen y España fuese el paraíso de la libertad y la justicia social, en
definitiva como si España no diese vergüenza propia y ajena por la corrupción
que impregna todas, absolutamente todas las instituciones del Estado, como si esas instituciones que roban a manos llenas y nos toman por imbéciles al conjunto del pueblo fuesen un ejemplo de bien hacer y del servicio al pueblo . como si los
partidos del Régimen – con la ayuda de los medios de manipulación masiva - se encargar de tapar con cada caso de corrupción otro. el cual a su vez termina
disolviéndose en menos de 72 horas como un azucarillo en el café caliente.
Envidio a Brasil, no por haber ganado torneo, si no por el
ejemplo de su pueblo, por la dignidad del mismo, demostrando al mundo, a pesar
de saberse ganadores, de tener un gobierno bastante más receptivo a las
demandas populares que el gobierno reaccionario del muy corrupto Reino de
España, sale a la calle a luchar por sus derechos más que por una victoria balompédica,
pero también envidio a los turcos, a los egipcios, que no se dejan pisotear ni
se amedrentan ante las amenazas, me indigno con la sociedad española que teniendo miles de motivos.para salir a la calle se queda frente al televisor.
Hoy las calles deberían estar llenas de gente, no para
celebrar una victoria deportiva sino para exigir, para lograr una victoria de
España, del pueblo español pisoteado, pero no, hoy con la cabeza gacha se
acostaran pronto porque no hay nada que celebrar, aunque se olvidaran de que
les están robando su presente y el futuro a sus hijos y que las calles deberían
estar llenas porque hay mucho por lo que luchar.
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