Cada día nos sorprende más lo que ocurre alrededor de esta
familia, y como de un modo u otro siempre se libran de ser imputados e ir con
sus huesos a la cárcel. Un cumulo de “casualidades” siempre lo evita. Algún fiscal dispuesto a ejercer de abogado
defensor. Una Agencia Tributaria teledirigida desde altas estancias, dispuesta
tomarnos a todos los españoles por imbéciles, afirmando que varios notarios y registradores de la
propiedad son tan inútiles e ineptos en sus funciones como para equivocarse en
un DNI tan singular como el Nº 14. Un
banco acostumbrado a robar la casa a ciudadanos, llega a ser tan generoso como para dar un crédito de
cinco millones de euros, haciendo un salto en el tiempo, sobre una declaración
de la renta y nómina inexistentes. Facturas falsas y desfalcos de tal calibre que a cualquier ciudadano les hubiese costado la cárcel cuando menos, a esta familia no les pasa nada, de nada.
Es algo que no es nada nuevo, en esa familia hay muchas
cosas misteriosas, muertes sin aclarar y apropiaciones indebidas no sancionadas
por la ley e incluso ocultas con la complicidad de quienes deben instruir la
ley o la justicia. Sabemos que el abuelo de su católica majestad fue un traidor a España, sabemos que tuvo su propioCaso Nóos, y que por supuesto salió de rositas. Alrededor de esta familia han existido diversas muerte que no serán
aclaradas hasta que en España no exista una auténtica democracia. Democracia, donde nadie
sea más que nadie, donde nadie sea inviolable y haya sido blindado por la
voluntad de un dictador genocida.
A continuación un caso que al contrario que otros crímenes y “muertes misteriosas” sin aclarar, que conciernen a esta familia. En este caso sí se supo con luz y taquígrafos la existencia del crimen, del asesinato de una mujer en manos de su marido, siendo testigos hijos y criados. Sin embargo a pesar de no negar el crimen no fue imputado por ser quien era y llevar el apellido que llevaba: José María de Borbón y de la Torre. Siendo quien era no es de extrañar la poca información que existe con respecto a este horrendo crimen machista.
Fue en Febrero de 1926, el criminal, un primo de Alfonso XIII. El crimen, como corresponde a alguien de su linaje, fue a traición y por la espalda, sin embargo a pesar de salir en los dos principales diarios monárquicos de la época, ABC y La Vanguardia y otros diarios independientes como La Libertad, parece ser que una mano misteriosa logró que el cobarde asesinato no tuviese ni trascendencia, más de la inicial, ni por supuesto castigo, no hubo fiscal que acusase, como si no hubiese pasado nada, hasta el punto de que años después fue padrino de su propia hija, que a su vez lo era de la víctima, ¿será que los animales de sangre azul tienen una sensibilidad diferente a quienes tenemos la sangre roja?
A continuación un caso que al contrario que otros crímenes y “muertes misteriosas” sin aclarar, que conciernen a esta familia. En este caso sí se supo con luz y taquígrafos la existencia del crimen, del asesinato de una mujer en manos de su marido, siendo testigos hijos y criados. Sin embargo a pesar de no negar el crimen no fue imputado por ser quien era y llevar el apellido que llevaba: José María de Borbón y de la Torre. Siendo quien era no es de extrañar la poca información que existe con respecto a este horrendo crimen machista.
Fue en Febrero de 1926, el criminal, un primo de Alfonso XIII. El crimen, como corresponde a alguien de su linaje, fue a traición y por la espalda, sin embargo a pesar de salir en los dos principales diarios monárquicos de la época, ABC y La Vanguardia y otros diarios independientes como La Libertad, parece ser que una mano misteriosa logró que el cobarde asesinato no tuviese ni trascendencia, más de la inicial, ni por supuesto castigo, no hubo fiscal que acusase, como si no hubiese pasado nada, hasta el punto de que años después fue padrino de su propia hija, que a su vez lo era de la víctima, ¿será que los animales de sangre azul tienen una sensibilidad diferente a quienes tenemos la sangre roja?
Ser pariente del rey Alfonso XIII, fue fundamental El 5 de
febrero de 1926, José María de Borbón y De La Torre, asesinó a María Luisa de
Rich, su esposa, en su domicilio de la
calle Andrés Mellado de Madrid de tres disparos por la espalda, por una
discusión sobre una quemadura que sufrió uno de sus hijos en un pie, según
declaraciones posteriores de una criada en las vistas judiciales ante el juez.
El primo del rey José
María de Borbón y De La Torre jamás cumplió condena por el terrible asesinato.
Su parentesco con Alfonso XIII ayudó a que su causa fuera sobreseída por
enajenación emocional. Alfonso XIII hizo
lo posible para que el caso fuera silenciado y juzgado sin pena alguna, gracias
a la fuerte amistad que unía al rey con el padre del criminal. A la semana siguiente ya no se podía encontrar
ninguna referencia al crimen, por mucho que nada más suceder el crimen. La
misma prensa que exigiese la petición de pena de muerte para otro parricida.
Termino pasando por la cárcel pero no por el asesinato de su
mujer sino por traición a la República democráticamente instaurada.
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