En cada etapa del PP, ha habido un bocazas que ha destacado,
recordemos al Álvarez Cascos, relevado por Acebes, este relevado por
González Pons, ahora comedido, para ahora ir al alimón Carlos Floriano y Rafael
Hernando, el primero bocazas vocacional que intenta explicar lo inexplicable, haciéndose
líos casi tan gordos como los de Cospedal, con el despido en diferido, Ana Mato
con su explicación del no funcionamiento de su ministerio, o la otra Ana, que
pasara a la historia de la política como la inepta del “relaxing cup of café
con leche in the Plaza Mayor”, Ana Botella. Sin
Rafael Hernando tiene algo especial que lo hace diferente, diversas
declaraciones demuestran que aparte de un bocazas es un auténtico fascista, por
ejemplo al afirmar que la República trajo como consecuencia un millón de
muertos, pero sin decir que los asesinos son los padres ideológicos del Partido
Popular, comandados por un genocida traidor, del cual es heredero su católica majestad. También tuvo a bien, comparar la enseña que
representa la libertad y la democracia en España, con la bandera monárquica- franquista,
cuando no tienen nada que ver, una representa la democracia y la otra la
dictadura y a una impresentable dinastía.
Lo último, que niega con todo el cinismo y desvergüenza, lo
hemos escuchado todo el mundo “Los familiares de las víctimas del franquismo se
acuerdan de desenterrar a su padre solo cuando hay subvenciones”, no porque
veamos la cadena de la conferencia episcopal, sino por haber sido retrasmitidas
su frase por todas las cadenas, por impresentables y fascistas. Por ellas ha
sido denunciado por la Asociación para
la Recuperación de Memoria Histórica (ARMH). Si perteneciese a un partido democrático,
que no pertenece, hubiese sido cesado. Si fuese un demócrata que no lo es, no
las habría dicho o si las hubiese dicho por estar borracho o bajo los efectos
de alguna sustancia alucinógena, hubiese dimitido de inmediato.
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