CARLOS IV TRAIDOR I DE ESPAÑA (2ª parte).
De Trafalgar al motín de Aranjuez
Motín de Arajuez |
Es preciso decir, que la tragedia de Trafalgar pudo ser
evitada, la mayoría de los mandos militares españoles, con el almirante Gravina
a la cabeza, se oponía tenazmente a la guerra contra Inglaterra, no por
cobardía, sino porque eran conocedores de las limitaciones de la Armada
española. Pero la cobarde y ciega sumisión de la corte de Carlos IV a Napoleón,
dio lugar al principio del fin de la poderosa armada española, con todas las
consecuencias que siguieron y en cualquier otro lugar del mundo hubiese traído
la desaparición lógica de tan nefasta estirpe como la borbónica de las tierras de España,
eso a finales del siglo XVIII, sin
embargo a principios del siglo XXI, todavía soportamos a sus descendientes.
Tras el desastre de Trafalgar, como en la guerra era
imposible acabar con Inglaterra, deciden hacerle un bloqueo económico, que
fracasa por romper dicho bloqueo Portugal, aliado de Inglaterra. La guerra de Portugal, o de las naranjas,
una guerra de opereta, que termino con la reina llevada en carroza al lugar
donde se encontraba el Príncipe de la Paz para recibir de las manos del mismo
un ramo de naranjas, cogido en Elvas, (Portugal) por las tropas españolas, esta
contienda termino con el tratado de Badajoz por el cual Olivenza pasaba a estar
bajo soberanía española y Godoy un gran triunfo personal al lograrla invasión
de Portugal antes de la llegada de los franceses.
Godoy, odiado tanto por la nobleza, que no le aceptaba por
su condición de plebeyo, como por el
pueblo, puede considerarse el primer dictador de la época moderna y por sus
relaciones adulteras con María Luisa, orgulloso y vanidoso a partes iguales, vinculo la suerte de España a la política exterior francesa y a los delirios
de grandeza de Napoleón Bonaparte. La
principal oposición la tenía en la Corte, con fieles al depuesto Aranda, nobles
que pronto encontraron un aliado excepcional, el príncipe de Asturias, el
futuro Fernando VII, convirtiéndose en el enemigo más activo en contra del
llamado “Príncipe de la Paz”, formándose el llamado partido fernandino,
dedicado a desprestigiar por todos los medios a Godoy y a los reyes,
principalmente a la reina, sin reparar en todo tipo de calumnias y mentiras
salpicadas con ciertos indicios, que calaban con fuerza, tanto en la Corte como
en el pueblo. No soy adivino para saber
si la relación entre Godoy y la reina fue real o no, pero el principal difusor
de la noticia fue el mismísimo hijo de la reina, el cual hizo preparar una gran
cantidad de panfletos, dibujos y aleluyas en las que se hacia mención directa
de esta relación, todos ellos redactados en un tono obsceno y sin gusto ni
ingenio, así que…
Años después con más ingenio Emilio Carrére escribe esta
estrofa heredera de las que en aquellos tiempos y en posteriores los madrileños
recitaban:
El favorito muestra su gentil porte
Y la reina el lucero más alto de la Corte,
Luce el regio prestigio de su egregia altivez
Godoy, con el galano donaire de la raza…,
Y envidian vuestros labios las rosas de Aranjuez.
La despreciable actitud de Fernando, alentando las campañas
denigratorias hacia su propia madre, la reina María Luisa, y de apoyo a la
oposición aristocrática, tuvieron mucho que ver el canónigo Juan Escóiquiz,
preceptor de Fernando, hombre, como su discípulo, falto de escrúpulos, que
enemistó al heredero con los reyes, por si fuese poco la princesa María Antonia
de Nápoles, prima hermana y esposa de Fernando VII, era acérrima anti
napoleónica, enemiga de Francia y proclive a Inglaterra. En la alcoba de los príncipes María Antonia
era una efectiva nuera “matasuegras”, suegros y tíos al mismo tiempo, aunque la
principal diana era Godoy.
La muerte prematura
de María Antonia en mayo de 1806 dejó a Fernando, como abanderado de una
oposición que veía en él la esperanza de un nuevo rumbo para la política
española, muchos nobles lo veían como un mesías, capaz de acabar con Godoy y
forzar la abdicación de Carlos IV. En
Octubre de ese año, Fernando decide dar un paso cualitativo, al saber de las
negociaciones de Godoy con Inglaterra y Rusia, para intentar unirse a ellas
contra Napoleón, el cual había perdido la confianza en el valido. Así que
Fernando se presentó ante Napoleón como el sustituto idóneo para ganarse la
confianza del corso.
La tensión creció a la hora de buscarle nueva esposa al
príncipe, Godoy postulaba a su cuñada y Escóiquiz manejaba los hilos para que
fuera una princesa Bonaparte, que estableciera lazos familiares con Napoleón. El
propio Emperador jugo con la posibilidad de casar a Fernando con su sobrina
Carlota. Carlos IV concedió a Godoy el
tratamiento de Alteza Serenísima, lo que equivalía a confirmar en el valido el
favor del rey. Para Fernando y su partido la decisión fue considerada como el
inicio de una conjura destinada a apartar a Fernando de la sucesión al trono y
a nombrar a Godoy como regente a la muerte de Carlos IV, enfermo en esos
momentos.
Pronto los partidarios de Fernando toman posiciones para
derrocar a Godoy y a los reyes, estos son alertados, ambos bandos se apoyan en
Napoleón, que juega con ellos como si se tratase de una partida de ajedrez en
la que solo él puede ser el ganador, envía sus tropas a España, de acuerdo con
Godoy, supuestamente para repartirse Portugal, asegurándole al mismo que de un
modo u otro reinaría en el Algarve portugues.
Son pocos quienes se dan cuenta del peligro, más preocupados
por sus propias intrigas e intereses, pero España ya es una nación ocupada,
aunque los partidarios de unos y de otros lo niegan, del mismo modo que en la actualidad
se niega una y otra vez que seamos un país intervenido, solo el pueblo es consciente del
peligro. Sin embargo en las altas
esferas parece que no pasa nada, al rey, nada le aparta de sus aficiones, sin
importarles los problemas del pueblo continua cazando como si la historia no
fuese con él, ausentándose de palacio y de las preocupaciones populares, no le
importa lo que ocurre a su alrededor, deja todo en manos de su infiel esposa y
de su traidor primer ministro.
Del futuro Fernando VII, en este primer intento de derrocar
a sus padres, queda clara su vileza, al salir mal la intentona, no duda en
denunciar a quienes le han apoyado, a sus amigos más incondicionales, que
terminan siendo desterrados de la Corte, pagando la culpa del traidor príncipe
de Asturias, que manda una carta a su padre, al más puro estilo borbónico
rebelando la identidad de sus compinches y traicionándolos por tanto siendo
desterrados de la Corte:
“Señor:
Papá mío: he delinquido, he faltado a V.M. como rey y como
padre; pero me arrepiento y ofrezco a V.M. la obediencia más humilde. Nada
debía hacer sin noticia de V.M; pero fui sorprendido. He delatado a los
culpables, y pido a V.M. me perdone por haberle mentido la otra noche,
permitiendo besar sus reales pies a su reconocido hijo”.
Carta un poco parecida al “me he equivocado, lo siento
mucho, no lo volveré a hacer más”. Donde
promete que no lo volverá a hacer más, demuestra lo que vale la palabra de un
rey y lo vuelve a hacer en Aranjuez.
29 de octubre de
1807, el ejército francés entra en España, en teoría rumbo a Portugal, objetivo
del tratado, sin embargo, la debilidad de la monarquía y las disputas entre el
rey y el príncipe que lo tienen ambos como principal "consejero" y "aliado", provoca un cambio de actitud
en Napoleón, que se plantea la idea de conquistar la península al completo. El
asentamiento de tropas y la penetración hacia Madrid del ejército francés según
lo pactado en Fontainebleau es la excusa para provocar el motín de Aranjuez ya
que Godoy consciente del posible cambio de actitud de Napoleón pretende
trasladar a los reyes y a él mismo a América”, lo cual sirve de excusa para provocar el motín popular
organizado por los partidarios de Fernando, que asaltan y saquean la residencia
de Godoy en Aranjuez, en cuyo palacio se encontraban los reyes, eran los mismos
organizadores que en el Escorial e
idéntica finalidad, si bien mejor y más concienzudamente preparados: la
guarnición fue cambiada el 16 de marzo, y fue trasladado desde Madrid a
Aranjuez un número indeterminado de alborotadores convenientemente retribuidos
por los fernandinos. Carlos IV, obligado por las circunstancias, firmó la
destitución de Godoy y en la festividad de San José y en lugar de ir a Valencia
a ver las fallas, abdicó en favor del traidor de su hijo, coincidiendo con el
envío de Godoy preso al castillo de Villaviciosa.
Siempre se ha presentado a Napoleón como el enemigo del
pueblo Español y se ha ridiculizado a su hermano José I, llamándole “Pepe
Botella” y por supuesto que eran enemigos del pueblo español, enemigos a batir
y contra quienes luchar, pero los principales enemigos de España estaban en
casa y eran españoles, aunque fuesen de
sangre francesa, tanto el rey como el príncipe y los partidarios de ambos, se
comportaron como auténticos traidores, indignos del pueblo que defendía a uno y
a otro, traidores con mayúscula.
Hasta aquí la segunda parte, la tercera es la consumación de
la mayor traición llevada a cabo contra España, llevada a cabo por estos
indignos reyes borbones, Carlos IV y Fernando VII.
Los dos mayores traidores de la historia de España |
Enlaces relacionados:
Felipe V “El Guarro”
Luis I “El Robamelones”
Isabel de Farnesio, la madrastra mala malísima:
:
FERNANDO VI "eL MELANCOLICO"
LA TRAICIÓN DEL REY, (Carlos IV y Fernando VII, los mayores
traidores de la historia de España)
Los Cuernos de Carlos IV, la reina, Godoy, Teresa de Borbón
y Pepita.
http://pinarejorepublicaindependiente.blogspot.com.es/2012/08/los-cuernos-de-carlos-iv-la-reina-godoy_7.html
CARLOS IV (TRAIDOR I DE ESPAÑA)1ª PARTE
http://pinarejorepublicaindependiente.blogspot.com.es/2012/09/carlos-iv-traidor-i-de-espana-1-parte.html
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Estupendo como siempre Paco.Los Borbones dan para mucho,la senda sin duda es larga, no te digo nada cuando llegues a Fernando VII("El Mo-híno " )o a la ninfómana de su hija Isabel II.
ResponderEliminarEsperamos la siguiente entrega con impacien-cia. En otro momento copmentaré el porqué del sobrenombre del " Mohíno ".
Juan José García.
Algo he leído sobre el motivo se ese sobrenombre, mohíno, regalado por los madrileños acertadamente, aunque más motivos para tal estado de ánimo tenían los madrileños, pero espero ansioso tu explicación, que seguro que me servirá de ayuda para comprender a este malhumorado y mohíno rey borbón.
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