Sancho Panza/ refranes manchegos del Quijote
En más de una ocasión me
he referido a mi padre como aficionado a recitar refranes, los refranes en La
Mancha, “siempre han trabajado”, aunque ya han caído bastante en desuso,
cualquier persona mayor te sabría recitar un montón, en el Quijote.
Sancho Panza va a ser el personaje principal, de mis nuevos relatos de "Cuando Don quijote paso por Pinarejo", no solo va a pasar por Pinarejo, sino que Sancho va a nacer en Pinarejo. Ya veremos a ver que sale.
Sancho Panza representa al
campesino manchego, es la mitad perfecta de Don Quijote, o su mitad
complementaria, se representa, o al menos es un poco la imagen que se nos da,
como imprudente en ocasiones, en otras excesivamente lo contrario, rudo, vulgar
pero capaz de razonar en términos filosóficos impresionantes, comilón hasta la glotonería,
pero muy fiel a don Quijote, el cual le contagia su locura, su habla y su
mentalidad, como si poco a poco fuesen intercambiando sus papeles.
Sancho es el personaje
realista de la novela, ve y busca el lado práctico de las cosas, su astucia en
ocasiones nos recuerda a ese clásico castellano “El Lazarillo de Tormes”, mi clásico
favorito, es un bromista, se burla de los poderosos a los cuales miente con maestría,
como el viaje de Clavileño, se le presenta como egoísta y ambicioso, pero al
mismo tiempo como un ser bondadoso, fiel y sobre todo leal.
Sancho Panza, a pesar de
esa primera imagen, no es un personaje vulgar y rudo como se puede creer. A lo largo de la historia Sancho se va
amoldando a su señor y se va pareciendo más a él: la evolución de Sancho es
evidente en la novela. Termina comportándose y hablando como Don Quijote, es un
hombre del pueblo, simple y rústico.
Refranes manchegos de referidos por sancho Panza en el Quijote:
Refranes manchegos de referidos por sancho Panza en el Quijote:
A buen salvo está el que
repica.
Al buen entendedor pocas
palabras.
Ándame yo caliente y
ríase la gente.
Buen corazón quebranta
mala ventura.
Buen servicio, mal
galardón.
Come poco y cena más
poco; que la salud de todo el cuerpo se fragua en la oficina del estómago.
Cortesías engendran
cortesías.
Cuando a Roma fueres, haz
como vieres.
Cuando a Roma fueres, haz
como vieres.
Cuando joven de
ilusiones, cuando viejo de recuerdos.
Dar tiempo al tiempo que
no se ganó Zamora en una hora.
Del hombre arraigado no
te verás vengado.
Donde menos se piensa se
levanta la liebre.
El dar y el tener seso ha
menester.
El hombre pone y Dios
dispone.
El piadoso cielo socorre
en las mayores necesidades.
El que ve la mota en el
ojo ajeno, vea la viga en el suyo.
En casa llena presto se
guisa la cena.
En febrero, mes cebadero,
y cabrito en caldero
En mucho más se ha de
estimar un diente que un diamante.
Enfrenta la lengua;
considera y rumia las palabras antes de que salgan de la boca.
La culpa del asno no se
ha de echar a la albarda.
Las iras de los amantes
suelen parar en maldiciones.
Las necedades del rico
por sentencias pasan en el mundo.
Más vale al que Dios
ayuda que al que mucho madruga.
Más vale el buen nombre
que las muchas riquezas.
Más vale salto de mata
que ruego de hombres buenos.
Por San Juan (24 de
junio) quemó la vieja el telar.
Promesas de enamorados
son ligeras de prometer y muy pesadas de cumplir.
Querer atar las lenguas
de los maldicientes es lo mismo que querer poner puertas al campo.
Quien a buen árbol se
arrima buena sombra le cobija.
Quien busca peligro
perece en él.
Quien siembra vientos,
recoge tempestades.
Quitada la causa se quita
el pecado.
Se templado en el beber,
considerando que el vino demasiado ni guarda secreto ni cumple palabra.
Todo mal nace de la
ociosidad, cuyo remedio es la ocupación honesta y continua.
Todos los duelos con pan
son menos.
Todos los gatos son
pardos.
Viejo casado, muerto o
corneado.
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