
No soy ningún experto en energía nuclear, pero hay, me suelo guiar por mi instinto, y cuando ves las reacciones de los políticos de la Comunidad Valenciana, cuando el anterior Gobierno, adjudico el emplazamiento de Zarra, al cual daban más del doble de dinero que a Villar de Cañas, todos los políticos sin excepción de la Comunidad Valenciana dijeron que era una agresión contra Valencia, especialmente virulentos fueron los ataques del PP. Sin embargo al llegar la manipuladora y prescindible de Castilla-La Mancha, la madrileña Dolores de Cospedal, viendo lo problemas que tenían en el P.V. para hacer el encaje de bolillos después de haber echado pestes contra el ATC de los políticos valencianos. Puso su mirada en el peor situado de los municipios candidatos, en Villar de Cañas, gobernado por un miembro de su partido, el cual se le hicieron los ojos chiribitas cuando se lo comunicaron. Pero como dice este magnífico artículo de Terra Org.

Enero, 2010. Nadie conoce el rostro del diablo, pero en el imaginario popular es alguien que gusta del caldero y del agua hirviente para cocinar a humanos. Esta pasión es inherente en los defensores de la energía nuclear, ya que esta tecnología no es más que una gran olla a presión alimentada con el letal fuego radioactivo. Una tecnología destinada a poner en jaque a humanos durante siglos y siglos una vez terminado su ciclo industrial o de diseño, pues la radioactividad no termina con el final de la central. El ministro de Industria del Gobierno de España, Miguel Sebastián Gascón (legislatura 2008-2011) está decidido en sembrar con alevosía su particular semilla del diablo en nuestro país, dando todo su apoyo a la producción energética a base de la olla de agua hirviendo (véase nucleares, térmicas de gas y carbón, etc.) y en contra de las renovables. Esta es su cruzada personal, que una vez más queda patente en la forma de implantar una solución obsoleta para los residuos de alta actividad como es el llamado ATC.

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La mayoría de los reactores nucleares de
producción de energía eléctrica utilizan como combustible uranio
ligeramente enriquecido en U-235. Cuando este combustible se descarga
del reactor contiene alrededor de:
- 0,8% de U 235 sin quemar,
- 94,3% de U 238
- 4,9% de productos de fisión e isótopos radiactivos
formados en el reactor, entre los que se incluyen alrededor de un 1% de
una mezcla de diferentes isótopos del plutonio.
Greenpeace, Ecologistas en Acción y otras plataformas como Tanquem les Nuclears manifiestan su rotunda oposición a la construcción de un cementerio nuclear centralizado, sea cual sea su denominación (Almacén Temporal Centralizado, u otras) y el tipo de residuos radiactivos que fuera a albergar. Éstas han denunciado la estrategia del ministro Sebastián de tentar a los alcaldes con dinero público (de los fondos de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos, ENRESA) para tratar de conseguir que algún municipio se ofrezca candidato a albergar el cementerio nuclear, sin importar si ese consistorio ha tenido en cuenta la opinión de la población de ese municipio, la de los pueblos de su entorno y la de su comunidad autónoma. Curiosa forma de hacer de un ministro, perteneciente a un gobierno cuyo Presidente, en el Debate del Estado de la Nación del 30 de mayo de 2006, dijo: "Y paralelamente también está el tema de los residuos, que exige, sin duda alguna, un amplio consenso social de organizaciones defensoras del medio ambiente, que exige el mayor consenso territorial posible y ojalá el mayor consenso político, porque, como muy bien sabe S.S., es un problema de hondo calado".
Problemática de la obsoleta tecnología del ATC

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Esquema de
un Almacén Temporal Centralizado. El combustible irradiado general
calor como consecuencia del proceso de desintegración de los isótopos
radiactivos que contiene; esta generación de calor continúa aún después
de haber sido descargado del núcleo del reactor.
Este combustible, si
no va a ser sometido a reelaboración, constituye un residuo de alta
actividad que debe ser previamente "enfriado" antes de proceder a su
acondicionamiento. El mejor sitio para guardar los residuos radioactivos
de alta actividad es en espacios dentro de las propias centrales
nucleares.
Gráfico: ENRESA
Gráfico: ENRESA
Este cementerio o ATC de nueva construcción deberá albergar residuos con un alto nivel de radiactividad que persistirá durante cientos de miles de años. Y su elevado potencial radiotóxico - la mera existencia de los residuos radiactivos de alta actividad (RR.AA.) - supone un grave problema ambiental, económico y de salud pública que la industria nuclear no ha sabido resolver durante sus 50 años de existencia. Tendrán que pasar 482.000 años para que el plutonio-239 que se encuentra en los RR.AA. deje de ser radiactivo, 34.000 años para el radio-226, 112.000 años en el caso del carbono-14, etc.

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Instalaciones inscritas como productores de residuos radioactivos en España. Fuente ENRESA
La alternativa de los ATI con un plan de cierre
El ATC no es la solución. La solución real a los residuos radioactivos es asumir que las centrales nucleares fueron una lamentable decisión con la que centenares de generaciones inocentes tendrán que lidiar y asumir los riesgos legados. Para ello antes que asumir que hacer, y en espera de hallar una solución adecuada (el llamado almacenamiento geológico profundo sigue sembrando dudas con los residuos) hay que aprobar un CALENDARIO de CIERRE. Sólo de este modo se pueden hacer previsiones reales.

Las centrales nucleares españolas producen un
gramo de residuos de alta actividad por español y año. Esta cifra es
cien veces inferior a la cantidad de residuos tóxicos industriales
generados en España. Sin embargo, representa unas 40 toneladas al año de
un residuo mortal durante siglos. El traslado de combustible es una de
las tareas previas necesarias para el desmantelamiento de una central
nuclear. En la imagen, traslado en enero 2009 de un contenedor de
combustible gastado sacado de la piscina de la central nuclear José
Cabrera de Almonacid de Zorita - cerrada en abril del 2006 - al almacén
temporal individualizado (ATI) en seco, construido en esta instalación.
En total se trasladaron doce contenedores en los que se distribuían 377
elementos de combustible gastado que reposaban en la piscina de la
central. Foto: Enresa.

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La protesta social contra el cementerio nuclear
centralizado parece que no importa a las autoridades y mucho menos al
ministro Miguel Sebastián que ha convocado un lamentable concurso para
optar al premio de albergar un cementario nuclear centralizado. En una sesión del Senado Español se reconocía que los residuos radiactivos de alta actividad pueden implicar riesgos durante miles de años.
Ahora las plataformas sociales se lanzan a defender que en “su patio” no es aceptable. Gracias a la propuesta del “concurso del diablo” diferentes municipios optan al “premio económico”. Catalunya tiene todo los números porque ENRESA tiene en esta comunidad autónoma la mayor parte de sus técnicos que han participado en el desmantelamiento de Vandellós 1 y porque tiene un gobierno autónomo presidido por quien concibió la idea y acostumbrado al pacto político de baja estofa por dinero. Sólo la unión de las plataformas sociales exigiendo el calendario de cierre programado sobre la mesa e instando a establecer el plan de construcción de los diferentes ATI en cada una de los recintos de las actuales centrales puede triunfar según Carlos Bravo, responsable de Energía de Greenpeace.
Como sucede a menudo con el diablo, de momento este ya ha puesto su semilla valorada en una inversión de 700 millones de euros y la creación de más de 300 empleos y mientras los desalmados se pelearán para que lo pongan en casa del vecino. Un espectáculo como siempre dantesco, pero que refleja la inmadurez socioecológica colectiva. Desde algunas entidades como Tanquem les Nuclears, algunos de sus miembros apuestan para que en lugar de decir NO AL ATC se aproveche este burda opción del ministro Sebastián para exigir el CALENDARIO DE CIERRE + ATI en defensa de la solidaridad territorial e intergeneracional. Lo demás, es hacer crecer la semilla que Sebastián va plantando para que nos cozamos con el calentamiento global incrementando nuestras emisiones a base de frenar las renovables.

En España el volumen total previsto de residuos radiactivos que se gestiona de baja y media actividad es de 176.300 m3.
Construído en 1992 almacena ya a un 30 % de su capacidad. En la foto,
el centro de almacenamiento de El Cabril. Los residuos nucleares de
corta vida media y baja actividad como los que almacena El Cabril, su
peligrosidad se prolonga entre 100 y 300 años. Foto: Enresa.
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