La Pirenaica fue la voz de la esperanza |
Eran muchas las noches en que la radio era bajada de aquella
estantería de madera y puesta sobre la mesa, aunque yo solo recuerdo una
ocasión en que a mi casa acudieron tres hombres, campesinos como mi padre, recuerdo a dos de ellos muy especialmente, muy amigos de mi padre, el tercero no lo
recuerdo, llegaron a mi casa por separado y en el momento que llego el último
de ellos a mí me mandaron a la cama, algo que no me hacía mucha gracia, pero
que obedecí, como era habitual en aquella época. Desde la cama podía seguir las siluetas de
los presentes a la luz de un candil de
aceite, los pasos pausados y silenciosos, cerraron totalmente puerta y ventana
de la calle, permaneciendo entreabierta la del cuarto donde yo me encontraba,
debo decir que aunque era el octavo hijo del matrimonio, por la diferencia de
edad con el resto, con más de diez años, me crie como hijo único, eso sí, de
una familia campesina pobre, el resto de mis hermanos habían emigrado a
trabajar a Ibiza, desde la cama mientras Morfeo acudía en mi auxilio vi como la
radio era puesta sobre la mesa con movimientos pausados, se extendía la antena
y mi madre comenzaba a dar vueltas lentamente a la rueda sintonizadora de la
radio , mi madre mientras tanto se acercaba al aparador y sacaba una botella de
aguardiente y cuatro vasos para los hombres, ella no bebía, los cinco se
sentaron en torno a la mesa, con sus cabezas prácticamente unidas por la
frente.
Cuando escuchar la radio era un acto de rebeldía |
Tras una laboriosa búsqueda por parte de mi padre, hasta mi
comenzó a llegar sintonía, apenas audible. “Aquí Radio España Independiente,
estación pirenaica, la única emisora española sin censura de Franco,..
¡Trasmitiendo! “algunos murmullos de los presentes, “con esta sí que se oye
bien”, “calla, calla, que está la Pasionaria”.
Dolores |
Tampoco recuerdo mucho más, luego, tras la muerte de mi
padre nos marchamos a Ibiza, siendo cotidiano ver a mi madre en soledad
escuchar la radio, algo a lo que termine uniéndome yo pronto, escuchábamos
Radio España Independiente, pero con muchas interferencias, por lo que eran más
las ocasiones en que la emisora seleccionada era Radio Francia Internacional,
mi madre me contaba que en ocasiones también sintonizaba la “ABC”, que debía
ser la “BBC” británica, ambas en castellano. De esas noches de radio mi madre
me contaba con pelos y señales la odisea de Fidel Castro junto con 82
revolucionarios cubanos a bordo del Granma y el posterior triunfo de la
revolución cubana. Todo eso lo sabía
gracias a esas noches de radio escuchando “La Pirenaica”. Dolores Ibárruri fue
la voz de la esperanza, mi madre hablaba
de ella con gran admiración, siempre dijo que escuchar a Dolores le hacía
pensar que todavía quedaba esperanza, que todavía podía llegar un Granma
errante que navegase alrededor de España para traer la esperanza de un mundo
nuevo, y yo todavía en mi mundo de pre-adolescencia, ya víctima de la
explotación subía maletas con trece años por la escalera en un hotel de Ibiza, mientras
clientes y director subían por el ascensor, subía soñando con embarcarme en ese
barco.
Esas noches de radio difíciles de sintonizar, llegadas a
través de ondas cambiantes, fueron aire fresco de libertad que llegaba todas
las noches a los hogares de quienes perdieron la guerra pero no la esperanza.
Mi niñez también está marcada por "Radio España Independiente, Estación Pirenaica". Todas las noches mi madre y yo la escuchábamos en una radio, que mi padre, que trabajaba en una tienda de electrodomésticos, trajo con onda media y onda corta.Me siento muy orgullosa de haber vivido en directo una parte de nuestra historia.El recuerdo que tengo más claro es el de mi madre, diciéndome que callase, y pegase la oreja, para que nadie nos escuchase.
ResponderEliminarMyte, yo la escuchaba también junto a mi madre, con mi padre nunca llegue a escucharla, murió cuando yo aún no había cumplido los ocho años. Para mí también es un orgullo el haber tenido los padres que tuve, los cuales me enseñaron que no todo consistía en la ” resignación cristiana” que propugnaban desde la iglesia, sino que quien algo quería algo le costaba y por tanto había que trabajar o luchar por aquello que querías. Siempre, incluso después de la muerte del dictador la escuchábamos en silencio, lo cual no dejaba de darle un toque mágico de misterio fascinante.
ResponderEliminarSaludos