¿Y los caídos rojos? ¡Pues que ‘se jodan’!

El periodista Enric Sopena ha escrito
este magnifico articulo:
¿Por qué la derecha se opone una y otra
vez a que se sepa la verdad sobre los crímenes del franquismo? Porque los
herederos de la dictadura -en su mayor parte- no quieren que una Comisión de la
Verdad acabe enseñando cómo fueron asesinados cientos de miles de españoles.
Lo fueron por el mero hecho de ser
demócratas, de ser republicanos, de ser socialistas, de ser comunistas o de ser
masones. Al PP le asusta que pueda por fin conocerse la verdad oculta desde
julio de 1936 hasta nuestros días. Los hijos o nietos de aquellos verdugos de
antaño prefieren el silencio, la opacidad y el olvido.
Con insidia y con saña
Pilar Bardem – odiada con insidia y con
saña por políticos y periodistas populares- dijo ayer en Madrid, durante el
acto reivindicativo de la Comisión de la Verdad, lo siguiente: “No puede ser
que se reconozca a los caídos por Dios y por España y se olvide a los otros no
sé si caídos por Dios, pero desde luego por España”.
Las víctimas beatificadas
El Gobierno de José Luis Rodríguez
Zapatero puso en marcha la Ley de la Memoria Histórica. Pero no pudo rematar la
jugada. La derecha procuró por todos los medios patalearla, increparla y
bloquearla. Montó todo género de protestas contra esa Ley. La mayoría de
jerarcas de la Iglesia hizo lo mismo que el PP. Muchos de los caídos por Dios y
por España acabaron siendo beatificados por el Papa en el Vaticano. ¿Y los
caídos rojos? Pues que se jodan.
El juez caído y pisoteado
En la Puerta del Sol, entre ovaciones y
jaleado por miles de ciudadanos, habló este sábado Baltasar Garzón, el juez
caído y pisoteado por pretender investigar a las víctimas del Caudillo de
España por la Gracia de Dios. Lo juzgaron como si fuera un delincuente.
Pero no se rinde…
Se ha convertido de hecho en un exiliado.
¿A quién se le ocurre, por otra parte, escrudiñar judicialmente a los
integrantes populares de la trama Gürtel? Garzón está pagando muy caro su
coraje judicial y democrático. Pero no se rinde ante los inquisidores de
Génova. Garzón ayer les lanzó otro desafío ético: “Las víctimas me han enseñado
que no se puede construir el futuro sobre cientos de miles de cadáveres”.
Jiménez Villarejo
Carlos Jiménez Villarejo, ex fiscal
anticorrupción y siempre clarividente, dijo en voz alta y clara las verdades
del barquero: “Los magistrados del Supremo comenzaron su acometida en 2009,
aliados con la extrema derecha española, al admitir la querella de Manos
Limpias, y después, de la mano de los más importantes responsables de la trama
corrupta, continuaron hasta su condena en febrero de este año, 2012”.
El dedo en la llaga
Ignacio Fernández Toxo, líder de CCOO,
puso el dedo en la llaga: “Quieren reducirnos al silencio (…) Vuelven los
tiempos de las mayorías silenciosas, volvemos a la dictadura amordazadora del
franquismo (…). Mariano Rajoy, culpable máximo del deterioro de la democracia,
es el hombre que avaló muchísimas manifestaciones de la derechona contra el
Gobierno socialista, bajo la coartada de las víctimas del terrorismo etarra y a
costa del aborto o de las bodas gays.
La paz de los cementerios
El otro día, Rajoy, el presidente del
Gobierno conservador tuvo la cara dura de loar a “las mayorías silenciosas”.
Más o menos, como el Generalísimo, al que le gustaba, más que nada, la paz de
los cementerios, el silencio de los muertos y el de los cadáveres en las
cunetas o desaparecidos.
(Enric Sopena)
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