Entre los recuerdos de mi infancia se encuentra la vendimia,
como no podía ser de otro modo, pues soy manchego aunque tardase algunos años
en enterarme, en mi casa siempre se había dicho que éramos castellanos, el ir a
Socuellamos, Tomelloso, Argamasilla, pueblos cercanos al mío, pero de la
provincia de Ciudad Real era ir a La Mancha, ir a Villarobledo era ir a
Albacete, luego ya más adelante me entere que aunque Ciudad Real en un tiempo
llevo el nombre de La Mancha, como denominación provincial, no solo ellos eran
manchegos, que La Mancha era mucho más grande que la actual provincia de Ciudad
Real, pero en el lenguaje colectivo de aquella parte de La Mancha en que vine
al mundo, los manchegos eran aquellos nacidos en Ciudad Real.
Sin embargo en mi pueblosi se tenían las andanzas de Don
Quijote como propias, incluso se decía que Sancho Panza era natural de Pinarejo.
Me costó mucho asimilar que además de
pinarejero, conquense y castellano, también era manchego, aun hoy cuando me
pregunta por mi región de origen digo Castilla, o termino añadiendo a
regañadientes lo de La Mancha, la cuestión es que me siento orgulloso de ser
manchego, pero debo confesar que eso de Castilla-La Mancha lo veo como una
identidad artificial, si bien todos los manchegos nacidos en mi regiónsomos
castellanos, aunque no todos los castellanos son manchegos como lo soy yo. No obstante debo admitir que los manchegos
somos unos castellanos con una identidad propia, un lenguaje propio, diferente
al de otros lugares de Castilla, así que he terminado admitiendo mi doble
identidad, la de manchego y la de castellano, sabiendo que lo primero forma
parte de lo segundo, que La Mancha es una comarca, la mayor de Castilla, pero
una comarca al fin y al cabo y para que no se enfade el impresentable de WERT,
no necesito ser españolizado, me siento español, eso sí republicano y
federalista, sabiendo que del mismo modo que yo me siento orgulloso de mi
cultura castellana, un catalán, un vasco un gallego o cualquier otro puede y
debe sentirse orgulloso de su propia cultura sin que nadie llegue de fuera a
intentar españolizarlo.
Como siempre mi mente dispersa se ha ido por los cerros de Úbeda,
la llana, yo quería hablar de mis recuerdos de la vendimia manchega y he
terminado haciendo un tratado de castellanismo.
La vendimia coincidía en cierto modo con el inicio del curso
escolar por lo tanto así como de la siega y trilla guardo muchos recuerdos, de
la vendimia no tantos. Recuerdo los carros cargados de uva, no sé si en
capachos de esparto o directamente sobre las tablas del mismo, recuerdo que mi
padre tenía un majuelo en el cual había una caseta medio derrumbada, que
también tenía una viña, que decían que era muy buena y se llamaba “la viña del
cura” y sobre todo recuerdo cuando íbamos con los picatostes a que mi padre y
mi tío Ladislao nos los empapasen del mosto espeso de las uvas recién pisadas.
En pie manchegos, en pie
Esperando la vendimia
Ni vino aguarchao ni agua avinata
Saliendo de la tinaja
Un poco de casquera
Pisando la uva
Y de postre uva
Arte
Repasa la uva que se pasa
Recuerdo el vino que comenzaba siendo turbio y terminaba tan
claro como el agua, hasta que no salí de mi pueblo no sabía que hubiese vino
tinto. Desde muy pequeño soy bebedor de
vino, se decía que el agua quitaba “la gana” y yo era muy mal comedor, ¿Quién lo
diría ahora?, como no me gustaba el vino le añadían un poco de azúcar y lo bebía
en un pequeño porroncillo que habían comprado a propósito para mí.
La vendimia se
realizaba con espuertas de esparto que llevaba cada vendimiador, que vaciaba en
capachos de gran tamaño, apartando los racimos más grandes y hermosos para ser
colgados en las cámaras y tener postre o pasas durante un tiempo, El vino se
guardaba en grandes tinajas de barro que eran limpiadas antes de echar el
sagrado jugo, donde va fermentando, tras la fermentación llegaba el trasiego,
se dejaba reposar y poco se más, lo cierto es que lo que se crio no me gustaba
ahora lo disfruto, aunque ahora prefiero el vino tinto al blanco, pero aun hoy
por regla general bebo casi todos los
días vino de La Mancha que me trae un compañero de trabajo de su pueblo.
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