Un día de primavera los sueños serán realidad |
En un país muy lejano, hace muchos, muchos años, vivía una bella doncella, casi una niña, llamada Blancanieves, que estaba al servicio de
la malvada reina. La reina era muy
celosa, y tenía motivos para ello, pues el rey, como siempre ha sido costumbre
entre todos los reyes a lo largo de la historia, se echaban de amantes a las
más bellas doncellas o ejercían el derecho de pernada y una vez se quedaban
embarazadas o se cansaban de ellas se buscaban una nueva doncella a la cual
convertirla en amante, para disgusto de la reina.
La reina, como buena profesional que era, aguantaba los
devaneos de su marido con meridiana resignación, al menos en apariencia, pues a
pesar de la enormes tragaderas de la misma y a su profesionalidad que consiste
en llevar las astas dignamente, esa permanente humillación provocaba que por un
lado se gastase ingentes cantidades en cirugía
estética, pero los milagros llegan a un punto que no pueden ser y aunque la
mona se vista de seda, mona se queda, por otro padecía la enfermedad de algunos
hombre, la misoginia, pero solo contra las mujeres bellas, procurando que todas las doncellas de la
corte fuesen feas o niñas, lo cual no evitaba que el rey buscase doncellas por
otros lares con la excusa de irse de caza, pero eso al menos la reina no lo veía,
ni lo tenía que sufrir en las estancias de Palacio. Al menos la corte la tenía controlada, pero
ocurrió que la bella Blancanieves que tenía a su servicio desde que era una
niña pequeña, se le había escapado de su control.
Para desgracia de la joven, la reina tenía un espejo mágico,
pelota y mentiroso, pues siendo la malvada reina fea y más que fea a pesar de
estar siliconada, por miedo a ser roto en mil pedazos siempre mentía, pero el
pobre espejo tenía la particularidad que no podía mentir más de cien veces
seguidas de lo contrario también se rompería en mil pedazos.
La reina preguntaba a su espejo mágico:
- Espejito, espejito, di, ¿Quién es la más bella de todas
las mujeres?
Y el espejo contestaba:
- Tú eres, oh Reina, la más bella de todas las mujeres.
Y fueron pasando los años y llego a la pregunta número cien
y Blancanieves había pasado de niña a mujer sin percatarse la reina y cuando
esta pregunto como siempre, a su espejo mágico:
- Espejito, espejito, di, ¿Quién es la más bella de todas
las mujeres?
Pero esta vez el espejo contestó:
- La más bella es Blancanieves.
Entonces la Reina, llena de ira y de envidia, llamo al joven capitán de la guardia real del cual se
encontraba encaprichada a pesar de que su profesionalidad le impedía mostrarle
sus deseos y le ordenó:
- Llévate a Blancanieves al bosque, mátala y como prueba de
haber realizado mi encargo, tráeme en este cofre su corazón.
Pero cuando llegaron al bosque, el capitán, que era nuevo en
el asunto, hacía poco que había sustituido al anciano capitán, siendo este el
primer encargo de la reina, en el camino,
hablando y observando con la bella joven se enamoró de y la dejó escapar, con
la esperanza de volverla a encontrar algún día.
Tras cazar un jabalí le llevo el corazón del
mismo a la reina.
La reina volvió a preguntar al espejo, que tenía otras cien
oportunidades de mentir sin romperse.
- Espejito, espejito, di, ¿Quién es la más bella de todas
las mujeres?
Y el espejo contestaba:
- Tú eres, oh Reina, la más bella de todas las mujeres.
Por lo que pronto se olvidó de Blancanieves, la cual al
verse sola, sintió miedo y lloró. Llorando y caminando pasó la noche, hasta
que, al amanecer, llegó a una claro en el bosque y descubrió allí una cueva con
un fuego encendido. En la cueva había
siete sacos de dormir bien recogidos, a pesar de su miedo estaba tan cansada
que no pensó a quien pertenecían esos sacos de dormir, ni quién podía vivir en
esa cueva, tenía frío y el fuego calentaba la caverna.
Al día siguiente llego un grupo de siete guerrilleros a la
gruta. Los guerrilleros habían ido a la
ciudad a robar bancos para repartir el dinero entre los pobres, ya que los
bancos se encargaban de robar el dinero a los pobres de manera legal. Es más,
les prestaban dinero a los pobres para que comprasen sus casas, los
pobres como necesitaban las casas firmaban a pesar de que las condiciones eran
abusivas. Una vez que habían firmado, los bancos con la complicidad
de las autoridades y el malvado rey, se encargaban de especular con ellas,
terminando los pobres sin trabajo y los ricos y gobernantes repartiéndose el
dinero, a los pobres les robaban sus casa y debido a las abusivas leyes,
seguían los pobres teniendo la deuda de por vida con los bancos, con lo cual,
eran condenados junto con sus hijos a la miseria más absoluta.
Aquel grupo guerrillero, eran eso, jóvenes que habían visto como los bancos con
la complicidad de los gobernantes, estaban todos conchabados, les habían robado
las casas y el dinero a sus familias y ellos se encargaban de hacer justicia,
ya que la legalidad era injusta y tiránica y en los palacios de justicia se
aplicaba la legalidad pero no la justicia .
Blancanieves, relato a los guerrilleros todo lo sucedido, a
los cuales no les pilló de sorpresa, pues conocían las andanzas del rey
cazador. Los guerrilleros permitieron
quedarse a la niña, por su belleza, por pena pero sobre todo porque eran
hombres y como tales muy desastrados y sin conocimientos de cocina. Blancanieves que ya era una experta cocinera
y estaba acostumbrada a las labores domésticas pronto les dejo la cueva que parecía
una estancia de palacio, de lo limpia y reluciente que estaba. También se ofreció al grupo para ayudarles,
ya que ella conocía bien los entresijos de palacio, pero el grupo lo descartó la
idea por considerarla una niña.
La reina, cada día que pasaba estaba más obsesionada y
celosa del rey, que se había convertido en un
cazador muy hábil con las doncellas del reino, siendo ya de demonio
público las correrías del rey, para humillación de la reina. A pesar de los intentos de la reina por evitarlo
él siempre que podía ejercía el derecho de pernada, era muy profesional, pero
estar en boca de todos y el tropezar con los marcos de las puertas de palacio
no lo llevaba muy bien, todos los días se sentía obligada a cortarse las astas
como si se tratase de las uñas de las manos.
Además realmente tenía miedo que el rey encontrase una lo suficiente
bella como para enamorase de la misma reemplazando a la reina, esa idea no la
podía soportar.
Así que pasado un tiempo, aprovechando que el rey no la
podía controlar, por haber sufrido un accidente de caza, sospechando que el
espejo le mentía y sabiendo que faltaba poco para las cien preguntas, cada hora
preguntaba al espejo, hasta llegar a la pregunta cien:
- Espejito, espejito, ¿quién es ahora la más bella?
- Sigue siendo Blancanieves, que ahora vive en el bosque en
la gruta de los guerrilleros.
Furiosa y vengativa como era, la cruel reina se disfrazó de
inocente viejecita y se dirigió hacia la caverna del bosque, presentándose a
Blancanieves como una anciana a la que los bancos le habían robado primero el
dinero con una cosa que Blancanieves no entendió y que la impostora llamo “preferentes”,
para luego robarle su casa al no tener dinero para pagarla, pues también le
habían rebajado la pensión y le obligaban a pagar por los medicamentos que
necesitaba para llevar las enfermedades de la vejez. Blancanieves, que tenía muy buen corazón le ofreció un plato de sopa
caliente y la posibilidad de quedarse hasta que los guerrilleros le buscasen
una solución.
Los guerrilleros se habían marchado para organizar la
revuelta final contra el poder tiránico
del rey y su Regimen. La malvada Reina, disfrazada de abuelita ofreció a la
niña una manzana con un brillo especial, como si fuese de oro, estaba envenenada
y cuando Blancanieves le dio el primer mordisco, cayó desmayada, como muerta,
la muerta más preciosa que jamás nadie había visto.
Al volver los guerrilleros, ya de mañana a la gruta,
encontraron a Blancanieves tumbada en el suelo, pálida y quieta, creyeron que
había muerto y le pusieron un vestido amarillo que parecía de oro y la colocaron
sobre un lecho de flores para que todos
los animales del bosque se pudiesen despedir de ella.
En aquel momento apareció el capitán que sospechaba de lo
ocurrido, porque había visto volver a la reina disfrazada, montado sobre un bonito caballo negro llego hasta la gruta, los guerrilleros
estaban tan apenados que no se dieron ni cuenta, cuando se disponían a sacar
sus espadas, viendo la cara de tristeza del capitán y recordando lo relatado
por Blancanieves, se contuvieron. Él
que también pensaba que estaba muerta, al verla tan bella y resplandeciente
entre las flores quiso despedirse con un beso de amor… y de repente salieron
tres palomas con los colores de la libertad de entre el lecho de flores, Blancanieves volvió a la vida, porque el beso
de amor que le había dado el capitán rompió el encantamiento de la malvada Reina.
Tan indignado y enamorado estaba el capitán que se puso a la cabeza de los entusiastas
guerrilleros, participando a su lado Blancanieves, que demostró tanto arrojo
como el primero de los guerrilleros, siendo tan buena estratega como el capitán,
su presencia y ejemplo animo a muchas mujeres y hombres, pronto el movimiento de rechazo contra
la tiranía fue multiplicándose y un día de primavera lograron derribar la tiránica monarquía para instaurar
una República al servicio de todos los ciudadanos.
Y es que cualquier día de primavera puede ser el día más hermoso de nuestras vidas.
Y es que cualquier día de primavera puede ser el día más hermoso de nuestras vidas.
Desde entonces, en aquel antiguo y anacrónico reino, convertido en república todos vivieron felices, sin necesidad de matar perdices, jabalíes o elefantes..
PD. Este es un cuento medieval, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, tanto circustancías como personajes estaán isnpirados en el cuento de Blancanieves y los siete enanitos.
Malpensados!!!!.
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