Hoy es uno de esos días en los cuales, desde hace poco más dos
meses, siento la desesperación, las ganas de ir contra todo y contra todos, en
estos días que me da por pensar y que veo el horizonte azul oscuro casi negro,
es algo que no me suele ocurrir soy de naturaleza optimista, lo he sido
siempre, porque siempre me ha salido todo más o menos bien. Ahora con ya 53
años me veo en una situación nueva, me
sigue faltando tiempo para hacer todo aquello que me gusta, leer, escribir, ver
cine, estar con mi hijo, andar y eso que como cuando trabajaba me levanto a las
seis o seis y media de la mañana, una
hora después de cuando era una persona productiva y útil para mantener a mí
familia, pagar mis impuestos para el mantenimiento del Estado…
Confieso que a pesar de mi optimismo, siempre he sido una
persona muy crítica con el funcionamiento de las instituciones y de la sociedad
en general, siempre he llevado ese “pepito grillo”, machacándome, golpeando inmisericorde
mi cerebro diciendo que me había acomodado más de lo deseable, que mi rebeldía
se había aburguesado, que ya no era aquel joven activo pacifista pero rebelde, activista de la asamblea de parados de los
años 80, a pesar de que tenía trabajo,
aquel joven que salía por las noches a pegar carteles…que estaba en
todos los fregaos, disfrutando de esa lucha y ese frenesí del riesgo, de la clandestinidad y de la
presunta transición. ..
Todo ímpetu, toda pasión el tiempo y la edad la van
atemperando todo, lo reconozco, a mí me ocurrió lo mismo, trabajaba y pagaba
mis impuestos, veía como el mundo a pesar de sus injusticias iba mejorando, se
acortaban las distancias con moderna autovías, que sí, que los políticos se llenaban
los bolsillos con las comisiones, se construían
museos, ciudades de las artes y las ciencias, que se presupuestaban en diez y
terminaban costando treinta, tenía muy claro que me estaban robando, pero al
mismo tiempo se ponían en marcha la ley de la dependencia, se luchaba contra la violencia de género, se hacían colegios e institutos, cada día eran mayor el número de estudiantes
universitarios altamente preparados, se construían hospitales y esas grandes
corruptelas las veía como un mal menor, algo propio de una decadente y corrupta
clase política e institucional propia de idiosincrasia de este bendito país que con el
tiempo, la savia nueva iría eliminando o al menos diluyendo del mismo modo que
se iba diluyendo viejo vicios y
enfermedades propias de esta bendita tierra, como comenzaba a ocurrir primero
con las concepciones fuertemente
machistas de la sociedad, que pesar de la gran vergüenza y lacra que representa
la violencia machista, se ha avanzado mucho en el psiquis colectivo, los hechos de violencia de genero
no los justifica nadie y son condenados tanto por hombres como por mujeres con
independencia de ideología, clase social o sexo, siempre habrá un foco vírico difícil
de combatir, la homofobia es otro de esas enfermedades en vías de extinción por
mucho que el ministro del interior enfermo grave de fascismo diga que el
matrimonio homosexual es un peligro para "pervivencia de la
especie", posiblemente no vea ese peligro en los conventos de clausura o
el celibato, no siempre casto, de los
sacerdotes, pero son casos aislados, síntomas de una grave enfermedad que va
desapareciendo a medida que las mentes adquieren conocimientos y conciencia.
Es pues, por diversos motivos que esa rebeldía adolescente,
ese ímpetu joven de luchar contra todo, fue difuminándose en la medida que las
enfermedades sociales iban siendo menos graves y yo iba cumpliendo años.
Con el comienzo de
esta crisis, que no es una crisis sino una estafa a los ciudadanos, desde que comenzaron a intentar
engañarnos diciéndonos que habíamos vivido por encima de nuestras
posibilidades, cuando en realidad era que nos habían robado y nos continuaban
robando por encima de nuestras posibilidades,
aquella rebeldía sedada y aburguesada comenzó a despertar de tan larga
siesta, comencé a mirar de nuevo el
mundo y la sociedad como un desafío personal y colectivo, comenzó a faltarme
tiempo, estaba ávido de información de recibirla y expresarla, volví a escribir
, a participar en manifestaciones, a vibrar. Eso, sí desde la comodidad de mi situación laboral.
Jamás pensé que yo sería uno más de esa creciente legión de
parados, nadie es imprescindible, yo tampoco lo fui y con muy buenas palabras
se me comunico que prescindían de mis servicios, la impotencia, la rabia dio
lugar a la desesperación circunstancial en determinado momentos. Al
principio comencé a buscar, tanto por internet como físicamente, imprimir
currículos, enviar currículos, recorrer polígonos de punta a punta, hablar con
contactos, ir a oficinas de empresas… en todos lugares me encontraba el mismo
panorama, las mismas contestaciones o parecidas, en otras directamente leía el cartel ”NO SE ACEPTAN CURRICULOS”, incluso en una me indicaron que lo metiese en
una caja de cartón con una abertura superior a modo de urna que había sobre un
mostrador, detrás del mostrador había
otra caja similar para cuando esa estuviese llena reemplazarla.
Cada día que pasa me doy más cuenta de lo infructuoso que
resulta buscar trabajo, más viendo que cada día que pasa es mayor el número de
parados, cada día voy menos por los polígonos, cada día miro menos las escasas
ofertas de trabajo en la red, si hay algo es para menores de treinta y cinco
años como condición sine qua non o unos títulos académicos que estoy muy lejos
de poseer. Nunca busco trabajo por la noche,
porque de lo contrario no duermo. Mi situación
no es crítica, pero sí desesperante, veo que esto va a más, que además el terrorismo institucional
aleja la esperanza de una jubilación digna para aquellos que pasamos de los
cincuenta, no hay trabajo para los jóvenes,
para quienes tenemos experiencia pero no juventud ni tan siquiera
esperanza.
Los jóvenes lo tienen muy difícil, se calcula que más de
300.000 ya han abandonado España en busca de trabajo, posiblemente en los dos
próximos años se vayan muchos más, perdiendo nuestro país esa gran cantidad de jóvenes
sobradamente preparados, pero aquellos que tenemos más de 45 años, o como en mi
caso más de 50, por mucha experiencia que tengamos, el futuro se nos pone más
que negro, con las leyes sobre jubilación actuales se nos condena a la indigencia,
con las que se preparan directamente nos condenan a muerte, hay muchas maneras
de matar como decía Bertolt Brecht, solo unas pocas de ellas están prohibidas.
Las instituciones, los estados democráticos, tienen la
obligación de garantizar el bienestar de sus ciudadanos, el trabajo de sus
ciudadanos sin que les digan, nos digan que hemos vivido por encima de nuestras
posibilidades, porque es mentira cochina, no somos nosotros quienes realizamos costosos safaris, ni adecuamos palacios a capricho, ni quienes repartimos sobres llenos de dinero, manchado con la sangre de los desahuciados, de los parados. Son ustedes, delincuentes de traje y
corbata, quienes nos gobiernan, ustedes los parásitos que nos han robado por
encima de nuestras posibilidades, los culpables de la situación.
Somos nosotros quienes debemos darles la patada, mandarlos a
donde se merecen, tal vez mañana no me encuentre como me encuentro hoy, tal vez mañana no necesita gritar, seguir el ejemplo del gran Labordeta y gritarles con todas mis ganas:
Hola Paco, sin querer faltar al respeto de este ejercicio de sinceridad y autocrítica, me permito apuntar un par de cosas:
ResponderEliminar-Aunque ahora no trabajes, sigues pagando impuestos.
-La forma que adopta el tercer párrafo de tu texto refleja la angustia que te impide alcanzar conclusiones: en una frase de 17 líneas es imposible ordenar los pensamientos.
-A ti te ponen la excusa de los títulos, a mí que soy relativamente joven y con titulito me ponen la excusa de la experiencia; tu horizonte es negro porque quizá nunca vuelvan a contratarte a pesar de tu experiencia, y el mío también lo es porque con contratos de menos de 3 meses veo imposible alcanzar ninguna experiencia a mis 30 años, no teniendo siquiera una profesión definida. A estas alturas nunca he cotizado lo suficiente como para saber qué es hacer la declaración de la renta. A pesar de que llevo toda la vida pagando impuestos a través del consumo, me han retirado la tarjeta sanitaria y veo que nunca tendré derecho a jubilación ni nada parecido.
Nos están puteando a ambos, y no en calidad de ciudadanos sino porque pertenecemos a una clase, la trabajadora, cuya opresión garantiza el sustento de la maquinaria capitalista. Hay que recuperar cuanto antes la conciencia de clase, informarse y formarse, y rechazar que nos agrupen como a meros ciudadanos (Bárcenas también es ciudadano, y tu exjefe, y Juan Rosell).
Muchas respuestas a tus preguntas se encuentran en este artículo y en el blog que lo acoge:
http://marat-asaltarloscielos.blogspot.com.es/2013/03/el-fin-de-la-clase-obrera_10.html
Saludos
Klins, no es faltar al respeto ni mucho menos, siempre es positivo todas las puntualizaciones que se hagan.
EliminarEstá claro que continuamos pagando impuestos directos e indirectos.
Las conclusiones en ese tercer párrafo las busco en quien lo lee, yo ya las tengo sacadas y tú también, creo, la conclusión es sencilla, si a ti te va bien y ves que a los demás les va mejorando la vida, que van cayendo barreras, se reconoce el matrimonio gay, se hace una tímida Ley de memoria histórica, la situación de la mujer, de los dependientes, de la educación y demás, aunque de manera tímida iba mejorando, y como digo, a mí me iba bien, viajaba, no veía necesario complicarme la vida, es cuando aunque a mí me continuase yendo bien cuando me doy cuenta del gran error cometido.
La situación de los jóvenes es mucho más preocupante, es imposible en el actual sistema, mi situación me preocupa, claro, pero podría aguantar más o menos de manera aceptable, el escrito es de corrido, desde la óptica de mis 53 años, pero es mucho peor vuestra situación con títulos o sin títulos, me preocupa más el futuro de mis hijos que el mío. Hacen las leyes sabiendo de antemano que nadie tendrá la cantidad de años cotizados para cobrar una jubilación digna, a no ser que se jubile a los 75 años y con suerte, yo ya tengo 33 y cuando termine el desempleo, 35, el máximo actual. No se puede tolerar la injusticia y más cuando vemos que nos están robando, nos mienten y estafan.
Suscribo “Nos están puteando a ambos, y no en calidad de ciudadanos sino porque pertenecemos a una clase, la trabajadora, cuya opresión garantiza el sustento de la maquinaria capitalista. Hay que recuperar cuanto antes la conciencia de clase, informarse y formarse”.
El “nos agrupen como a meros ciudadanos”, no termino de entenderlo, quiero ser un ciudadano, los ciudadanos tienen poder de decisión, en España solo de votación, no somos ciudadanos de pleno derecho, por tanto aspiro a ser eso, ciudadano.
Leeré el artículo y el blog, posiblemente conozca bastantes respuestas del cuestionario, pero la forma de que las contestemos es preguntándonoslas nosotros mismos.
Gracias.
Con lo de que nos agrupen como a meros ciudadanos pretendo hacer referencia a las diferentes mareas y movimientos de protesta que aglutinan a las personas que hoy en día están disconformes con el devenir de las políticas en España. Es un cambio de prisma intencionado (al sistema le resulta cómodo) y que incide directamente en los objetivos que se pretenden alcanzar con estas protestas.
ResponderEliminarMe explico: se protesta porque se quisiera llegar a ser ciudadano completo con sus deberes y derechos. Al hacer esto, se obvia completamente la razón por la que se han perdido estos derechos, más concretamente, por qué tú y yo los hemos perdido y la señora Ana Mato no.
Dices que los ciudadanos tienen poder de decisión aunque en España solo de votación, pero insisto, en España hay ciudadanos que tienen poder de decisión (el señor Botín, el señor Roig, las Koplovich...).
Quieres ser un ciudadano, pero para unirse no sólo cuenta aquéllo a lo que se aspira sino lo que ya se es. Los trabajadores unidos sí que tienen poder de decisión, de hecho las grandes conquistas de los siglos XIX y XX las han logrado los trabajadores uniéndose y luchando contra el enemigo común, que son los explotadores, entre los cuales también hay muchos ciudadanos.
Esa es la cosa.
Te dejo un link a otro blog al que también le he soltado el tostoncillo: http://www.agoretica.com/2013/03/de-la-revolucion-y-del-camino-de.html#comment-form
Saludos
Amiga Klins.
EliminarEstoy totalmente de acuerdo en esa apreciación, la única forma de conseguir esos derechos ciudadanos es luchando por ellos, uniéndonos todos los trabajadores y aquellos ciudadanos que crean realmente en el derecho de todos a participar en una auténtica democracia al servicio de del bienestar general.
En ese otro blog dices algo que estoy también de acuerdo contigo:
“Urge que la clase trabajadora tome conciencia de que lo es, y urge formarse e informarse. La unión y la solidaridad vendrán una vez alcanzada esa conciencia”.
Y el artículo en cuestión enlaza con un mensaje que intento transmitir desde el inicio de este blog, aunque, yo, en clave republicana, hay tres artículos que definen bastante mis ideas y mis pretensiones iniciales, te dejo los enlaces:
http://pinarejorepublicaindependiente.blogspot.com.es/2012/11/en-direccion-la-republica.html
http://pinarejorepublicaindependiente.blogspot.com.es/2012/12/en-direccion-la-republica.html
http://pinarejorepublicaindependiente.blogspot.com.es/2013/02/solo-la-union-traera-la-iii-republica.html
Gracias amiga por tus comentarios.
Hola Paco,
ResponderEliminarMe los he leído y te entiendo perfectamente, y comparto tu sentimiento de cansancio ante la atomización de luchas paralelas. Yo le he dado muchas vueltas a ese tema, porque siempre he pensado que tenía que adherirme a algo pero nunca había encontrado un grupo en el que se recogiesen tanto los ideales a los que se aspira (que para mí han de ser obligatoriamente de izquierdas, y salidos del marxismo, y por supuesto republicanos) como el rechazo a ciertas corrientes que no tienen cabida.
Por ejemplo yo no compartiría lucha con un republicano que se considere apolítico o "ni de izquierdas ni de derechas", así como me cuesta compartir protestas con los mismos jóvenes que me han hecho vacío en el entorno laboral, traicionándome como compañera y defendiendo al jefecillo chusco de turno para que les conserve el puesto y se puedan comprar un maldito iphone.
Así que yo, que no me caso con cualquiera, he encontrado una esperanza realista y ambiciosa en esta plataforma, échale un vistazo a ver si te interesa: http://iniciativadeclase.blogspot.com.es/2013/02/manifiesto-de-la-plataforma-en-defensa.html
Gracias a ti por el debate amable y por tus textos, estoy convencida de que con tantas buenas intenciones algo bueno tenemos que sacar de todo esto.
Yo tuve una juventud militante, para luego dejarlo todo hastiado de la política.
EliminarReconozco que de no haber surgido la crisis de manera tan salvaje y agresiva, a pesar d mis ideales republicanos y de izquierdas no hubiese sentido la necesidad de regresar a la lucha.
La situación es muy grave y necesitas de todo aquel que pueda aportar algo, incluidos algunas personas honradas de derechas, que también las hay. Tengo claro que la única salida es una república plenamente democrática, sin más apellidos. Donde tengan cabida todos los pensamientos e ideales pacíficos y de progreso, donde la constitución sea clara y se base en el principio del servicio al pueblo de abajo arriba.
No existen los apolíticos, toda postura es política, hasta comprar una barra de pan y dónde la compras, llevar a tus hijos a un determinado colegio o usar un “iphone” sabiendo que esa empresa utiliza mano de obra infantil para fabricarlos.
Aunque cada uno tenemos un ideal de república, debemos tener claro que o ha de ser de todos o no será. Incluidos los de derechas.
Gracias a ti por tus comentarios y tus aportes.
Saludos