La monarquía fue impuesta por el dictador sobre las podridas
bases del franquismo genocida, sin limpiar ni sanear el estercolero, fabricaron
una constitución que nació muerta y que blindaba la figura del heredero de
Franco imposible de modificar y sin garantías para los ciudadanos y fácilmente manoseada
y violada por los partidos del Régimen PPsoE con facilidad en contra de los
mismos, a esa farsa le llamaron democracia, pero sobre esos cimientos la democracia no solo no
se puede desarrollar sino que cada vez se hunde más, como ha venido sucediendo,
como está sucediendo, ya hay un 21 % de los niños españoles que pasan hambre, 3.000.000
de españoles en pobreza severa, más de seis millones de desempleados, la
educación pública recortada salvajemente, la universitaria cada vez al alcance
de menos personas, mientras que el dinero que debiera ir para la pública va a la educación privada y universidades
catolicas, la sanidad privatizada y abandonada, hasta el punto de olvidarse de
la necesidad de realizar mamografías o cobrar un impuesto criminal a los
enfermos crónicos, la ley de la dependencia anulada, la represión policial
equiparable con los tiempos de la dictadura franquista, es como si hubiésemos regresado
al gris, aunque vestidos de azul. No es
que exista déficit democrático, es que no existe la democracia, y la cosa va a
más y por si fuese poco nos toman por imbéciles.
España se desangra ante la indiferencia general, el vaso de
la paciencia lleva mucho tiempo colmado, rebosando al plato de la resignación
vergonzante, con la desigualdad y la injusticia campando por todos los
barrios. No podemos permitirnos esta
farsa, esta realidad cada vez más injusta, mientras continúan las
mentiras. El FMI habla de que España no
comenzara la recuperación hasta 2018, que continuará el desempleo con niveles
similares, un informe de Caritas dice que una de cada tres personas
atendidas lleve más de tres años demandando ayuda, no podemos esperar a que
pasen estos cinco años, no somos números en la estadística, tras cada número
hay un drama, y quienes sufren el drama no pueden esperar, viendo como mientras
que sus hijos se mueren, exilian o viven en la miseria, los políticos del Régimen, así como la monarquía, están implicados en corrupciones diversas, cada
día se llenan más los bolsillos y se tapan unos a otros sus vergüenzas.
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