Sin duda, talo como reza el título fue así, ambas virtudes muy
prodigas en los distintos borbones, pero sin duda en este todos los vicios de
tan singular la familia confluyen de manera muy especial en su persona. Fue querido y deseado mientras que no le
conocieron, a este rey se lo podría aplicar de manera contundente eso de “quien
no te conozca que te compre”, conforme se le conoció fue aborrecido y odiado, incluso
más que antes fue deseado durante la ocupación francesa.
Sus vilezas, traiciones no tuvieron limite, a él y a su
banda de amigos se debe el asesinato de miles y miles de españoles, a pesar de
que muchos habían luchado por su llegada, pensando que se encontraba preso de
Napoleón, cuando en realidad estaba besándole el culo al emperador de los
franceses.
Desde su infancia, sentía, al igual que otros miembros de su
familia, desprecio por el pueblo y por todo lo que naciese del mismo, no es de
extrañar pues, que viese con desprecio infinito al amante de su madre, a Manuel
Godoy, que paso de ser un joven capitán de la guardia a un “príncipe de la paz”,
lo cual al heredero al trono le llevaban los demonios. A pesar de que Godoy tenía fama de rastrero,
no lo era con Fernandito, que le puso como tutor a un cura integrista en lo
moral de cara a los demás, pero que tenía hijos con su ama de llaves. Es lo
que tiene el celibato, que los curas también son hombres y les pasa que si no
tienen vida marital con esposa, la tienen con las esposas de los demás en el
mejor de los casos, en el peor todos conocemos los múltiples casos de
pederastia que están saliendo a la luz.
Este cura, que Godoy pensaba tener bajo su control era muy listo y
todavía más rastrero que el propio Godoy, lo cual resultaba difícil, y con esas
artes supo inculcar al joven príncipe una ideología tan reaccionaria y nefasta
como luego se demostró en la piel de los españoles que sufrieron el yugo del
rey felón.
El hábil sacerdote, supo inculcar al príncipe un odio
visceral contra el valido de Carlos IV - tan traidor como nuestro protagonista –
haciéndole creer que Godoy era un peligroso liberal que intentaba usurparle el
puesto de príncipe heredero. Le enseño a
desconfiar de todo el mundo y a confiar en una institución en aquel entonces
todavía mucho anacrónica que la
monarquía borbónica, la Iglesia Católica, hasta el punto que Carlos IV
destituyo al tutor demasiado tarde, la grama estaba ya sembrada y enraizada en
la mente de Fernandito y a pesar de haber sido desterrado el sacerdote a
Toledo, mantuvo su poder sobre el Felón, bien supo cómo ponerle en contra del
traidor de su padre y del amante de su madre...
Continuara..
.Todas mis historias borbónicas
Enlaces relacionados:
.Todas mis historias borbónicas
Enlaces relacionados:
No hay comentarios:
Publicar un comentario