Manifestación antí-OTAN 1984 |
A principios de la presunta transición a la democracia éramos
muy pocos quienes reivindicábamos abiertamente la República, prácticamente ninguno. Muy
pocos quienes nos atrevíamos a sacar la
bandera constitucional de la República a la calle. Menos después del presunto golpe de Estado
contra la “democracia”. La aptitud vergonzante
y claudicante de los principales partidos de izquierda nos habían dejado huérfanos
a los pocos que nos sentíamos profundamente republicanos y reclamábamos la
legalidad republicana como única forma legítima de democracia en nuestro país. Sin
embargo, aunque huérfanos, algunos continuamos erre que erre dando guerra con
el tema.
Hoy desempacando una vieja maleta que me he encontrado muchos documentos y recortes
de aquella época, entre ellos una carta
al director publicado el 14 de abril de 1982.
Lo que mantenía en aquellos momentos de republicanismo dormido, sirve
para estos momentos de monarquía, esperemos que agonizante. El
título elegido para esa carta al director fue:
Recortes diarios, La república salió de las urnas 14/04/1982 |
La república salió de las urnas.
Para quienes amamos la libertad resulta obligado mirar hacia atrás, a un 14 de abril
de 1931, en que le pueblo se proclamó así mismo monarca y soberano de sí mismo.
Sin guerras ni revoluciones, por la fuerza de los votos, que no de las armas,
como luego hicieron los liberticidas que tras tres años de dura lucha lograron
de nuevo esclavizar al pueblo español e imponerle unas normas que dividían de
forma descarada la sociedad española en dos partes: Vencedores y vencidos.
Aunque en las guerras todos perdemos y muy pocos ganan, como
no sea manchándose las manos de sangre, es sabido que que después de la guerra
se amasaron formidables fortunas, pero
no fueron los jornaleros del campo ni los obreros urbanos o rurales, estos se
empobrecieron aún más de lo que estaban, suponiendo que esto fuese posible, que
en algunos casos no lo era.
Pero la guerra y la posguerra hay que olvidarla, e intentar
olvidar los odios de entonces para intentar convivir en este país nuestro. Pero no debemos olvidar que el régimen salido
de las urnas el 12 de abril de 1931 y que proclamó la segunda república el 14,
era un Régimen legitimado por el pueblo.
Pero no el surgido el 1 de abril de 1939, fundado sobre cientos de miles
de muertos, y si ese Régimen no estaba legitimado, del mismo modo tampoco
debiera estarlo el surgido tras él, a no ser que se hubiese reinstaurado el
anterior, o sea, el legítimo del 14 de abril.
O en su defecto, haber convocado un referéndum, entre el recibido a
través del dictador, la monarquía y la República. Mientras que ese referéndum no se haga, la
monarquía por muy parlamentaria que sea,
será un régimen recibido en herencia por alguien que no estaba
legitimado para transmitir esa “propiedad”.
Un país no es una propiedad que se pueda heredar de padres a hijos, no
es una propiedad privada, sino colectiva y pertenece al pueblo español, único dueño
de su destino y ese pueblo aún no se ha pronunciado sobre quién debe estar en la jefatura de la nación y debería hacerlo
para legitimar la monarquía o instaurar la República.
Si tan seguros están los monárquicos, que el pueblo se
inclinara por la monarquía, ¿por qué razón no se hace un referéndum sobre la
forma de Estado, Monarquía o República? En lugar de decir que tenemos una monarquía
republicana. 14/04/1982 – El País
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