Con la historia de este impresentable rey de las Españas, voy a hacer el papel un poco de la prensa de las visceras.
Carlos IV, Sucedió a su padre, Carlos III, al morir éste el
14 de diciembre de 1788. Sobre las luces que tenía este segundo Carlos de la dinastía
borbónica hay un dialogo conocido entre quien fue Carlos III y quien sería
Carlos IV.
“─Tú, como rey, y
yo, que lo seré, tenemos una gran suerte: nuestras mujeres no podrán engañarnos
nunca."
Asombrado el
padre, preguntó al príncipe cómo podía ser eso.
" ─Padre, es
imposible. Estamos en lo más alto. No hay nadie por encima de nosotros con
quien puedan hacerlo.”
Posiblemente parece ser que se dio las circunstancia tan
usual de que el cornudo es el último en enterarse, a Carlos IV supo de la
reiterada infidelidad de su esposa, ya a punto de morir y de la boca de su
hermano Fernando, rey de Nápoles.
Cuando Carlos IV accedió al trono la reina consorte tenía por entonces 37 años, algunos años más cuando se prendo de un joven guardia de corps llamado
Manuel Godoy, de 25 años, dieciséis años más joven que la reina.
María Luisa de Parma, era prima hermana de Carlos IV, su
padre el infante Felipe, hermano de Carlos III,
fue quien vendió el condado de Chinchón al degradado infante Luis, también
hermano de Carlos III, tenían vínculos de consanguineidad muy cercanos, lo cual
explica en parte las anomalías presentes en los borbones a lo largo de la
historia, aunque hay varias dudas sobre la paternidad de muchos de sus
miembros, como la de Alfonso XII. Eso es otra historia, voy a centrarme en esta
María Luisa de Parma, que aparte de un lejano parentesco por parte de madre,
Isabel de Francia, hija de Luis XV, nada tenía que ver con la que fuese esposa
de Luis I, María Luisa Isabel de Orleáns, pero si tenían muchas cosas en común,
una había sido educada en la corte Francesa, una corte más que libertina,
especialmente en tiempos de Luis de Orleans, la segunda fue educada por el
abate Bonnet de Cordillac, famoso libertino francés, que potencio en la futura
reina usos, modos y costumbres de la promiscua corte francesa.
Dicen, que yo no me lo creo, que la joven María Luisa fue
una mujer incluso guapa, pero la verdad
es que cuesta muchísimo trabajo creerlo, su conocida fealdad dicen que se
debe a los numerosos partos, unos de su
marido el rey, por ejemplo quien después fuese Fernando VII, un Borbón genuino,
otros de su joven amante, Manuel Godoy, como el infante Francisco de Paula, con
un asombroso parecido con el Príncipe de La Paz, basta mirar los retratos de
Godoy y del infante para corroborar el
bochornoso parecido entre ambos.
No siempre la reina y Godoy fueron fieles amantes entre sí, también
parece que llegaron estar un tiempo distanciados, ignoro si porque Godoy no
podía abastecer a tres mujeres, dos de ellas jóvenes y relegaba a la vieja para
cuando las anteriores tuviesen la regla, por lo que la reina se buscó un nuevo
amante de apellido Mallo, al cual colmo
de lujos y regalos, para darle celos a
Godoy, tal era la gran cantidad de regalos
que le llamo la atención hasta el mismo rey Carlos IV, que nunca se
enteraba de nada, por lo cual pregunto a Godoy que pasaba con el tal Mallo exhibía todo tipo de lujos y joyas en palacio, el cual parecía tan rico como los mismos reyes.
Contestando Godoy:
─No es rico sino
por su amante, una vieja fea que le paga los lujos con el dinero del marido.
Carlos IV, simple
hasta la exageración, se burló, de sus ignorados cuernos y le pregunto a su
esposa:
─ ¿Qué te parece, María Luisa, lo que cuenta
Manuel?
─Calla, calla,
Carlos, ya sabes lo bromista que es Manuel a veces.
Esta historia de cuernos en la Corte española, aparte de
Godoy tuvo otros beneficiarios o más bien damnificados, la reina necesitaba
acallar rumores, y casar a su joven amante con una persona de postín, a la cual
pudiese chantajear o llegar a acuerdos, esta persona era ni más ni menos con la
hija de Luis, hermano de Carlos III, primo hermano de la reina y del propio rey
Teresa de Borbón y Vallábriga, que llevaba encerrada en el Convento de San
Clemente de Toledo entre 10 y 12 años, sin esperanza de salir de allí como no
fuese con los pies por delante. Las
negociaciones las llevo a cabo su hermano
Luis de Borbón y Vallábriga, de manera exitosa para sus hermanas y para
él, lo primero les era restituido el apellido Borbón , concediéndoles
títulos nobiliarios y privilegios,
saliendo al mismo tiempo sus hermanas del aburrido monasterio donde se
encontraban, él, Luis María, comenzó una
espléndida carrera eclesiástica y política, para que esto sucediese la reina
María Luisa de Parma hubo de intrigar para que su marido Carlos IV les
devolviera el apellido Borbón y las llevara a la corte. Fue así como Teresa de
Borbón y Vallábriga cambio el orden de sus apellidos, al igual que sus hermanos; una vez concretadas todas las cláusulas del nuevo matrimonio, la
boda se celebró con gran pompa; como la hija de Aznar, en el Monasterio del
Escorial, la joven Teresa sabía que no podía esperar amor de su flamante
marido, pues su boda no había sido por amor sino por conveniencia, aceptaba compartir a su esposo con la reina,
su benefactora pero lo que no se esperaba es que debía compartir a su marido
con otra mujer aparte de la reina, otra mujer que además debía vivir en su
propia casa, con la que no se había casado el amante de la reina, porque no
tenía suficiente rango para el Príncipe de la Paz, pero de la que Godoy estaba
ciegamente enamorado desde hacía tiempo, Pepita Tudó. Así que la joven Teresa
debía conformarse con las migajas que le dejaban la reina y Pepita, amén de
sufrir la humillación de ver que su marido se iba de caza con Pepita o la
reina, creo que no iban cazar elefantes de marfileños colmillos, pero si
ciervos de amplias cornamentas, cornamentas que repartían de forma equitativa entre
el rey y ella, según viniese al caso. Siendo también Pepita Tudó, quien asistía
acompañando a Manuel Godoy, tanto en actos públicos como privados. La joven y humillada Teresa, ahora de Borbón,
fue acumulando odio hacia su marido, pero el haber estado durante tanto tiempo
encerrada en un convento hizo que le faltase la decisión necesaria para pagar
con la misma moneda a su infiel esposo, hubo de llegar el Motín de Aranjuez para separarse de Godoy
que era detenido en su palacio de
Aranjuez y encarcelado, María Teresa huía a Toledo al lado de su hermano,
abandonando para siempre a su infiel marido, pero renunciando en cierto modo a
su hija que la entrego a los reyes, en su cobarde huida a al “exilio” francés.
Las hermanas Borbón y Vallábriga, comenzaron de nuevo un
penosa existencia, los franceses que
habían invadido España, dejaron de pasarles la paga asignada, y sus propiedades
fueron incautadas por lo que tuvieron que empeñar sus joyas para poder
sobrevivir.
Teresa junto con su
hermano abandonaron Toledo camino de Andalucía, su hermano fue nombrado presidente de la Regencia en 1809
participando como tal en la aprobación de “La Pepa” en Cádiz en 1812.
En agradecimiento el rey felón, Fernando VII, a su vuelta del dorado destierro francés le
confino en Toledo, junto con su hermana Teresa, con la prohibición de salir de
la ciudad. El “guaperas” de Godoy,
termino casándose con Pepita Tudó, unos días después de la muerte de su
esposa legal, la pobre y desgraciada Teresa de Borbón y Vallabriga.
Muy interesante el artículo Paco,como siempre .Carlos IV llevó tan bien puestos los cuernos que se llegó a decir ( yo no me lo creo ) que era consolado también por Godoy.Esperamos, cuando puedas,el siguiente.Disfruta de las vacaciones, que nos espera un otoño más que caliente,quizás casi ardiendo.Gracias .
ResponderEliminarcallate puto
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