Queipo de Llano, el marqués genocida de Gallardón
Está claro que estos espacios en el tiempo semi vacacional
me dejan un poco descolocado, me voy unos días y cuando vuelvo me quiero
actualizar en segundos, y aunque mi cabeza es de gran tamaño, mi procesador ya
anda muy desfasado y claro se me pasan por alto muchas cosas, una la última
facistaida de Ruiz Gallardón, de renovar el título de marqués a los herederos del
genocida Queipo de Llano.
Siempre he tenido muy claro, que Queipo de Llano no fue uno
más, o sí, pero fue tal vez el único de los generales golpistas que provocaron
tantos muertos en la zona republicana como en la de los golpistas. Si, muchos de quienes murieron defendiendo la
legalidad fueron asesinados por los
partidarios de los generales golpistas, pero muchos de quienes murieron en la
zona controlada por el Gobierno legítimo, fue por culpa del General Queipo de Llano
y sus exabruptos ante los micrófonos de Radio Sevilla.
Era la estrella de la radio fascista. Toda su personalidad,
cruel, bufonesca y satírica, con mal genio y peor intención. Soltaba las barbaridades que le pasaban por la
cabeza, sin calcular las consecuencias, con su voz borracha de aguardiente,
acompañado por sus secuaces.
A continuación un breve resumen de este genocida:
Sus emisiones estaban repletas de anécdotas groseras,
chistes, insultos, cosas tan absurdas como estremecedoras, hablaba de los
asesinatos cometidos por sus fuerzas durante el día, de los que cometerían al
día siguiente cuando entrasen en tal ciudad o pueblo, de lo que habían hecho
con las mujeres e hijas de los republicanos, de lo que al día siguiente iban a
hacer con las mujeres e hijas de los republicanos del pueblo o ciudad donde
fuesen a entrar los golpistas. Llamaba a
Prieto, cacique, gordo, estafador, a la Pasionaria le llamaba prostituta de burdel,
pero con sus aguardentosas, mentiras que eran tomadas por ciertas,
especialmente en el caso de La Pasionaria, mujer de un minero, que llevaba una
vida austera y combativa y que si se le
llamaba la Pasionaria era por su gran elocuencia. Sus emisiones de borracho, en ocasiones le hacían
decir verdades y en cierta ocasión llego a decir “Canalla fascista” en lugar de
“canalla marxista”.- Alguien le corrigió y sus palabras fueron estas:
“¡Qué más da!», dijo el general. « Los dos son canallas» Y
luego, sin detenerse: «Sí, canalla roja de Málaga, espera hasta que llegue ahí
dentro de diez días! Me sentaré en un café de la calle Larios bebiendo cerveza
y por cada sorbo mío caeréis diez. Fusilaré a diez» continuó a voz en grito,
«por cada uno de los nuestros que fusiléis aunque tenga que sacaros de la tumba
para hacerlo. “
La mayoría de sus programas acababan de manera parecida «
¡Canalla marxista! Canalla marxista, repito, cuando os cojamos sabremos cómo
trataros».
Ocurría pues que en las zonas leales que estaban próximas a caer en manos de los
golpistas, tomaban venganza por anticipado provocando muertes entre las gentes
sospechosas de apoyar el golpe.
Queipo de Llano, aparte de un genocida, fue un traidor,
bueno, como todos aquellos que se levantaron en armas contra el gobierno legítimo
de la república. Había sido republicano
desde la caída de la monarquía, juró fidelidad al gobierno, que puso en él su
confianza, para después faltar a su juramento y traicionarle. Sus retransmisiones sembraron el terror por
igual en ambos bandos sembrando el terror y la muerte en los dos lados de la
trinchera.
No solo asesinaba a los republicanos, sino que también a
quien asesinase le estaba permitido robar los bienes del asesinado, así lo
relata Paqui Maqueda:
“Tras su asesinato sus bienes fueron incautados según el
Bando de noviembre que el excelentísimo General del Sur, Don Gonzalo Queipo de
Llano, urdió para quedarse con los bienes de las personas que eran
“ajusticiadas” por su condición de rojos. Sin más tribunal ni juez que las
órdenes que éste criminal de guerra (conocido como el “carnicero de Sevilla”)
dictaba a placer. La casa pasó a manos del Estado y su mujer y sus dos hijos de
17 y 5 años de edad, fueron acogidos por familiares temporalmente”.
Algunas perlas de este marqués:
Antes de entrar en Malaga:
“¡MALAGUEÑOS! Me dirijo en primer lugar a los milicianos
engañados. Vuestra suerte está echada y habéis perdido. Un círculo de hierro os
ahogará en breves horas; porque si por tierra y aire somos los más fuertes, la
Escuadra leal a la dignidad de la Patria os quitara toda esperanza de huida, ya
que la carretera de Motril está cortada.”
Después de entrar en Málaga, cuando los civiles huían, fueron masacrados sin tener en
cuenta que se trataba de familias enteras, con mujeres y niños, por la aviación franquista y así lo relataba
el señor marqués con su voz de borracho:
“A los tres cuartos de hora, un parte de nuestra aviación me
comunicaba que grandes masas huían a todo correr hacia Motril. Para
acompañarles en su huida y hacerles correr más a prisa, enviamos a nuestra
aviación que bombardeó incendiando algunos camiones.”
Y no mentía este criminal de guerra, hasta los años los años
60, los camioneros conocían la N-340 Málaga-Almería como la “carretera de la
muerte, todavía entonces, al pie de los barrancos y cunetas seguían apareciendo
esqueletos por centenares de hombres, mujeres y niños.
Promovía la violación masiva de mujeres y niñas, que ofrecia
a legionarios y moros como si fuesen parte del botín:
“Nuestros valientes Legionarios y Regulares han enseñado a
los cobardes rojos lo que son hombres de verdad, y a sus mujeres. Esto está
justificado, porque estas comunistas y anarquistas predican el amor libre.
Ahora, al menos, sabrán lo que son hombres de verdad, y no milicianos
maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen.”
Creaba odios, provocando muertes entre republicanos y
fascistas, se llegaba a dar el caso de gentes de izquierdas que mataban a otros
de izquierdas para librarse ellos de la muerte, pero también otros que
asesinaban a personas por la sospecha de que fuesen derechistas y pudiesen ser
asesinados antes o después por ellos:
” Mañana tomamos Peñaflor, así que vayan las mujeres de los
rojos preparando sus mantones de luto. Estamos decididos a aplicar la ley con
firmeza inexorable: Morón, Utrera, Puente Genil, ir preparando sepulturas. Yo
os autorizo a matar como a perros a todo aquél que se resista a vosotros, que
si lo hiciereis así, quedaréis exentos de toda culpa.”
Cogió prisioneros a los familiares del general Miaja:
“Miaja, tengo a tu familia y ellos pagarán con sus vidas lo
que tú hagas. Uno a uno, con sus pieles haremos carteras y petacas.”
Promovía la venganza y el odio:
“Ya conocerán mi sistema: por cada uno de orden que muera,
yo mataré a diez, y a sus dirigentes que huyan, los sacaré de la tierra…y si
están muertos los volveré a desenterrar y los volveré a matar.”
En San Fernando quedaron atrapados muchos civiles que huían
del terror de la guerra fratricida, así se refería a ellos el señor marqués de
Ruiz Gallardón:
“En San Fernando tenemos a muchos familiares de los tripulantes
de la escuadra pirata, nos servirán de rehenes y sus vidas responderán de los
nuestros que mueran en San Sebastián. La célebre Pasionaria la ha tomado
conmigo porque no se da cuenta de que la admiro, por haber sabido ascender
desde criada de 30 reales a primera figura del régimen.”
Así recuerda el cronista Arturo Barea la entrada en Sevilla
de las tropas golpistas:
“Una vez consolidada Sevilla, el Tercio y los Regulares
llegados de Cádiz, desataron el terror africanista en los barrios que aún resistían,
con uso indiscriminado de artillería pesada.”
“Cuando atacaban estas tropas, no conocían límite a su
venganza ante la muerte de un legionario, y degollaban a su paso a cuantos
hombres encontraban hasta que se entregaba el que había cometido el crimen. Yo
fui testigo ocular de su paso por barrios en los que sólo quedaron incendios y
calles sembradas de hombres, mujeres y niños degollados.”
Después de todo esto, con independencia de que una persona
sea de derechas o de izquierdas, ¿puede haber alguien honrado que quiera
renovar honores a un criminal de tal envergadura?
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