No todos los días uno encuentra una joya del calibre de este poema de Belton
Brech, no he podido resistir la tentación de utilizarlo, a modo de guía a ver
que me inspira cada uno de sus versos.
La verdad es que está muy de actualidad, más de lo que debiera, no lo
estaría de no ser tal la situación que vivimos, que sufrimos.
Desgraciadamente el
pueblo español está claramente definido en este magnifico poema. Poema triste,
pero lleno de esperanza y de confianza que nos dice que no debemos rendirnos
nunca, que somos los dueños de nuestro destino,
los vencidos de hoy son los vencedores de mañana.
Con paso firme se pasea hoy la injusticia. Los opresores se
disponen a dominar otros diez mil años más o treinta o cuarenta, desde aquellos
oscuros tiempos en que fue asesinada la libertad un 18 de julio y con ella los hijos del pueblo, tantos años
de dictadura, 37 largos años, tantos de
farsa con los nudos atados por el dictador bien apretados, que ni los más
viejos recuerdan aquellas imágenes en blanco y negro que acabaron con los colores
de la libertad.
La violencia garantiza: "Todo seguirá igual." Por
tanto la utilizan contra el pueblo de manera criminal, los tiran de sus casas,
de sus trabajos, si protestan les mandan los grises, ahora vestido de azul, les
acusan de terroristas o violentos, los fanáticos nazis llaman violentos a las
víctimas de su violencia, pero lo hacen “por el bien de España”, como si España
y pueblo fuese diferente, tal vez para ellos si lo sea, España es su bolsillo,
su patria, el pueblo es el viajero al que se le puede robar y chafar; estamos atrapados en azul, como diría la
canción de Ismael Serrano.
No se oye otra voz que la de los dominadores, no se oye otra
voz que la del poder, tras la pantalla de plasma o a través de cínicas y a
veces torpes voces en diferido, aunque los criminales recortes sean en riguroso
directo. La justicia anda desaparecida
al igual que la libertad, en paradero desconocido, la sumisión de todos los
poderes a la cabeza coronada resulta vergonzante, no pudiendo escribirse la
palabra justicia con mayúsculas.
Y en el mercado grita
la explotación: "Ahora es cuando empiezo." ¿Cuándo empiezo a qué?
Empiezo a no tener dinero para pagar el pan, ni tan siquiera el agua que bebo,
que hasta eso me niegan, mientras los dominadores, los tiranos degustan
sabrosos manjares, el pueblo no tiene ni un mendrugo, ni la esperanza de
tenerlo, hay muchas maneras de matar y casi todas son legales en España, casi
todas utiliza esta monarquía corrupta para hacerlo.
Y entre los oprimidos, muchos dicen ahora: "Jamás se
logrará lo que queremos." Jamás se lograra lo que queremos si esperamos a
que todo lo solucionen otros, o si vemos que otros están peor y esperamos
pacientemente a ocupar ese escalón más bajo entre los oprimidos. Todo se puede
conseguir, pero no debemos olvidar que nadie regala nada, si confiamos en quien
nos roba la cartera, la educación, la sanidad la tranquilidad en nuestro
otoño…estamos apañado y nos merecemos el sufrimiento. Quien nos oprime el
cuello dejará de apretar a no ser que encuentre ventaja en ello, si nos
rendimos antes de presentar batalla no conseguiremos nada, nunca se ha dicho
nada de los cobardes ni de los bueyes sumisos, se supone que somos bravos no
mansos mostrencos, que pensamos en el futuro de nuestros hijos, que estamos
todavía vivos, que aún tenemos la vida y corre sangre por nuestras venas. Quien aún esté vivo no diga
"jamás".
Lo firme no es firme. Todo no seguirá igual. Si nosotros
seguimos igual callados ante la injusticia, si no damos con nuestro puño sobre
la mesa, si no caminamos con decisión, contra la tiranía, nunca se ha hecho
tanto daño al pueblo en nombre de la “democracia”, en nombre de esta farsa al
servicio de los banqueros, las grandes empresas, la casta política, la corrupta
monarquía y los evasores de impuestos.
Cuando hayan hablado los que dominan, hablarán los
dominados. Y será para tomar el mando, para recobrar la libertad secuestrada
por el dictador y continuada gracias a la traición y codicia de unos falsos
demócratas paladines de una supuesta democracia.
¿Quién puede atreverse a decir "jamás"? Cuando no
se ha luchado
El poema completo:
Oda a la dialéctica
Con paso firme se pasea hoy la injusticia.
Los opresores se disponen a dominar otros diez mil años más.
La violencia garantiza: "Todo seguirá igual."
No se oye otra voz que la de los dominadores,
y en el mercado grita la explotación: "Ahora es cuando
empiezo."
Y entre los oprimidos, muchos dicen ahora:
"Jamás se logrará lo que queremos."
Quien aún esté
vivo no diga "jamás".
Lo firme no es firme. Todo no seguirá igual.
Cuando hayan hablado los que dominan, hablarán los
dominados.
¿Quién puede atreverse a decir "jamás"?
¿De quién depende que siga la opresión? De nosotros.
¿De quién que se acabe? De nosotros también.
¡Que se levante aquel que está abatido!
¡Aquel que está perdido que combata!
¿Quién podrá contener al que conoce su condición?
Pues los vencidos de hoy son los vencedores de mañana
y el jamás se convierte en hoy mismo.
P.D.
Para que luego digan que siempre crítico lo que dicen
aquellos que no doblan el espinazo, he leído en alguna parte se dijo:
“Solo una palabra
libre puede sacudir letargos y remover conciencias.”
Pues nada, a aplicarse el cuento, no vaya a ser que se quede
como el de “Todos los españoles somos iguales ante la ley”. Así que con el permiso de su alteza podemos
dar libertad a nuestros teclados, para sacudir los letargos de la sociedad
española y remover las conciencias de quienes no la tienen, ser libres a través
de las palabras y de las obras, no como lección aprendida para un examen y
olvidadas tras ser leídas.
Inmejorable exposición, inmejorable el poema. No tengo nada que añadir, más que desear salud, memoria y República.
ResponderEliminarBelton Brech, es claro y contundente, eso ayuda mucho..¿No?
ResponderEliminarSyR