Redoble desentonado del martillo,
Temblor de parpados
inquietos,
Ante los golpes violentos
Que se clavan como afilado cuchillo
Contra la puerta, contra la vida,
Lagrimas corren por las mejillas
Criminales uniformes entran sin pasión,
Imponen su fuerza mercenaria,
Sin impórtales las lágrimas…
Se ha cumplido la ley…
Contra el asfalto ha caído una esperanza,
Un asesinato, ha manchado las calles de sangre,
Ya no necesitara casa…
Las hienas miran sobres ensangrentados,
Guardan su parte, relamiéndose el hocico,
Sin importarle el hedor de la carroña…
No les importa la muerte,
Si con ello complacen a su rey…
No protesta la víctima, está muerta…
Se ha cumplido la ley.
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