En ocasiones uno debe leer o escuchar comentarios un poco
fuera de lugar, a estas alturas de la película, insinuar que quienes estamos
actualmente en paro, más de seis millones de españoles, nos dedicamos:
“a rascarnos el rodal del gusto, mientras que
otros estamos trabajando 12 o 19 horas al día para sacar nuestra casa adelante”.
(Fin de la cita)
O considerar que deberíamos:
“ir a la vendimia y dejar de chupar durante unos días de la
olla gorda así quizás ayudabais un poco y habría más dinero para poder gastarlo
en otros bienes públicos.”(Fin de la cita).
Es cuando menos desafortunado, a mis 53 años llevo 33
cotizados, y 43 trabajando sin parar, con 13 años deje la escuela para subir
maletas en un hotel de Ibiza, yo subía las maletas mientras el director subía
con los clientes por el ascensor, algo que conocemos muchos pinarejeros y
españoles en general, muchos que sin terminar de cambiar los dientes ya estábamos trabajando
12 y 13 horas diarias, por un salario miserable, y en invierno subiendo
carretillas de grava u hormigón que pesaban más que uno mismo, en la obra, sin seguros ni pagas extras, y
si no trabajabas no cobrabas.
Siempre he tenido claro de dónde venía y quien soy, no me ha
faltado nunca el trabajo hasta ahora, durante 18 años fui tabernero y tuve
personas a mi cargo, personas que fueron y son amigos y compañeros. Cuando deje el bar de
inmediato encontré trabajo hasta ahora, nunca pensé que yo iba a ser despedido y no fui despedido ni por vago ni por inútil, realizaba mi trabajo lo mejor que sabía y mis conocimientos y fuerzas me permitían, nadie es imprescindible, y yo tampoco lo fui. Ahora soy uno de esos más de seis
millones de parados, no me considero culpable por ello, ni tampoco considero
culpables a ninguno de esos más de seis millones de españoles. No somos culpables de esta presunta crisis, la cual parece orquestada para volver a modos productivos y sociales de siglos pasados. Tampoco he
vivido nunca por encima de mis posibilidades, ni creo que quienes me acompañan
en este drama lo hayan hecho. Por lo cual considero que se nos debe
tener respeto al menos, no dar por supuesto que estamos viviendo de la sopa
boba y nos sentimos cómodos en esta situación, cuando no es así.
Los culpables son otros, son esos que nos han robado y nos continúan
robando por encima de nuestras posibilidades, esos que se han llevado jamones ibéricos
de pata negra y Vega Sicilia a Argentina y se han gastado varios millones de
euros,casi el doble que los otros dos países candidatos se han gastado, a
pesar de ser conscientes y saber sobradamente
que Madrid no sería elegida, baste mirar
los presupuestos de las tres ciudades candidatas o el presupuesto de Londres,
que fue de 3000 millones de euros, terminando gastándose 9600 millones de euros,
triplicando el presupuesto inicial, mientras que el presupuesto de Estambul fue
de 14.400 millones de euros y el de Tokio de algo más de 6000 millones de euros,
siendo elegida está última. Son ellos
los culpables, quienes nos han robado y nos continúan robando por encima de
nuestras posibilidades, participando de dicho saqueo los dos principales partidos y la propia Casa Real. Toda persona es libre de cerrar los ojos y pensar que
quien no trabaja es porque es un vago o que la culpa es de quienes criticamos
estos abusos y salimos a la calle a luchar contra la injusticia.
No tolero por tanto que me critiquen o digan que la culpa es de aquellos que tenemos ideas políticas, presumiendo ellos de ser apolíticos, que como bien sabemos es una forma de ocultar ideas políticas del pasado.
Para ilustrar a esos "apolíticos" que presumen de serlo, dejo un poema de Bertolt Brecht .
El peor analfabeto
es el analfabeto político.
Él no oye, no habla
ni participa en los acontecimientos políticos.
No sabe que el costo de la vida,
el precio de los frijoles, del pescado,
de la harina, del alquiler, del calzado
y de las medicinas
dependen de las decisiones políticas.
El analfabeto político es tan animal
que se enorgullece e hincha el pecho
al decir que odia la política.
No sabe el imbécil que
de su ignorancia política proviene
la prostituta, el menor abandonado,
el asaltador, y el peor de los bandidos,
que es el político aprovechador,
embaucador y corrompido,
lacayo de las empresas nacionales y multinacionales.
Bertold Brecht
No hay comentarios:
Publicar un comentario