El rey de Holanda ya lo ha dicho desde su lujoso trono de
ribetes dorados mientras su esposa le aplaudía bajo su elegante pamela, “se ha
acabado el Estado de bienestar para los pobres” “ahora vamos hacia una sociedad
más participativa en la que los ciudadanos deben ser responsables de sus
propias vidas en lo concerniente a la educación y la sanidad”, cínico eufemismo en que el vividor rey
holandés oculta que serán muchos los ciudadanos que se queden sin asistencia sanitaria o educación digna si
no son “capaces” de disponer del dinero suficiente para pagárselo, ese discurso
parece haber escrito por un gobierno de coalición
compuesto liberales de derechas y un partido supuestamente de izquierdas, que
sin rubor aplaudieron las palabras del rey Guillermo de Holanda, lo más grave
es que la ciudadanía no dice nada, se resigna en nombre de un supuesto realismo
que nos están inculcando desde los medios de manipulación masiva.
El Antiguo Régimen pensábamos que había desaparecido para
siempre, que la ilustración y las revoluciones de finales de los siglos XVIII
y XIX,
que era parte de la negra historia de Europa y del mundo, pero no, las
oligarquías parasitarias vuelven a ser los sanguijuelas del Estado de
bienestar, los únicos dueños del mundo,
intentan hacernos creer que las medidas son necesarias, pero lo dicen con una
copa de Vega Sicilia en una mano y jamón ibérico en la otra.
Algunos tenemos la sensación que esta “crisis” es una gran estafa, poco a poco nos han ido aborregando, no existe un contrapoder, han creado unas necesidades y
unas adicciones que nos impiden reaccionar, nos sentamos frente a una máquina y
nos quedamos tan panchos haciendo mil revoluciones virtuales pero ninguna
real. El comecocos mataba marcianitos,
pero al final han sido los marcianitos/parásitos quienes parecen estar acabando con los cocos pensantes, estamos
claudicando ante lo que intentan vendernos como realismo, como si fuese imprescindible
llevar a cabo salvajes recortes, al mismo tiempo que vemos el despilfarro y la desvergüenza
más absoluta entre la clase parasitaria, como hemos podido observar en la delegación
olímpica española en Buenos Aires, vemos como la diferencia entre las clases
sociales aumentan de manera salvaje, como si unos tuvieran derecho a todos los
lujos y prebendas y otros ni tan siquiera a un trabajo u a una vida digna y sin embargo no reaccionamos.
Durante muchos años,
a base de lucha, sangre, sudor y lágrimas, la clase trabajadora valientemente ha ido
consiguiendo nuevas conquistas, no es que magnánimamente la oligarquía y
parásitos varios aceptasen de buen grado esas conquistas sociales, ni el derecho
a la educación, ni a la sanidad, ni a un Estado de Bienestar que permitiese a
los trabajadores vivir con dignidad como personas, todo ha sido, como ya he
dicho, a base de lucha, sangre, sudor y lágrimas, nadie nos ha regalado nada y
todo ha sido arrancado a base de sacrificio y lucha. Ahora nos están robando
las conquistas sociales, nuestro presente y el futuro de nuestros hijos y no
llenamos las calles de manera masiva, claudicamos ante ese falso realismo con
resignación cobarde a pesar de saber, porque eso es lo más grave, que lo sabemos, que hay otras alternativas y depende de nosotros, de la sociedad que se
apliquen o no.
publicado también en: Unidad Cívica por la República
y
Eco Republicano
publicado también en: Unidad Cívica por la República
y
Eco Republicano
Excelente artículo. Con una claridad impresionante denuncia lo que estamos comprobando, asombrados, día a día: Cómo una "mayoría silenciosa" ha claudicado sin rechistar ante una delincuencia de guante blanco que está asfixiándonos hasta acabar por completo con nosotros. El más puro estilo nazi en diferido y simulado.
ResponderEliminarEnhorabuena, Paco.
Excelente artículo. Con una claridad impresionante denuncia lo que estamos comprobando, asombrados, día a día: Cómo una "mayoría silenciosa" ha claudicado sin rechistar ante una delincuencia de guante blanco que está asfixiándonos hasta acabar por completo con nosotros. El más puro estilo nazi en diferido y simulado.
ResponderEliminarEnhorabuena, Paco.
Gracias María Dolores.
ResponderEliminarResulta triste pero así es, estamos claudicando sin darnos cuenta o tal vez dándonos cuenta y siendo cómplices de cuanto nos sucede, estamos pasando las tan mentadas "líneas rojas" de nuestra dignidad de manera paulatina, casi sin darnos cuenta. Necesitamos ser conscientes de que así no vamos a ningún lado, que aunque ellos se crean dueños de la sartén, sin nosotros no son nadie.
Gracias