
El ministro del Interior no tiene despertador ni falta que
le hace. Basta con que le susurren al oído por las mañanas y a media voz los
dos: “Joselito, Sánchez Gordillo”, para que en oyendo esto, al ministro se le
enderecen los cuatro pelillos que tiene, dos por las cejas y otros tantos por
las narices, salte de la cama dando botes en plan Jabato en su lucha contra el
mal para detener por fin a Sánchez Gordillo por no haber entrado al Mercadona a
llevarse unos carritos del “helao”, porque todo el mundo sabe, menos el
ministro, que Sánchez Gordillo no entró al Mercadona ni del Mercadona se llevó
nada, lo cual no obsta para que el ministro lo quiera detener, más que nada por
lo que tiene Sánchez Gordillo de sindicalista.
Pasada la primera carilla de la página de Sánchez Gordillo,
en el reverso de la misma, en su parte de atrás, nos topamos con Diego
Cañamero, también del SAT, como Sánchez Gordillo, y al igual que este,
“perseguido” por el pertinaz ministro del Interior, Jorge Fernández, que está
también en un sinvivir por enchiquerar a Cañamero, otro sindicalista, al igual
que Sánchez Gordillo, que no ha sido tesorero ni gerente ni donante del PP
nunca, o sea, que por esta vía no han delinquido. Tampoco ha tenido acción
participativa en los dineros de los ERE andaluces, como el suegro de Javier
Arenas. No han participado, que se sepa, en acciones de terrorismo de Estado
como se sospecha que pudo hacer el señor Felipe González. Tampoco ha colaborado
a la hora de robar al pueblo español los 42.500 millones de euros que ha
entregado a la banca el gobierno del PP que preside Rajoy, y del que el
luchador a capa y espada contra el crimen, ministro Jorge Fernández, forma
parte consustancial.
Entiendo, y lo entiendo muy bien (perdónenme esta
pedantería, que un día es un día) que el ministro del Interior no se quiera
enterar que en la banda de cínicos, embusteros y demagogos que componen el
“babálico” gobierno de Mariano Rajoy y sus ministros, a la entera disposición
de la Troika (FMI, BCE y Comisión Europea) para el robo y esquilmo del pueblo
español, es donde verdaderamente tiene tajo el ministro del Interior, Jorge
Fernández, perseguidor de Sánchez Gordillo, para ponerse las botas deteniendo a
diestra y diestra (porque todos son de derechas) a los verdaderos delincuentes.
Es normal (y por eso he dicho que lo entendía y lo entendía
muy bien) que a la mano que te mete el dinero en el bolsillo no se le tiene que
morder (y mientras más sin vergüenza y sin escrúpulos, menos morder), y siendo
el ministro del Interior parte contratante de la primera parte que nos ha
robado 42.500 millones de euros, lógico es que no detenga a ninguno de sus
coleguis y se entretenga a mirar a Sánchez Gordillo y Cañamero, que nada han
tenido que ver con el robo de los 42.500 millones que nos lleva robados la
banca, gobierno de Rajoy mediante. Y lo que te rondaré, morena.
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