lunes, 16 de septiembre de 2013

Sobre garrapatas, reyes y otros parásitos.



Me decía el otro día un pariente mío en Madrid que la memoria nunca se pierde, que se almacena en un lugar del cerebro para salir en cualquier instante por cualquier motivo o detonante, así ha ocurrido hoy, cuando el heredero del dictador ha sido incapaz de leer tres palabras escritas por otro - esperemos que cobrando menos que Terrence Burns por el “A relaxing cup of café con leche in la Plaza Mayor”, que dicen que costo casi dos millones de dólares del bolsillo de los españoles.-   Pues bien, el heredero del dictador tan solo tenía que decir: "Tiene la palabra el Fiscal General del Estado", esperar un ratico a que hablase el mismo  y dar la palabra al presidente del CGPJ y, y por último, una vez hubiesen terminado los dos oradores, dar por inaugurado el Año Judicial.  Pero el heredero  de Franco fue incapaz de seguir guión  tan simple, aducen que si la edad, pero estas cosas le han ocurrido en otras ocasiones.  Es lo que ocurre cuando una persona no es capaz de ser el pensador de sus propias palabras, que al no ser propias,  no se sienten y ser expresan cual papagayo,  no solo al rey, también a Rajoy o al último y carísimo “A relaxing cup of café con leche in la Plaza Mayor”  de Ana Botella.

 Al final me he ido por los cerros de Úbeda, el caso es que he visto al heredero del dictador tan apabullado ante las justas protestas de los ciudadanos contra la corrupción del putrefacto   Régimen borbónico que me ha venido a la cabeza un cuento que contaba mi padre con el sentido del humor que le caracterizaba y que yo conocí de labios de mi madre:

“Un día un nieto vio  llorando a su abuelo, extrañado el chiquillo le pregunto el motivo por el cual lloraba tan desconsolado y  abuelo secándose las lágrimas con un pañuelo le contesto:
-          Porque se ha muerto el rey.
A lo cual respondió el niño intrigado.
-          Abuelo, no le comprendo, usted me ha enseñado que el mejor  rey es aquel que no existe, que nunca los pobres nos hemos hartado de comer con un rey, que son peores que las garrapatas… Que desde que el mundo es mundo,  si uno fue malo el siguiente fue peor…Usted es republicano, Si se ha muerto el rey matemos un pollo y celebrémoslo.

-          No hijo no, hijo mío lloremos juntos este drama…Siempre te dije y te digo que si un rey es malo, el que le sigue es peor.  Tres reyes he conocido a lo largo de mi larga vida, con el primero lo pasé muy mal, los pobres pasábamos hambre, con el segundo, lo pasamos peor, pero mucho peor, sufrimos guerras contra los franceses,  atropellos mil, mucho peores que los que habíamos sufrido con su padre, pero el nieto, el criminal que nos trajo los cien mil hijos de san Luis, nos robó todo hasta las ganas de vivir y por su culpa se desangra España.  Con la muerte de este hijo de la gran puta, hijo mío, vendrán nuevas guerras y sufrimientos, tenemos motivos para llorar la muerte de una garrapata, cuando nos deja las larvas multiplicadas debajo de la piel, a no ser que las eliminemos de una vez”.

Mi padre, que mantuvo su ideal republicano hasta el último momento, a través de los labios de mi madre escuche algunas de esas historias a las cuales era aficionado, ambos me enseñaron, que a lo que más miedo debíamos tener es a tener miedo, que a las garrapatas debemos arrancarlas de nuestro lado, de lo contrario nunca dejaran de chuparnos la sangre, y que podemos hacerlo, la historia nos recuerda que el pueblo español ya lo ha conseguido dos veces y en España siempre se ha dicho que no hay dos sin tres.




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