sábado, 21 de diciembre de 2013

El día 24, apaga el televisor.


Se acerca la gran noche, el discurso más esperado del año, de su católica majestad, si bien muchos ingratos que no le guardamos la pleitesía debida, rebeldes soñadores que pensamos  que algún día seremos ciudadanos de una república y no súbditos de un reino apéndice de una dictadura genocida, apagaremos el televisor,  en caso de tenerlo encendido,  para no escucharle ni gastar corriente eléctrica, que tal y conforme se ha puesto la luz da más miedo tenerla encendida que estar a oscuras.


 Pobres ilusos, como si pudiésemos escaparnos  de escuchar una y otra vez lo que el gobierno de turno le ha escrito;  su aburrido monologo nos hablara que es tiempo de sacrificios  para “todos los españoles” , que los actos vandálicos que lleva a cabo el gobierno contra los ciudadanos  son las reformas imprescindibles para  salir de la actual situación, que el gobierno actúa correctamente , por nuestro bien,(quien bien te quiere te hará llorar) que decía aquel dicho popular, y claro este gobierno nos debe querer mogollón, pues nos está haciendo llorar lágrimas de sangre, que diría mi madre. Roba el dinero de los servicios sociales para financiar a los culpables de la actual situación, apoya el terrorismo financiero tirando de sus casas a quienes no pueden pagarlas, para dejar esas casas vacías, sin gente, causando muertes, suicidios inducidos por ese terrorismo de traje y corbata, mi buen amigo Sepeño  se preguntaba al respecto:

 “¿Cuántas familias seguirían viviendo dignamente en sus casas? ¿Cuántos dramas familiares se podían haber evitado? ¿Cuántos recuerdos humillantes y traumas infantiles no hubiesen aparecido?... ¿Cuántos y quiénes son los “cerebros deformados” que fomentan, permiten o avalan dicha tragedia? ¿Son éstos los “conductores sociales” que deseamos?” 

Por mucho que apaguemos la caja tonta, al día siguiente en todos los medios de manipulación masiva, prensa, radio y televisión, en todos los diarios, revistas, en  todos los noticiario, sean radio o televisión abrirán sus informativos, o primeras planas   con el “magnifico” discurso de su católica majestad, fruto de su gran inteligencia y amor a España.      Resulta obvio que se olvidaran de manera intencionada y completamente,  que ese discurso no es de elaboración propia, que el simplemente ha sido el lector, y olvidando lo anterior intentaran interpretar sus sabias palabras, los políticos de los dos principales partidos del Régimen, alabaran el discurso hasta rozar  el ridículo, saldrá mi paisano Cayo Lara o Gaspar Llamazares que recordaran que le ha faltado algo, pero lo harán con tanto respeto que parecerá acato.  Tal vez el representante de ERC haga una crítica más en clave republicana, pero se ira a continuación a comerse los turrones con una copa de cava de Sant Sadurni, con el “Molt Reaccionari “  Artur Mas.

 En los días anteriores los patronos confraternizaran con sus obreros, serán uno de ellos, pero ya tendrán el finiquito redactado aplicandose la reforma laboral.   Los súbditos cantaran villancicos, se reunirán con cuñados/as  y suegros/as  que no soportan, visitaran belenes, a los cuales les practico el año pasado el  ERE, despidiendo a la mula y el buey y quitándole el misterio a María.  Comerán turrones y beberán cava y serán felices un día o por unas horas.


 Otros comenzaremos a maquinar revoluciones en el salón de nuestra casa, ante el teclado del ordenador, imaginaremos la república en Facebook, Internet lo adornaremos con banderas constitucionales de la república, soñaremos por un Año Nuevo año sin reyes, a nuestros oídos llegara la sintonía del Himno de Riego, hablaremos de Urdangarín, de su católica majestad y sus tropiezos,  de sus delincuentes amistades y soñaremos con ser ciudadanos de pleno derecho, donde la ética republicana reemplace a la moral judeo-cristiana, donde la solidaridad reemplace a la caridad hipócrita,   donde los derechos humanos sean más prioritarios que el poder del dinero, donde el derecho al trabajo se respete y no sea solo un artículo huero de una falsa constitución, donde la sanidad y la educación sean iguales para todos y no condicionada por el dinero de sus bolsillos,  donde no existan casas sin gentes ni gentes sin casas…
Pero si las revoluciones solo las hacemos en el salón de nuestra casa, frente al teclado del ordenador, o en internet,  si no damos pasos hacía un frente común  para acabar con la injusticia social, con esta farsa, con este apéndice de la dictadura genocida, si no damos pasos firmes hacia un Estado realmente democrático,  dejando de lado lo poco que nos divide y afianzando los deseos, sueños y necesidades que nos unen,  el año que viene tendremos que volver a apagar el televisor… o esperar que nuevos escándalos terminen por traer la república.

¡Feliz 2014 sin reyes!

Unidad Cívica por la República
y en: LQsomos

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